El Gobierno de Senegal se opone a reestructurar su deuda ante el FMI a pesar de la crisis

Guardar

El primer ministro de Senegal, Ousmane Sonko, se ha declarado radicalmente en contra de la propuesta de reestructuración de la deuda del país ante el Fondo Monetario Internacional y ha reivindicado, en un discurso este pasado sábado, la determinación del gobierno de mantener la soberanía financiera y preservar el acceso a los mercados.

En situaciones donde las obligaciones de deuda se vuelven difíciles de cumplir, "la solución que nos proponen es la reestructuración", declaró Sonko en una reunión del partido Pastef en Dakar el sábado, pocos días después de que el Fondo Monetario Internacional concluyera una misión en Senegal.

Para Sonko, sin embargo, esta medida que podría brindar cierto alivio a corto plazo, también acarrearía costos significativos a la larga, incluyendo la limitación del acceso de Senegal a los mercados internacionales para obtener financiación y la dificultad para atraer inversionistas para grandes proyectos de infraestructura, afirmó.

"Senegal será visto como un país al borde de la bancarrota. También será difícil atraer inversionistas, y los acreedores podrían obligarlos a pagar la deuda oculta", ha explicado antes de reconocer la dificultad en "las negociaciones con el FMI".

Los bonos en dólares de Senegal cayeron el viernes a su nivel más bajo en siete meses, después de que el FMI concluyera una misión de dos semanas en el país sin alcanzar un acuerdo a nivel técnico sobre un nuevo programa.

El gobierno ha estado presionando para lograr un acuerdo después de que el Fondo congelara una línea de crédito de 1.700 millones de euros el año pasado debido a préstamos no declarados.

Una auditoría posterior realizada por la administración del presidente, Bassirou Diomaye Faye, descubrió 6.500 millones de dólares en préstamos ocultos del gobierno anterior, lo que llevó a S&P Global Ratings y Moody's Ratings a rebajar aún más la calificación de la deuda del país, situándola en la categoría de bono basura.

Senegal se enfrenta a graves dificultades para sanear sus finanzas, con un déficit presupuestario del 14% del PIB y una deuda pública estimada en el 132% del PIB a finales del año pasado, según las estimaciones de la agencia Bloomberg.

Sonko, en este sentido, ha asegurado que el gobierno priorizará el aumento de los ingresos internos, protegiendo a los hogares del incremento en los precios de productos básicos como agua, electricidad, arroz y azúcar. "Movilizar los ingresos fiscales es mejor que aceptar una reestructuración de la deuda", ha declarado.

En las últimas semanas, el gobierno ha introducido nuevos impuestos sobre el tabaco, el alcohol, los juegos de azar y las transferencias de dinero móvil de uso generalizado como parte de su esfuerzo por recaudar fondos a nivel interno.