Lydia Lozano, más seria que nunca, permanece al lado de su marido Charly durante su ingreso hospitalario

Bajo fuerte presión emocional tras la grave operación a corazón abierto de su esposo, la periodista admitió entre lágrimas que atravesó días de intenso dolor y busca breves momentos de alivio para sobrellevar la dura estancia hospitalaria

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La complicación médica surgió cuando, durante una intervención quirúrgica inicial de espalda, los especialistas identificaron la presencia de una bacteria que había deteriorado gravemente la salud del paciente. Según publicó ¡De viernes!, Lydia Lozano describió entre lágrimas que “la bacteria se comió una válvula” del corazón de su esposo Charly, lo que obligó a los equipos médicos a realizarle una intervención de urgencia a corazón abierto. A raíz de esta operación, Charly permanece hospitalizado en Madrid desde finales de octubre y enfrenta un proceso de recuperación complejo, que incluye entre cinco y seis semanas de ingreso hospitalario, administración de antibióticos por vía intravenosa y controles continuos para descartar una recaída bacteriana.

De acuerdo con ¡De viernes!, la periodista Lydia Lozano mostró en público el impacto emocional que viene afrontando desde que su marido entró en una fase crítica de salud. Las cámaras la captaron mientras caminaba cerca del hospital con gesto serio, protegida de la lluvia por un paraguas, en dirección a un quiosco cercano. En ese lugar, Lozano sostuvo una conversación prolongada con la dependienta, en la que llegó a compartir detalles de la difícil etapa que vive junto a su pareja. El medio detalló que, durante ese lapso, la comunicadora buscaba un instante de respiro frente a la intensidad del acompañamiento hospitalario.

Las visitas de Lozano al hospital se caracterizan por una mezcla de entereza y vulnerabilidad, evidenciando los efectos de la presión emocional que atraviesa. Posteriormente, fue vista regresando al centro médico visiblemente afectada y llevando gafas de sol, gesto que, según relató la propia periodista a ¡De viernes!, forma parte de los recursos que aplica para sobrellevar los momentos de mayor tensión. Lozano reconoció ante el medio que el momento más complicado le llegó al confirmarse la magnitud del problema cardíaco: “Estuve dos días sin parar de llorar cuando me dijeron que tenían que operarlo del corazón. No he llorado más en toda mi vida”.

En sus declaraciones también destacó la actitud de Charly durante el proceso postoperatorio. Según recogió ¡De viernes!, la periodista manifestó que su marido se preocupa activamente por su bienestar: “Es muy buen enfermo y las enfermeras le adoran. Se preocupa por mí para que no esté todo el día en el hospital”. Lozano añadió que, aunque intenta sostener la serenidad, existen momentos en los que la sobrecarga emocional la supera, sobre todo ante la presencia de medios en las inmediaciones: “Cuando hay fotógrafos en la puerta y me preguntan por Charly, ahí me derrumbo”.

El medio subrayó el contraste entre los intentos de Lozano de mantener una apariencia fuerte y la exposición de su fragilidad en intervalos muy concretos. La periodista busca pequeñas rutinas, como la compra de prensa, para afrontar el día a día marcado por la incertidumbre y el sufrimiento ante el estado de su marido. Charly permanece bajo supervisión médica estricta, con un tratamiento intensivo para eliminar cualquier rastro restante de la infección bacteriana, mientras Lozano continúa a su lado, oscilando entre la necesidad de fortaleza y los periodos de tristeza y desahogo, según consignó ¡De viernes!.

Durante toda la estancia hospitalaria, la pareja ha enfrentado jornadas largas y tensas. Charly sigue conectado a controles médicos constantes y la administración de antibióticos sigue siendo prioritaria para evitar nuevas complicaciones. Al mismo tiempo, según reportó ¡De viernes!, la periodista ha encontrado apoyo en el círculo del hospital y en pequeños gestos cotidianos que contribuyen a hacer más llevadera la situación.

La vivencia de Lozano se ha hecho visible más allá del entorno hospitalario por las imágenes difundidas donde se la observa lidiando con el dolor y buscando distracción a través de breves paseos o intercambios de palabras fuera del hospital. La cobertura de ¡De viernes! resalta cómo Lozano busca en esos breves momentos de normalidad una vía de escape necesaria para sostenerse emocionalmente durante una de las etapas más desafiantes de su vida familiar y profesional.