
La reciente intervención de las autoridades bielorrusas en el control de los globos que transportan productos ilegales, principalmente tabaco, hacia Lituania ha llevado al gobierno lituano a considerar la posibilidad de reabrir los pasos fronterizos cerrados, según publicó la agencia ELTA. El presidente lituano, Gitanas Nauseda, dijo que existen indicios de que medidas tomadas desde Bielorrusia han provocado una reducción significativa en el número de intentos de introducir contrabando al país báltico, lo que podría allanar el camino para una flexibilización de las restricciones a partir del 30 de noviembre, fecha prevista para el cese de las limitaciones impuestas en respuesta a estos incidentes.
De acuerdo con lo que detalló ELTA, el presidente Nauseda explicó que, si bien las incursiones mediante globos con mercancía ilegal desde Bielorrusia no han sido erradicadas por completo, el descenso registrado se atribuye a una cooperación internacional con Polonia y Estados Unidos. Polonia, que reabrió su frontera el lunes, ha coordinado con Lituania y otros socios europeos y estadounidenses para abordar el problema del contrabando. El mandatario lituano destacó que estas acciones conjuntas han ejercido suficiente presión sobre Minsk para forzar la implementación de algún tipo de control, aunque no ha quedado eliminado completamente el riesgo de nuevos intentos.
Al referirse a la situación, Nauseda sostuvo que la postura de Lituania continuará enfatizando la vigilancia y la advertencia a las autoridades bielorrusas. El presidente aseguró que si se registran nuevas escaladas en el contrabando u otras actividades denominadas ataques híbridos, la reacción de Lituania será el cierre inmediato de la frontera, sin dar lugar a discusiones adicionales. “Bielorrusia sabe perfectamente que si se produce una escalada, o nuevos ataques híbridos, la frontera podría cerrarse de nuevo”, expresó Nauseda en declaraciones recogidas por ELTA. De acuerdo con lo reportado por ese medio, el jefe de Estado hizo hincapié en la necesidad de mantener la presión sobre el gobierno de Minsk para mostrar que Lituania no consentirá tales prácticas.
La medida de clausurar parcialmente los cruces fronterizos, implementada por Lituania a finales de octubre, buscó responder al aumento en los incidentes de contrabando en la frontera compartida con Bielorrusia. Según informó ELTA, la decisión contempló el cierre de dos pasos específicos hasta el 30 de noviembre, con el objetivo explícito de disuadir a quienes intentan ingresar mercancía ilícita en territorio lituano, especialmente a través de métodos no convencionales como globos con carga ilegal.
En represalia por estas acciones, las autoridades de Minsk procedieron a retener en la frontera más de mil vehículos de carga con matrícula lituana, argumentando razones de seguridad. Esta situación generó un nuevo punto de tensión en la relación bilateral y complicó el flujo habitual de comercio y transporte fronterizo, según consignó la agencia ELTA.
El presidente Nauseda afirmó que el enfoque lituano ante el tema fronterizo seguirá ligado a la cooperación con aliados de la Unión Europea y Estados Unidos, considerando que la reapertura de la frontera depende de la evolución del comportamiento bielorruso y de la ausencia de nuevos intentos de ataques o incursiones mediante contrabando. El mandatario indicó que la política de restricciones podría revisarse en coordinación con estos aliados, siempre evaluando los riesgos derivados de las acciones del gobierno de Minsk.
Esta serie de medidas y reacciones forman parte del marco más amplio de tensiones entre los países bálticos y Bielorrusia, en un contexto regional donde el control fronterizo se ha visto influido por las actividades ilícitas y las disputas políticas. Según la cobertura de ELTA, la decisión final sobre la reapertura de los cruces lituanos dependerá de la situación en la frontera y de la evolución de las políticas de Minsk en relación al contrabando y otras prácticas consideradas como amenazas híbridas por Vilna.