
Olivia de Borbón ha reaparecido ante las cámaras este viernes en la inauguración del parque Mágicas Navidades de Torrejón de Ardoz, en Madrid, tras conocer por boca de su marido, Julián Porras, que iba a estudiar tomar medidas legales contra Isabel Preysler por mencionar a su madre en sus memorias.
Cuando la 'Reina de corazones' habla de su historia de amor con Carlos Falcó -que salió a la luz cuando todavía estaba casada con Julio Iglesias- asegura en su libro que habría sido la madre de la nueva duquesa de Sevilla, Beatriz von Hardenberg, la que habría filtrado que estaba manteniendo un romance secreto con el marqués de Griñón: "Cuando Jaime Peñafiel, con Carmen Martínez Bordiú de testigo, reprodujo el mensaje que alguien había dejado en el contestador, reconocimos la voz: era Beatriz von Hardenberg, duquesa de Sevilla, a quien delató su inconfundible acento alemán. Jamás entendí por qué lo hizo. Puedo tener mis sospechas", relata.
Unas palabras que no gustaron nada a Olivia y que su marido apoyaba: "Olivia está enfadada, porque a nivel personal creo que a las personas que ya no están entre nosotros y no se pueden defender hay que tenerles respeto. Respeto, es mi manera de ver las cosas. Y bueno, me parece feo, me parece de mal gusto y sobre todo me parece poco elegante. Y sobre todo que puede tener unas consecuencias legales en muchos casos. Sé que ha hablado con un abogado".
Este viernes, Olivia ha confesado que finalmente "no" tomará medidas legales contra Preysler porque "el derecho al honor es unipersonal, mi madre ya no está, en todo caso hubiese tenido que ser ella" y no piensa tener una llamada con la Socialité: "Si es que... buff... estoy en Navidad, con mis hijos que están dentro y es en lo que me centro".

