
La investigación policial logró recuperar uno de los relojes y partes de otro tras el robo sufrido por Iker Casillas, mientras el resto de las piezas presuntamente sustraídas aún permanece sin localizar, según fuentes cercanas consultadas por diversos medios. El caso, originado en la exclusiva urbanización donde reside el exfutbolista, ha puesto el foco en su empleada del hogar y en el esposo de esta, vigilante de seguridad en la misma zona, quienes ahora enfrentan cargos de robo por un valor estimado de 200.000 euros.
El medio ‘El programa de Ana Rosa’ detalló que la empleada, identificada como Liliana, trabajaba desde 2019 para la familia Casillas-Carbonero y mantenía una relación de confianza con el exjugador del Real Madrid y la periodista Sara Carbonero. Según consignó el medio, la trama se habría descubierto después de que Casillas, conocedor del mundo de los relojes, detectó que uno de los artículos de su colección no era el original, sino una imitación. De acuerdo con la información publicada, la pareja reemplazó algunos de los relojes auténticos por copias con el fin de que el dueño no advirtiera el hurto.
Tras percatarse de la situación, Casillas alertó a las autoridades, que organizaron un operativo para esclarecer los hechos. En apenas cinco días, agentes policiales montaron un dispositivo con un reloj señuelo, estrategia que permitió detener a la empleada y a su pareja mientras, según fuentes del caso, trataban de continuar con el plan descrito. Durante el proceso de investigación, únicamente un reloj y piezas de otro pudieron ser recuperadas, mientras la búsqueda del resto de los objetos sigue activa.
‘Espejo Público’ comunicó que el marido de la empleada, encargado de la vigilancia de la urbanización, manifestó públicamente su versión de los hechos. Aseguró que la autora intelectual del robo no fue Liliana y que ella solo le proporcionó la información sobre la colección de relojes, pero que él asumió la responsabilidad del hurto. “Un reloj está valorado en unos 28.000 euros y yo lo vendí por 18.000. He ganado unos 26.000 euros. Esto lo he hecho por deudas. Se me ha juntado todo y vi una salida, pero ahora las consecuencias van a ser más graves”, explicó el acusado, según recogió el medio. Además, reveló que tenía planeado utilizar el dinero obtenido para costear tres semanas de vacaciones en un destino de alto nivel.
Liliana, por su parte, se expresó frente a los reporteros de ‘El programa de Ana Rosa’, aunque se limitó a indicar que su estado anímico era “regular” y evitó hacer declaraciones, remitiéndose al consejo de su abogado para no hablar durante la instrucción de la causa judicial abierta.
El revuelo mediático generado llevó a Iker Casillas —quien se encuentra actualmente fuera de España— a pronunciarse en contacto con Miquel Valls de ‘Espejo Público’. Casillas expresó su reconocimiento a la labor policial, señalando: “La Policía ha hecho un trabajo excepcional durante semanas”. Acerca de la presencia constante de la prensa y la difusión de distintas versiones sobre el caso, el exguardameta manifestó: “Contad lo que os dé la gana”, agregando que solo compartirá información relevante en el marco de la investigación policial, desligándose de especulaciones públicas.
Fuentes policiales citadas por los mencionados medios confirmaron que el valor total del botín sustraído podría ascender a 200.000 euros y que cinco relojes forman parte de lo objeto del robo. Uno de los modelos, un Rolex, está valorado en 50.000 euros. La investigación sugiere que, al notar la desaparición de los originales, los presuntos responsables optaron por desarticular una parte de las piezas y venderlas por separado para dificultar el rastreo por parte de las autoridades.
La detención de ambos implicados se produjo tras el operativo descrito, y los acusados quedaron en libertad provisional, según reportó ‘El programa de Ana Rosa’. Mientras la investigación avanza, la Policía sigue intentando localizar el resto de los objetos robados e instruir los cargos correspondientes.
El caso ha revelado la vulnerabilidad que pueden experimentar incluso figuras públicas con medidas de seguridad avanzadas, cuando el delito tiene origen en el entorno de confianza. Diversos medios subrayaron que los implicados actuaron durante un periodo en el cual la pareja sustrajo hasta cinco relojes, valiéndose del conocimiento interno de la vivienda y la rutina de Casillas.
El proceso judicial enfrenta ahora a los acusados por un delito cuya cuantía y planificación mantienen la atención de la opinión pública. Las declaraciones ofrecidas bajo anonimato a los medios muestran la tensión entre las versiones de ambos acusados, mientras la defensa de la empleada insiste en su desvinculación y su marido asume la responsabilidad del robo dirigido a una de las figuras más reconocidas del fútbol español.
A medida que avanza la investigación, tanto los objetos robados como la responsabilidad final de los implicados continúan siendo objeto de seguimiento por parte de la Policía y los medios.

