
La agencia estatal mozambiqueña de noticias, AIM, reportó que tras la reciente embestida violenta en Mazua, en la provincia de Nampula, imágenes divulgadas muestran escenas de brutalidad, incluyendo la decapitación de una de las víctimas, mientras que las demás fueron ultimadas por disparos. En este contexto, la noticia principal se centra en la muerte de al menos cuatro personas en un ataque atribuido a extremistas islámicos en el norte de Mozambique.
Según informó AIM, la localidad de Mazua experimenta un aumento de la inseguridad desde hace meses, relacionado con una intensificación de los ataques ejecutados por el grupo Estado Islámico en África Central (ISCA), cuyo foco principal se encuentra en la provincia de Cabo Delgado. El atentado, atribuido a posibles integrantes de este grupo, no ha sido reivindicado formalmente hasta el momento, pero las circunstancias apuntan hacia su implicación.
El administrador del distrito de Memba, Manuel Cintura, declaró a AIM que inmediatamente después del ataque se procedió al despliegue de fuerzas de seguridad en la zona. Cintura afirmó que "el área está bajo control y protección de las fuerzas mozambiqueñas" y enfatizó el seguimiento activo a los responsables mediante la expresión "las fuerzas mozambiqueñas persiguen al enemigo". Según consignó el medio local, este operativo busca restaurar la calma y prevenir nuevas agresiones armadas en Mazua y sus alrededores.
Tal como detalló AIM, la provincia de Nampula, junto a Cabo Delgado, enfrenta una escalada de violencia desde octubre de 2017, atribuida a milicianos islamistas que operan bajo el nombre de Al Shabaab. El medio estatal subraya que este grupo no guarda relación con la organización homónima establecida en Somalia, asociada a Al Qaeda; en el caso de Mozambique, los ataques han sido enlazados al ISCA, entidad con lazos al autodenominado Estado Islámico.
A lo largo de los últimos meses, el ISCA intensificó sus acciones armadas en la región, marcando un repunte en la frecuencia y letalidad de los episodios violentos. Los ataques han provocado el desplazamiento de habitantes, el cierre parcial de rutas y la implementación de mayores controles de seguridad en puntos clave de Nampula y Cabo Delgado. Según publicó AIM, la respuesta oficial incluye patrullas regulares y estrategias de búsqueda de los presuntos militantes implicados, en coordinación con entidades locales y fuerzas de defensa.
El impacto de los ataques yihadistas en el norte de Mozambique afecta a la vida cotidiana de la población, al restringir los desplazamientos, propiciar el temor entre los residentes y modificar las rutinas habituales en zonas rurales afectadas. AIM informó que las autoridades continúan rastreando a los responsables y mantienen la vigilancia reforzada en la localidad de Mazua, procurando impedir nuevos hechos de violencia y devolver la sensación de seguridad a los habitantes.
Los datos proporcionados por AIM reflejan que la persistencia de estos ataques complica los esfuerzos de estabilización y desarrollo en Nampula y Cabo Delgado. La falta de reivindicación directa del último ataque no ha impedido la puesta en marcha de medidas extraordinarias de seguridad y la intensificación del trabajo de inteligencia en toda la región norte del país.

