Berlín, 13 ene (EFE).- La activista germano-iraní por los derechos de las mujeres Nahid Taghavi, aterrizó el domingo sana y salva en Alemania tras más de 1.500 días de detención arbitraria tras su condena a diez años y ocho meses de presión por su presunta participación en un "grupo ilegal" y por "propaganda contra el Estado", según informó este lunes Amnistía Internacional.
"Mi madre está por fin en casa. Las palabras no bastan para describir nuestra alegría. Al mismo tiempo, lloramos los cuatro años que nos robaron y el horror que tuvo que vivir en la prisión de Evin", declaró Mariam Claren, hija de Taghavi y activista también por los derechos humanos.
Añadió que muchos otros presos de conciencia como su madre siguen recluidos en cárceles iraníes y centenares, bajo la amenaza de ser ejecutadas.
"La impunidad de las autoridades iraníes debe acabar", exigió.
La secretaria general de AI en Alemania, Julia Duchrow, expresó su alegría por la liberación de Taghavi, que "fue encarcelada únicamente por ejercer pacíficamente su derecho a la libertad de expresión, algo que nunca debería haber sucedido".
Añadió que la historia de Taghavi "es un ejemplo de las muchas voces fuertes y silenciosas que se oponen al gobierno represivo de Irán" y forma parte, así, de un movimiento global que lucha por la libertad y la justicia y que seguirá contando con el apoyo de AI, aseguró.
"Exigimos a los dirigentes iraníes que respeten el derecho de todas las personas a la libertad de expresión y reunión y que pongan fin a las detenciones arbitrarias y la tortura en el país", reclamó.
Instó asimismo a las autoridades iraníes a "poner en libertad de inmediato y sin condiciones a las decenas de personas con doble nacionalidad que se encuentran detenidas arbitrariamente y a los muchos otros presos de conciencia", a abolir de inmediato la pena de muerte y a no llevar a cabo ninguna ejecución más.
"Para ello, el Gobierno alemán y la comunidad internacional también deben implicarse más" y enfrentar eficazmente la impunidad de las violaciones de derechos humanos en Irán, añadió.
Taghavi fue detenida en octubre de 2020 durante una visita a Teherán y condenada en un juicio injusto y con cargos falsos a diez años y ocho meses de prisión.
Desde su detención hasta su condena pasó más de siete meses en régimen de aislamiento y fue torturada, según explica AI.
Su salud se deterioró considerablemente debido a las condiciones crueles e inhumanas en prisión, por lo que en julio de 2022 fue puesta en libertad con un permiso médico urgentemente necesario, aunque el 13 de noviembre tuvo que regresar a la cárcel a pesar de no haber finalizado el tratamiento.
Le siguieron otros dos permisos médicos en 2024, durante los cuales tuvo que llevar una tobillera electrónica y no se le permitió alejarse más de 1.000 metros de su domicilio. EFE