
La declaración de Marco Rubio sobre la cooperación activa del gobierno venezolano en el tráfico de drogas dirigida tanto a Estados Unidos como a Europa marcó uno de los momentos clave en su intervención en la localidad canadiense de Niagara-on-the-Lake. Allí, Rubio sostuvo que las operaciones estadounidenses en el Caribe tienen como objetivo frenar el narcotráfico, una actividad que, de acuerdo con sus palabras, cuenta con el aval directo del ejecutivo liderado por Nicolás Maduro. El secretario de Estado estadounidense, citado por France 24 y recogido por distintos medios internacionales, afirmó: “Cooperan abiertamente con el envío de estas drogas hacia Estados Unidos y Europa, por cierto, así que tal vez deberían agradecernos” las operaciones. El funcionario insistió en que las acciones militares podrían cesar de inmediato si dejara de detectarse tráfico ilícito en la región, sumando que se trata de una “operación contra el narcotráfico”.
Según informó France 24, Rubio subrayó que los ataques realizados por las fuerzas estadounidenses contra embarcaciones en las aguas del Caribe responden a la presencia de amenazas narcoterroristas en el hemisferio occidental. Al ser consultado sobre las críticas provenientes de la Unión Europea respecto a dichas acciones, el jefe de la diplomacia estadounidense sostuvo que Bruselas carece de autoridad para interferir en las decisiones relativas a la defensa nacional de Estados Unidos. En conversación con la prensa, el secretario de Estado remarcó: “No creo que la Unión Europea pueda determinar qué es el Derecho Internacional. Desde luego, no puede determinar cómo defiende Estados Unidos su seguridad nacional”. Rubio reiteró el argumento de la Casa Blanca de que el presidente Donald Trump actúa “en defensa de un país que está siendo atacado por narcoterroristas organizados en (su) hemisferio”.
El medio France 24 detalló que Rubio planteó una comparación directa sobre la cooperación transatlántica. Expresó que, según su visión, existe una demanda constante por parte de naciones europeas para que Estados Unidos suministre armamento sofisticado —incluyendo misiles de largo alcance— para la protección en el continente europeo, mientras que se generan objeciones cuando Washington despliega portaviones en el entorno geográfico estadounidense. “Me parece interesante que todos estos países quieran que enviemos y suministremos, por ejemplo, misiles ‘Tomahawk’ con capacidad nuclear para defender Europa, pero cuando Estados Unidos envía portaaviones en nuestro hemisferio, donde vivimos, entonces eso es un problema”, afirmó Rubio en rueda de prensa.
El secretario de Estado estadounidense hizo estas declaraciones durante la cumbre de ministros de Exteriores del G7, celebrada en la localidad canadiense de Niagara-on-the-Lake. Allí, Rubio manifestó que durante las sesiones oficiales del grupo no se discutieron las operaciones militares de su país en el Caribe ni en el Pacífico. Señaló: “A lo mejor lo han discutido entre ellos pero no se trató en ninguna de las reuniones que tuvimos, ni ayer por la noche ni hoy”, descartando así que el tema se encontrara en la agenda formal de los encuentros diplomáticos multilaterales de alto nivel.
El despliegue militar estadounidense en el Caribe ocurrió en un contexto regional marcado por tensiones y movimientos de tropas, según reportó France 24. El gobierno de Venezuela, conducido por Nicolás Maduro, ordenó la movilización de 200.000 militares como respuesta directa a la llegada de un nuevo portaaviones estadounidense a la región. El ejecutivo venezolano considera el ingreso del navío una amenaza directa. Estas maniobras han contribuido al aumento de la tensión bilateral y han generado reacciones en la comunidad internacional.
La reacción europea no se limitó a plantear reservas en el plano diplomático. El ministro de Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, expresó su “preocupación” por los ataques estadounidenses en el Caribe, afirmando que esas acciones pasaban por alto el Derecho Internacional. Barrot, citado por France 24, señaló la importancia de evitar cualquier “inestabilidad causada por posibles escaladas”, resaltando el riesgo de que la situación desemboque en consecuencias más amplias para la región y para la seguridad mundial. El funcionario francés insistió en la necesidad de actuar con cautela para impedir que el aumento de la presencia militar derive en nuevos conflictos regionales.
De acuerdo con France 24, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, también fijó posición acerca de la escalada de tensiones en la región. Guterres sostuvo que, desde la organización internacional, se encuentran “muy preocupados y cada vez más inquietos” por el crecimiento de las hostilidades entre Washington y Caracas. El titular de Naciones Unidas realizó un llamamiento público para mitigar el enfrentamiento y propuso intensificar vías diplomáticas a fin de reducir la confrontación, impulsando la búsqueda de soluciones negociadas a la crisis actual.
Las afirmaciones de Rubio y las respuestas internacionales reflejan una situación donde el combate al narcotráfico y las cuestiones de soberanía nacional se entrelazan con la política de seguridad global y regional. El hecho de que las operaciones estadounidenses no formaran parte de la discusión formal del G7, según relató Rubio, pone de manifiesto las diferencias de enfoque entre aliados internacionales acerca de los límites de la intervención militar y la aplicación de las leyes internacionales.
France 24 recogió los detalles sobre la argumentación de Rubio respecto de la soberanía de las acciones estadounidenses en el Caribe. Excluyó la posibilidad de que entidades internacionales y gobiernos extranjeros puedan definir los términos en los cuales Estados Unidos debe ejercer la defensa de su territorio y de sus intereses. Al realizar señalamientos directos hacia la Unión Europea y Venezuela, Rubio consolidó la postura oficial estadounidense sobre la centralidad de los temas de narcotráfico y la percepción de riesgo proveniente de actores a quienes Washington vincula con organizaciones criminales trasnacionales.
Con la permanencia de tropas estadounidenses en el Caribe y la movilización militar venezolana, la región enfrenta un escenario de tensión con repercusiones directas en la relación entre Washington, Caracas y las capitales europeas. El seguimiento diplomático y las distintas posturas en el Consejo de Seguridad de la ONU ilustran las consecuencias de este tipo de operaciones en el equilibrio y la estabilidad internacional, conforme a la información publicada por medios internacionales como France 24.


