La aparición de síntomas como apatía, confusión o una respiración más lenta tras el paseo indica la conveniencia de consultar a un veterinario. Esta recomendación aparece en diversos consejos formulados por especialistas ante el descenso de las temperaturas, quienes insisten en la importancia de observar los cambios de comportamiento de los perros para detectar si sienten frío. Según publicó El País, la tolerancia a las bajas temperaturas varía en función de la edad, el tamaño, la raza y la cantidad de pelo del animal.
El medio El País detalló que los primeros signos de incomodidad suelen manifestarse en determinadas razas, cachorros, animales mayores y perros de talla reducida a partir de los 7 °C. Las razas grandes de manto denso, en cambio, muestran mayor capacidad para mantener el calor y tolerar mejor el frío. La cantidad de pelo y el tipo de manto, junto al metabolismo y el estado de salud general, inciden de forma determinante en la respuesta de cada animal ante el descenso de la temperatura. Factores ambientales como el viento, la lluvia, la humedad o la presencia de nieve, también modifican la percepción térmica del perro y potencian la sensación de frío, según consignó el medio El País.
Los expertos citados por El País, entre ellos profesionales de la Clínica Veterinaria Zarpa, enfatizan que los perros pequeños o de pelo corto no conservan el calor corporal de la misma manera que los perros de mayor tamaño con manto doble o pelaje largo. Los animales más jóvenes y los de edad avanzada también presentan una capacidad de termorregulación menor, lo que los expone a un mayor riesgo de hipotermia en ambientes fríos.
El medio El País reportó que los temblores y la rigidez muscular son algunos de los síntomas más habituales de frío en los perros. A estos signos pueden sumarse la tendencia a buscar refugio, adoptar una postura encorvada, perder el interés por el paseo o mostrar inquietud y pequeños ladridos. Algunos animales levantan las patas para evitar el contacto con el suelo frío, especialmente cuando hay hielo o la superficie está húmeda.
Las pautas reunidas por El País, con información de la marca Purina, incluyen una referencia sobre los rangos de temperatura: muchos perros empiezan a notar el frío cuando el termómetro desciende por debajo de los 7-10 °C. Las razas más sensibles pueden experimentar frío intenso a partir de 0 °C, y el riesgo afecta a perros medianos o grandes por debajo de los -6 °C si permanecen mucho tiempo al aire libre. No obstante, el reportaje subraya que estos valores son orientativos, ya que animales como los huskies o los malamutes, preparados físicamente para temperaturas muy bajas, soportan mejor el invierno que otras razas pequeñas o de pelo corto, que pueden requerir abrigo incluso a 8 °C.
Para mejorar el bienestar de los perros en invierno, los especialistas aconsejan limitar el tiempo de exposición al frío, especialmente durante las horas más frías del día. Según El País, el uso de abrigos impermeables resulta útil en perros más sensibles o vulnerables. Además, es recomendable secar bien a los animales si se mojan por la lluvia y evitar que duerman en contacto directo con el suelo frío, utilizando camas elevadas o aislantes.
El medio El País también resaltó la importancia de tener precauciones especiales en perros con problemas articulares, ya que las bajas temperaturas pueden intensificar la rigidez y el dolor. Para estos casos, un entorno cálido en el hogar y paseos breves y frecuentes se consideran las alternativas más apropiadas.
Ante la sospecha de hipotermia o si el animal manifiesta comportamientos fuera de lo habitual tras exponerse al frío, los veterinarios recomiendan una revisión profesional inmediata. El País enfatizó que la observación y la atención a los cambios físicos y conductuales en los perros constituyen la principal herramienta para proteger su salud durante las épocas de frío intenso.

