Al abordar la limpieza de almohadas en el hogar, el tipo de lavadora representa un factor decisivo que muchas personas no tienen presente. Según publicó El País, las lavadoras equipadas con un agitador central pueden ocasionar daños en la estructura interna de las almohadas, aunque estén fabricadas con materiales aptos para un lavado completo. El medio recoge la explicación del ingeniero químico Diego Fernández, quien destaca que este componente en el tambor, característico de ciertos modelos de carga superior, produce movimientos bruscos que tienden a retorcer y deformar el relleno.
El País explica que la duda sobre lavar las almohadas en la lavadora aparece con frecuencia entre los usuarios, ya que los resultados varían según el tipo de relleno y la manera de lavado. Mientras que en ocasiones las almohadas recuperan su aspecto tras pasar por la lavadora, muchas veces el resultado es un cojín apelmazado, deformado o con el núcleo alterado.
El primer paso antes de elegir un ciclo de lavado, el detergente o la temperatura es conocer el material del que está hecha la almohada. El diario indica que las almohadas de látex no son aptas para la lavadora, ya que este material retiene altos niveles de humedad, seca lentamente y resulta propenso a deformaciones o agrietamientos. Los fabricantes de estos productos recomiendan una limpieza exclusivamente superficial, usando un paño ligeramente húmedo con detergente suave. El uso de agua oxigenada se reserva para tratar manchas amarillas localizadas.
El medio también advierte sobre las almohadas viscoelásticas, cuyo núcleo se deteriora al mojarse completamente. Si la viscoelástica permanece húmeda, existe el riesgo de desarrollo de moho. Para este tipo de relleno, así como para las almohadas de espuma, se recomienda evitar el lavado completo en lavadora. Tales materiales pueden romperse o agrietarse debido al movimiento del tambor, especialmente en los modelos con agitador central. En estos casos, se sugiere limpiar únicamente la superficie.
Las almohadas que sí suelen ser aptas para la lavadora, según informa El País, incluyen aquellas con relleno de microfibra, de fibra hueca, materiales sintéticos suaves y algunas versiones de plumas o plumón, siempre que el fabricante lo autorice. Estos modelos presentan un menor riesgo de deformación, aunque el lavado debe realizarse bajo ciertas condiciones para preservar la integridad del cojín.
El ingeniero químico citado por el medio sugiere una preparación previa para el lavado de las almohadas aptas. El proceso arranca con un remojo de una hora en agua caliente combinada con percarbonato de sodio, un agente blanqueante recomendado contra manchas amarillas. Tras este paso, es posible lavar las almohadas en la lavadora introduciendo siempre dos a la vez, lo que sirve para equilibrar la carga y evitar movimientos bruscos en el tambor.
Respecto al detergente, El País recomienda emplear una cantidad pequeña de detergente líquido y descartar el suavizante, que puede dejar residuos en el interior. Para el ciclo, se aconseja seleccionar el programa delicado y un centrifugado suave, lo que reduce el peligro de desgarros y deformaciones internas.
En cuanto al secado, se señala que la opción idónea es la secadora, colocando junto a las almohadas algunas bolas de secado o peluches pequeños. Este método hace que el relleno recupere el volumen. Cuando no es posible utilizar secadora, la recomendación consiste en secar las almohadas en posición horizontal, volteándolas cada tanto para impedir que la humedad se concentre en un solo punto.
El motivo principal para limpiar las almohadas con regularidad, detalla el artículo de El País, radica en que este objeto acumula sudor, restos de piel, polvo, humedad y ácaros, elementos que no siempre resultan visibles. Por esta razón, los expertos consultados por el medio recomiendan lavar o limpiar las almohadas como mínimo dos veces al año, incluso si el aspecto exterior parece limpio, con el fin de prevenir olores desagradables y disminuir el riesgo de alergias.
La frecuencia y el tipo de limpieza dependen tanto del material como del estado del relleno. El medio también aclara que en el caso de encontrar manchas amarillas, el uso de agua oxigenada de forma puntual puede ayudar a eliminar las marcas sin dañar la estructura de la almohada.
En síntesis, la decisión de lavar o no una almohada en la lavadora requiere considerar tanto el tipo de material como el diseño del electrodoméstico. Modelos de carga superior con agitador central, presentes en algunos hogares y más habituales en modelos antiguos o económicos, implican un mayor riesgo de daño durante el lavado, según advierte el ingeniero Fernández en el reporte de El País. La mayoría de las lavadoras en hogares españoles son de carga frontal, lo que contribuye a una limpieza más suave y segura para aquellos rellenos aptos para el lavado en máquina. Por otro lado, los productos fabricados con látex, viscoelástica o espuma deben evitar el lavado completo y recibir solo un tratamiento superficial a mano.


