Bélgica afronta tres días de paros la próxima semana que culminarán con una huelga general el miércoles

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Bélgica afrontará la próxima semana tres días de paros en servicios públicos y privados contra los recortes y la reforma de las pensiones anunciados por el Gobierno de coalición, con acciones sindicales que arrancarán el lunes y culminará el miércoles con una huelga nacional que previsiblemente dejará sin vuelos a los principales aeropuertos del país.

La agenda prevista por los sindicatos iniciará el lunes con paros en los transportes públicos, seguidos de servicios públicos como hospitales o escuelas el martes, y terminará con la huelga a la que están llamados todos los sectores del tejido belga el miércoles 26.

Así las cosas, el aeropuerto internacional de Bruselas-Zaventem ha informado de que ningún vuelo despegará de sus instalaciones el miércoles y que, aunque sí mantendrán las rutas de llegada, prevén igualmente que puedan sufrir cancelaciones consecuencia de las cancelaciones de salida.

El aeropuerto de Charleroi (50 kilómetros al sur de Bruselas) también ha informado de que espera importantes perturbaciones en su actividad del miércoles, si bien no ha precisado aún el alcance. Desde la infraestructura avanzan que se cancelarán todos los vuelos de salida y que no pueden por ahora garantizar los de llegada.

Los aeropuertos, además, avisan de las dificultades para llegar al lugar por el previsible impacto de la huelga en el resto de transportes del país, incluidas las líneas de ferrocarril, metro y autobuses.

En el caso del ferrocarril, por ejemplo, la compañía nacional SNCB avanza que previsiblemente su servicio se verá fuertemente afectado durante las 72 horas de paros.

El clima de protestas en el país se mantiene desde hace meses en respuesta a los recortes que prevé el Gobierno de coalición que lidera el ultranacionalista Bart de Wever (N-VA), que gobierna en coalición con otros cuatro partidos.

El Ejecutivo negocia contrarreloj las reformas que permitan recortar en 10.000 millones de euros el gasto de aquí a 2030, un objetivo que forma parte del pacto de gobierno pero cuyas reformas no se han concretado, aunque sí han encontrado un fuerte rechazo social. El pasado octubre, unas 120.000 personas salieron a la calle para protestar contra los recortes sociales.

Los sindicatos convocantes denuncian un plan de recortes con medidas como la subida del IVA, recortes en pensiones y un "desmantelamiento" de la seguridad social y del mercado de trabajo, que mermará un sistema "ya precarizado".

El Gobierno de coalición, conocido como el Ejecutivo 'Arizona' por coincidir los colores de los cinco partidos que lo forman con los de la bandera del estado estadounidense, mantiene varias reformas en suspenso por la falta de entendimiento.

De hecho, el primer ministro ha amenazado con presentar su dimisión si no logra un acuerdo que cierre los presupuestos de los próximos cinco años antes de que acabe este 2025.

Junto a la N-VA, el Gobierno se apoya en los socialistas flamencos (Vooruit), los democristianos de Flandes (CD&V) y de Valonia (Les Engagés) y en los liberales francófonos (MR).