Los adolescentes en España ven a la IA como herramienta "fundamental" y "primera fuente de fiabilidad", según un estudio

Un informe de Plan International revela que jóvenes españoles consideran la inteligencia artificial como una aliada clave para el estudio, la toma de decisiones y la vida personal, aunque muestran cautela sobre su capacidad para reemplazar relaciones humanas

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La evaluación sobre si la inteligencia artificial puede llegar a reemplazar las relaciones humanas genera escepticismo entre los jóvenes españoles participantes en la investigación de Plan International. A pesar de considerar que la IA resulta un apoyo importante, una mayoría sostiene que esta herramienta no sustituirá el papel de las personas en su entorno, según el estudio 'Así hablamos: las voces de la adolescencia'. Esta publicación presenta la perspectiva de adolescentes de 14 a 17 años en diversas regiones de España, quienes describen a la IA como esencial en su vida académica, en la toma de decisiones y en el ámbito personal, aunque persisten límites claros en cuanto a la confianza depositada en sus capacidades relacionales.

De acuerdo con Plan International, la investigación se realizó a través de cinco grupos de discusión en línea, donde participaron tanto chicas como chicos. Dentro de los espacios de diálogo, los adolescentes señalaron que la inteligencia artificial se ha transformado en su referencia principal de información y consulta. Un joven de 15 años residente en Barcelona expresó que utiliza la IA para resumir tareas académicas y recibir consejos de estudio, mientras que una adolescente de 17 años de Cádiz destacó que acude a esta tecnología cuando necesita aclarar temas no comprendidos en clase. Un participante de Sevilla la Nueva comentó que, al enfrentarse a la decisión de elegir entre Bachillerato y Formación Profesional, recurrió a la IA como herramienta de orientación y soporte en su propio proceso de elección.

El medio explicó que, además de su función educativa, los adolescentes emplean la inteligencia artificial para informarse sobre temas de interés o recibir asesoría en cuestiones relacionadas con aficiones personales. Desde el punto de vista de la fiabilidad, varios participantes en el estudio mencionaron que perciben a la IA como un recurso objetivo, especialmente en comparación con familiares o amigos que pueden ofrecer opiniones subjetivas en circunstancias personales complejas. Ejemplos de este uso se reflejan en testimonios como el de un joven de 16 años, quien subrayó la objetividad de la tecnología frente a la parcialidad de los entornos cercanos al consultar por problemas familiares.

En la mesa redonda que sirvió para la presentación del informe participaron figuras como la directora general de Plan International, Concha López, la consejera delegada de 40dB Belén Barreiro, la directora y guionista Leticia Dolera, y la activista juvenil Marta Mateo, junto con el divulgador científico Ignacio Crespo. Concha López resaltó que el objetivo de la ONG reside en escuchar a la nueva generación, identificar sus necesidades y brindarles herramientas concretas a través de programas específicos. Subrayó, según consignó el medio, la normalización y proliferación del uso de la IA en el día a día adolescente.

El informe de Plan International mostró que este grupo de edad no solo recurre a la inteligencia artificial como ayuda educativa, sino también como consultora para el manejo de relaciones personales y toma de decisiones cotidianas. Una chica de 15 años explicó que, ante un conflicto con una amiga, solicitó a la inteligencia artificial orientación para resolver la situación y logró restablecer el vínculo. Otra adolescente, de 17 años, consultó a la IA para empezar una dieta más saludable; mientras que un joven de 15 años manifestó que, aunque no comparte todos sus pensamientos con la IA, sí le pide recomendaciones antes de adquirir un producto.

Pese a esta confianza en la inteligencia artificial como guía y apoyo, el informe puntualizó que la mayoría de los adolescentes no considera que esta tecnología pueda reemplazar a los seres humanos. Un participante de 15 años expresó que, a pesar de tratarse de un recurso útil, nunca remplazará a un amigo. Así lo detalló también Plan International al señalar que este escepticismo demuestra un uso responsable y una percepción de la tecnología basada en límites y diferencias con los vínculos humanos.

En cuanto a temas de igualdad y feminismo, la investigación verificó que tanto chicas como chicos valoran positivamente la igualdad de género. Sin embargo, el término feminismo provocó mayor división. Un adolescente de 16 años manifestó que apoyaría un feminismo dirigido a lograr equidad sin identificarse con el movimiento actual. Plan International indicó que esta posición es más frecuente entre chicos, mientras que las chicas suelen tener mayor conocimiento sobre el recorrido histórico del feminismo y tienden a señalar que la proliferación de denuncias falsas se utiliza para desacreditar el movimiento: “Yo siento que el tema de las denuncias falsas es un tema al que suelen recurrir para ir en contra del feminismo porque suelen hacer más grande el problema de lo que es”, afirmó una participante de 16 años.

Respecto a las relaciones de pareja, Plan International subrayó que, para muchas adolescentes, la equidad es esencial. No obstante, persisten modelos tradicionales influidos por el consumo de medios, cultura y redes sociales. Según el informe, tanto chicas como chicos tienden a justificar conductas como los celos o el control sobre la pareja, considerando normal, por ejemplo, preguntar dónde está o con quién habla el otro. Una intervención durante los grupos afirmaba que controlar a la pareja en una situación de celos físicos podía considerarse justificado.

El estudio constató que las conductas de vigilancia digital pocas veces se identifican como situaciones violentas: los y las adolescentes reconocen estos actos como síntomas de toxicidad o falta de respeto solo si resultan reiterados, pero rara vez los perciben como formas de violencia salvo que alcancen niveles extremos. Frente a esto, la violencia sexual digital sí logra un reconocimiento claro como agresión o incluso delito. Una adolescente de 16 años valoró que enviar fotografías íntimas bajo presión constituye violencia, mientras que calificó otras actitudes como tóxicas, aunque no llegaran a considerarse violencia conforme a la percepción del grupo.

Plan International señaló la necesidad de reforzar la educación, protección y participación para el reconocimiento de los adolescentes como sujetos de derechos digitales. La organización instó a incorporar en el currículo educativo, en todos los niveles y adaptada a cada ciclo, la enseñanza sobre el uso seguro, ético y responsable de la tecnología. Propuso que la formación abarque alfabetización digital, privacidad, ciberseguridad, pensamiento crítico, ética digital e inteligencia artificial, así como la integración de contenidos relativos a educación emocional y afectivo-sexual integral.