(Bloomberg) -- Decenas de miles de refugiados están huyendo de una de las regiones productoras de cocaína más vastas de Colombia para escapar del brote de violencia más intenso desde el acuerdo de paz de 2016.
Las autoridades colombianas informaron de al menos 80 muertos y 36.000 desplazados tras una semana de combates entre facciones guerrilleras en el Catatumbo, una remota y turbulenta región cercana a la frontera con Venezuela.
Algunas familias también huyeron a Venezuela, llegando por río o en motos y automóviles, muchos de ellos ondeando banderas blancas.
La catástrofe humanitaria es otro golpe para los intentos del presidente Gustavo Petro de buscar una “paz total” a través de conversaciones con las guerrillas y los cárteles de la droga, cuyos ejércitos privados dominan gran parte de la Colombia rural. También están agriando sus relaciones — alguna vez cálidas— con el gobierno de Venezuela, que comenzaron a desgastarse cuando Petro pidió al presidente Nicolás Maduro que aportara pruebas de su controvertida victoria electoral del año pasado.
Las negociaciones entre el gobierno de Petro y varios grupos armados ilegales se han iniciado y estancado en repetidas ocasiones, y hasta ahora no han conseguido frenar el poder de las milicias violentas financiadas con dinero proveniente de las drogas, la extorsión y la minería ilegal de oro.
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En el Catatumbo, los combatientes del ELN fueron casa por casa con “listas de la muerte”, asesinando a civiles que sospechaban que ayudaban a una facción guerrillera rival, según Carlos Velandia, un ex alto comandante del ELN que abandonó el grupo en 2004.
“Están intentando ‘limpiar’ la región”, dijo Velandia. “No creen que ningún otro grupo que no sean ellos deba estar presente allí”.
El ELN vive del tráfico de cocaína en el Catatumbo, cobrando a los agricultores que cultivan la materia prima, a los comerciantes que venden productos químicos como la acetona y a los traficantes que instalan laboratorios y pistas de aterrizaje, dijo Velandia, quien ahora monitorea el conflicto de Colombia como director del Observatorio de Paz de la Universidad Nacional de Colombia.
El ELN, la guerrilla más antigua del mundo, controla actualmente cerca del 60% del Catatumbo, según Gerson Arias, analista de la FIP, un centro de investigación con sede en Bogotá que monitorea el conflicto colombiano. La mayor parte del resto está bajo el control de una rama del movimiento guerrillero FARC, que firmó un acuerdo de paz con el gobierno colombiano en 2016.
La superficie de tierra colombiana sembrada con hoja de coca —la materia prima de la cocaína— aumentó un 10% el año pasado, hasta 253.000 hectáreas, un nuevo récord. Eso es suficiente para producir más de 2.600 toneladas de cocaína, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
Relaciones con Venezuela
El miércoles, Venezuela envió aviones militares de fabricación rusa para patrullar su frontera en una demostración de fuerza, lo que podría elevar las tensiones con Colombia.
Vestido con uniforme militar, Maduro dijo en un discurso nacional que defenderá el territorio venezolano contra cualquier grupo que intente violar su soberanía.
De hecho, las fuerzas armadas de Venezuela han tolerado durante mucho tiempo la presencia del ELN y otros grupos armados colombianos, y Maduro a veces ha avivado disputas extranjeras para avivar el sentimiento nacionalista y desviar la atención cuando enfrenta protestas en su país.
Al menos dos aviones Sukhoi de la fuerza aérea venezolana volaron bajo a lo largo de su lado de la frontera, según residentes locales.
El poder del ELN
Petro señaló que Venezuela tiene parte de culpa por la fortaleza del ELN.
“El ELN no obtiene su poder internamente”, dijo el martes, en una comunicado publicada en X.
Las palabras de Petro son “una admisión del impacto negativo que tiene el involucramiento con el régimen en términos de seguridad y paz en Colombia”, dijo Jorge Restrepo, director del grupo de investigación política CERAC, con sede en Bogotá.
Queda por ver si la relación de Petro con Maduro cambia debido a esto, dijo Restrepo.
El gobierno de Petro declaró el estado de conmoción interior en la región, mientras lucha por hacer frente a la catástrofe humanitaria.
El productor estatal de petróleo, Ecopetrol SA, opera actualmente sus campos en la región con un nivel mínimo de personal. Esos activos producen alrededor de 1.900 barriles de petróleo y 4 millones de pies cúbicos de gas, indicó la empresa estatal en un comunicado el domingo.
La filial de oleoductos de la compañía también dijo la semana pasada que se están realizando reparaciones en el oleoducto Caño Limón-Coveñas luego de que fuera cerrado el miércoles debido a un ataque en la región.
Traducción editada por Paola Torre.
Nota Original: Cocaine-Fueled Private Armies Create Colombia Refugee Crisis (1)
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--Con la colaboración de Andrea Jaramillo, Andreina Itriago Acosta, Fabiola Zerpa y Oscar Medina.
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