AI denuncia que empleadas domésticas kenianas sufren explotación y racismo en Arabia Saudí

Las trabajadoras domésticas kenianas en Arabia Saudí enfrentan explotación severa, racismo y condiciones de trabajo abusivas, según un informe de Amnistía Internacional que documenta numerosas violaciones de derechos humanos

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Nairobi, 13 may (EFE).- Las mujeres kenianas contratadas como trabajadoras domésticas en Arabia Saudí soportan "una grave explotación, racismo y exclusión de las protecciones laborales", denunció este martes Amnistía Internacional (AI).

En un informe titulado "Encerradas, excluidas: Las vidas ocultas de las trabajadoras domésticas kenianas en Arabia Saudí", AI reprobó esas "condiciones laborales extenuantes, abusivas y discriminatorias, que a menudo constituyen trabajo forzoso y trata de personas".

La investigación, que documenta la experiencia de más de 70 mujeres que trabajaron en Arabia Saudí, destaca cómo los empleadores las sometieron a una explotación en domicilios particulares, a menudo alimentada por el racismo; y cómo las trabajadoras domésticas siguen siendo excluidas de la legislación laboral de Arabia Saudí.

Engañadas a menudo por los reclutadores en Kenia sobre la naturaleza de sus trabajos, una vez en Arabia Saudí las obligaban a trabajar en "condiciones brutales, trabajando regularmente más de dieciséis horas, negándoles días libres y sin poder salir de casa".

Las mujeres también sufrieron "terribles condiciones de vida y trato inhumano, incluyendo agresiones sexuales, verbales y físicas", según la ONG pro derechos humanos.

Los empleadores solían confiscarles sus pasaportes y teléfonos y en ocasiones les retenían el salario.

"Estas mujeres viajaron a Arabia Saudí en busca de trabajo para mantener a sus familias, pero en cambio sufrieron abusos atroces en los hogares de sus empleadores", declaró el director ejecutivo de AI en Kenia, Irungu Houghton.

"Las autoridades saudíes y kenianas deben escuchar a estas mujeres, cuyo trabajo sustenta a sus familias y contribuye significativamente al desarrollo económico de ambos países" subrayó Houghton.

El director instó a las autoridades saudíes a "otorgar urgentemente a las trabajadoras domésticas la misma protección ante la legislación laboral" y a "introducir un sistema de inspección eficaz para combatir los abusos generalizados en los hogares".

Todas las mujeres entrevistadas por la ONG coincidieron en afirmar que se enfrentaron a severas restricciones a su libertad y privacidad, incluida la confiscación de sus teléfonos, lo que las llevó a un aislamiento radical y les negó el contacto con sus familias.

"No tengo libertades, porque una vez que estás dentro nunca sales. No sales y no ves el exterior. Esto me hizo sentir como si estuviera en una prisión", dijo Joy (nombre ficticio por razones de seguridad) sobre su estancia en Arabia Saudí.

Alrededor de cuatro millones de personas trabajan como empleadas domésticas en Arabia Saudita, todas ellas extranjeras, según las estadísticas del mercado laboral del país, incluyendo a 150.000 kenianas.

Debido al creciente desempleo en Kenia, las autoridades han estado animando a los jóvenes a buscar trabajo en los países del golfo Pérsico, incluida Arabia Saudí, lo que representa una de las principales fuentes de remesas de Kenia. EFE