
El presidente de Israel, Isaac Herzog, ha advertido este lunes de que la crispación está haciendo que el país esté "de nuevo al borde del abismo", durante un acto por el 30º aniversario del asesinato del primer ministro Isaac Rabin, tiroteado por un extremista israelí el 4 de noviembre de 1995.
"Tres décadas después seguimos viendo las mismas señales, quizás incluso más: palabras duras, crudas y groseras; acusaciones de traición; veneno en redes sociales y en la esfera pública; violencia física y verbal", ha resaltado durante el acto, celebrado en el monte Herzl, a las afueras Jerusalén.
Herzog ha indicado que es "inconcebible" que 30 años después del asesinato de Rabin "sigamos teniendo esta amenaza de violencia en nuestra sociedad". "¡Es una amenaza estratégica en todos los sentidos!", ha espetado.
En particular se ha referido a la violencia contra cargos públicos, miembros de las Fuerzas Armadas y del Shin Bet, funcionarios, fiscales y jueces, así como contra diputados y contra el propio primer ministro, Benjamin Netanyahu.
"Estamos una vez más al borde del abismo y solo debe haber un camino: tolerancia cero a la violencia" porque Israel "no es un campo de batalla, sino un hogar y en nuestro hogar no se dispara". "Ni con armas, ni con palabras, ni con amenazas, ni con frases y ni siquiera con insinuaciones", ha resaltado.
El presidente israelí ha defendido la necesidad de cumplir estrictamente con el acuerdo de paz planteado por el presidente estadounidense, Donald Trump, para Gaza y avanzar hacia la siguiente fase del mismo. Ahora mismo las milicias gazatíes aún tienen que enregar ocho cuerpos de rehenes en su poder, mientras que las Fuerzas Armadas israelíes controlan todavía el 53 por ciento del enclave palestino y desarrollan frecuentemente acciones militares.
Para Herzog hay que "ampliar el círculo de la paz" en nombre de Rabin en referencia a la posibilidad de cerrar acuerdos de paz con otros países árabes de la región. Rabin firmó los Acuerdos de Oslo con la Organización para la Liberación de Palestina y el acuerdo de paz con Jordania.
"Israel siempre ha deseado la paz con todos nuestros vecinos. Debemos seguir deseándolo", ha subrayado, aunque ello "también depende de nuestros vecinos, en particular de los palestinos", de que "asuman y reconozcan que nuestro hogar nacional está aquí, en nuestra tierra ancestral, y que comprendan que el camino del terror jamás podrá derrotarnos".


