
El ministro paquistaní de Información, Ataulá Tarar, señaló que Islamabad presentó evidencias “irrefutables” sobre los vínculos entre el régimen talibán en Afganistán y fuerzas armadas hostiles a Pakistán, al tiempo que criticó que la parte afgana evitó abordar el tema central durante las negociaciones recientes que se celebraron en Turquía. Según informó el medio Europa Press, las conversaciones entre representantes de ambos países terminaron sin acuerdo tras una serie de reuniones orientadas a alcanzar un alto el fuego y una fórmula política a la crisis desatada por enfrentamientos fronterizos, que provocaron decenas de muertes en ambos lados de la frontera.
De acuerdo con Europa Press, el Gobierno de Pakistán confirmó la ruptura del diálogo con las autoridades talibán de Afganistán, surgidas tras la toma de Kabul en agosto de 2021. El objetivo principal de los encuentros en Doha y Estambul consistía en exigir al régimen establecido en Afganistán que actuara contra el grupo armado Tehrik-i-Taliban Pakistan (TTP), conocido como los talibán paquistaníes, además de impedir el uso de territorio afgano como base para operaciones terroristas dirigidas hacia Pakistán.
El ministro Tarar declaró que, pese a la propuesta clara de Islamabad, la delegación talibán se “desvió del asunto central”, optando por negar cualquier apoyo o responsabilidad respecto a los terroristas antipaquistaníes, e incluso recurriendo a lo que denominó “cruces de acusaciones, desviaciones y engaños”. En su mensaje compartido en la red social X, Tarar afirmó: “Dado que el régimen de los talibán no tiene responsabilidad hacia el pueblo de Afganistán y florece en la economía de guerra, desea arrastrar y sumir al pueblo afgano en una guerra innecesaria”. Asimismo, aseveró que Pakistán continuará implementando medidas para proteger a su población frente a la amenaza terrorista, utilizando todos los recursos disponibles para combatir a los grupos hostiles y sus apoyos.
La tensión se mantuvo elevada en la región de la frontera, como reportó Europa Press. El ministro de Defensa paquistaní, Jauaja Asif, criticó duramente a la cúpula afgana durante los contactos diplomáticos: calificó sus intervenciones como “declaraciones venenosas”, reflejo —según sus palabras— de la “mentalidad tortuosa y fragmentada del régimen talibán”. Asif sostuvo en la red social X que “Pakistán no necesita emplear ni una fracción de su arsenal para eliminar totalmente al régimen talibán y llevarlos de vuelta a esconderse en cuevas”, en alusión al episodio militar de Tora Bora, y agregó que Afganistán es “un cementerio”, “especialmente para su propio pueblo”. El ministro denunció que los talibán promueven la inestabilidad regional para perpetuar una economía de guerra y mantener el poder.
El medio Europa Press detalló que Asif responsabilizó a los dirigentes talibán de escalar el conflicto y advirtió de graves consecuencias si se producen nuevos atentados desde Afganistán contra Pakistán. Expresó: “Hemos soportado su traición y su burla durante demasiado tiempo, pero ya es suficiente. Cualquier ataque terrorista y atentado suicida en Pakistán derivará en un sabor amargo por estas temeridades”. El ministro mencionó que cualquier intento de medir la determinación y las capacidades paquistaníes resultaría riesgoso para el régimen talibán.
La perspectiva del gobierno afgano tras la ruptura en Turquía se conoció a través de la cadena pública RTA. Esta estación, alineada frecuentemente con la línea oficial de los talibán, informó que las conversaciones fracasaron ante lo que calificaron como “demandas poco razonables” de Islamabad, entre ellas la solicitud de garantías afganas para evitar ataques a territorio paquistaní. La delegación afgana respondió que el TTP representa una cuestión interna y antigua para Pakistán y aseguró que no tolerarán el uso de territorio afgano contra ningún país. Según la RTA, los talibán solicitaron a Islamabad que impida que Estado Islámico y otras agrupaciones extremistas utilicen suelo paquistaní para perpetrar agresiones en Afganistán, que respete el espacio aéreo afgano y que distinga entre asuntos comerciales y políticos.
La cadena RTA también comunicó el mensaje de los talibán donde se reiteró un compromiso con la estabilidad regional, el respeto mutuo y la necesidad de que cualquier diálogo relevante se fundamente en justicia y expectativas realistas.
Europa Press recordó que el cese temporal de hostilidades entre Pakistán y Afganistán siguió a una oleada de explosiones registradas el 9 de octubre en Kabul, que los talibán atribuyeron al ejército paquistaní. Los ataques estaban dirigidos, según versiones afganas, contra el líder del TTP, Nur Wali Mehsud, quien sobrevivió. Este hecho coincidió con la visita a India del ministro de Exteriores afgano, Amir Jan Mutaqi, y desencadenó una respuesta militar por parte de los talibán, con enfrentamientos a lo largo de varios puntos de la zona limítrofe. Las escaramuzas llevaron a la adopción de un alto el fuego temporal de 48 horas, renovado después del primer contacto en Doha, con la mediación de Turquía y Qatar.
Hasta la fecha, según Europa Press, la situación fronteriza permanece inestable: los pasos limítrofes continúan cerrados a raíz de los choques armados, que dejaron cerca de 50 civiles muertos en territorio afgano y 23 militares fallecidos del lado paquistaní. No se dispone de información precisa sobre posibles víctimas civiles entre los talibán. El área ha sido escenario de repetidos incidentes de inseguridad protagonizados por el TTP, en paralelo a acusaciones por parte de Islamabad sobre supuestos apoyos tanto desde India como desde el propio régimen afgano, acusaciones que han sido negadas por Nueva Delhi y Kabul. Pakistán llevó a cabo en los últimos meses incursiones aéreas sobre territorio afgano aludiendo acciones contra TTP.
El medio Europa Press indicó que, a pesar de los esfuerzos diplomáticos encaminados por Qatar y Turquía para reducir la tensión, la falta de avances en las conversaciones deja incierta la posibilidad de un arreglo duradero, mientras la amenaza de nuevas acciones militares y la persistente desconfianza entre ambos gobiernos dibujan un escenario de vulnerabilidad en la región fronteriza.


