
El Consejo para los Derechos Humanos de Naciones Unidas ha adoptado este viernes una resolución que estipula la creación de una misión independiente para investigar las atrocidades cometidas por la organización paramilitar sudanesa Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) en la capital histórica de la región de Darfur, El Fasher, desde el comienzo de su asedio a la ciudad en abril del año pasado hasta la campaña de exterminio, tal y como han denunciado la ONU y ONG, que está efectuando tras conquistar la localidad hace dos semanas.
La misión actuará bajo las competencias de la resolución A/HRC/S-38/L.1, adoptada este viernes por consenso en la sesión extraordinaria convocada por Reino Unido y Alemania, y refrendada por más de una veintena de Estados miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, España entre ellos.
Las RSF han sido acusadas de un espectro de atrocidades que comprenden ejecuciones extrajudiciales, violaciones, detenciones ilegales, desplazamientos forzados y torturas. El grupo paramilitar lo niega categóricamente y asegura por contra que se trata de una propaganda orquestada por el Gobierno y el Ejército de Sudán, con los que lleva en guerra desde abril desde 2023 tras el fracaso de las negociaciones para integrarse en las filas regulares, en el colapso definitivo de un frágil proceso de transición tras la caída del dictador Omar al Bashir en 2019.
En declaraciones previas a la adopción de la resolución, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, ha denunciado una situación catastrófica, facilitada por la pasividad de la comunidad internacional, que no ha hecho nada para impedir una tragedia "que se veía venir" y que está a punto de repetirse en la vecina región de Kordofán.
Turk ha recordado que su oficina publicó el año pasado más de una veintena de comunciados de advertencia sobre lo que estaba ocurriendo en El Fasher, con información verificada por su equipo que alertaba de un "asedio asfixiante" que estaba llevando a la gente a comer "cáscaras de cacahuetes y pienso para animales" hasta que finalmente acabó por declarar la situación de hambruna en la ciudad y en sus campos de desplazados a las afueras.
El Alto Comisionado avisó igualmente que la caída de la ciudad en manos de las RSF desembocaría en "el baño de sangre" que ahora mismo empapa sus calles, escenarios de "ejecuciones en masa, violaciones en grupo, secuestros, detenciones arbitrarias, ataques contra centros y trabajadores sanitarios, y otras horripilantes atrocidades". Imágenes por satélite llevan días identificado pilas de cadáveres diseminadas por la ciudad.
"Estas manchas de sangre han sido fotografiadas desde el espacio. La mancha que ha dejado en la comunidad internacional será menos visible, pero no por ello menos dañina", ha lamentado Turk, que ha llamado a la comunidad internacional a actuar de una vez para impedir una campaña de exterminio que ya ha terminado de adquirir tintes étnicos al ir específicamente dirigida contra las comunidades no árabes de la ciudad, como ha alertado este mismo viernes el enviado especial de la Unión Africana para la prevención del Genocidio, Adama Dieng.
Turk ha insistido que sus equipos llevan meses recabando información que podría servir de prueba para llevar a los autores de estas matanzas ante los tribunales, como las declaraciones que están tomando a los supervivientes que han conseguido escapar de El Fasher hasta la vecina localidad de Tawila. "A todos los involucrados en este conflicto: os estamos vigilando y la justicia prevalecerá", ha avisado Turk antes de recordar que este conflicto es, también en buena parte, una "guerra de terceros" por los recursos de Sudán.
Cabe recordar que Emiratos Árabes Unidos ha sido acusado por las autoridades sudanesas, activistas e investigadores de tomar partido por las RSF para garantizar el control de los recursos de las zonas conquistadas por el grupo paramilitar, con el que comparte el objetivo ideológico de aplastar cualquier reducto de islamismo representado, acusan los paramilitares, en los simpatizantes de Al Bashir que todavía se encuentran en las filas del Ejército sudanés.
Turk ha terminado su comparecencia con otro "serio aviso": la región de Kordofán, en el sur del país, corre grave peligro de convertirse en un nuevo episodio de atrocidades. "Todos los indicios están ahí: bombardeos, bloqueos, expulsiones forzadas y un repugnante desprecio hacia la vida humana", ha alertado.


