Villanueva de la Cañada (España), 17 dic (EFE).- El astronauta español Pablo Álvarez se mostró este martes convencido de que se integrará próximamente en una misión y de que volará a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) para una estancia larga, de seis meses, antes de 2030.
Pablo Álvarez visitó el Centro de Astronomía Espacial que la Agencia Espacial Europea (ESA) tiene en la localidad española de Villanueva de la Cañada (Madrid), donde compartió con los medios de comunicación detalles sobre el intenso entrenamiento que ha seguido durante los últimos meses y sobre los proyectos profesionales para el futuro.
El astronauta, tercero de origen español (tras Miguel López-Alegría y Pedro Duque) seleccionado y acreditado para viajar al espacio, valoró la eficiencia y la calidad de todos los experimentos que se están realizando en la Estación Espacial Internacional, o que otras apuestas de las grandes agencias espaciales internacionales (como regresar a la Luna; establecer allí una base permanente; o mandar naves tripuladas a Marte) no vayan en detrimento de este complejo espacial.
Tras ser seleccionado como astronauta por la ESA junto a la también leonesa Sara García (como "reserva") Pablo Álvarez comenzó en abril de 2023 un sofisticado programa de entrenamiento básico que proporciona a los candidatos formación en diversas áreas, como sistemas, naves espaciales, caminatas espaciales, ingeniería de vuelo, robótica o sistemas de soporte vital, además de formación en supervivencia y medicina.
Tras un año, el pasado mes de abril consiguió la certificación como astronauta en el Centro Europeo de Astronautas de la Agencia Espacial Europea, lo que le convierte en elegible para participar en misiones espaciales, y durante los últimos meses ha completado esa formación con la certificación para la realización de "actividades extravehiculares" en el Centro Espacial Johnson de la Nasa en Huoston (Texas, Estados Unidos).
El trabajo y las pruebas en una enorme piscina que simula las condiciones de ingravidez del espacio ha capacitado a Pablo Álvarez para realizar en futuras misiones "caminatas espaciales" y ha trabajado sobre réplicas de la Estación Espacial Internacional y realizado en condiciones extremas y con el voluminoso y pesado traje espacial desde movimientos muy precisos hasta la resolución de problemas complejos.
El próximo año, Pablo Álvarez continuará su preparación previa a la asignación con actividades también claves, como la formación en robótica en Canadá -que le capacitará para trabajar con los brazos robóticos de la ISS- , el entrenamiento "Eurocom" o su preparación como piloto de aeronaves.
"La formación de un astronauta no acaba nunca", manifestó a los medios el astronauta, y valoró la complejidad de los programas de entrenamiento que debe seguir para conocer numerosas disciplinas, sistemas o el funcionamiento del traje espacial con el que deberá realizar trabajos en el exterior de la Estación Espacial Internacional.
"Conocer cada centímetro del traje te puede salvar la vida", aseguró el astronauta, y destacó su paso por Houston para entrenar con ese traje como la parte del entrenamiento "más dura, apasionante, difícil y bonita" de los sucesivos entrenamientos que ha tenido que ir realizando durante los últimos meses.
Ha aprendido a poner vacunas, a extraer sus propias muestras de sangre, a curarse una herida hasta dándose a sí mismo puntos de sutura, y se ha subido a una "centrifugadora" que alcanza una fuerza de hasta "9G" para simular la aceleración que experimentaría a bordo de una nave que tuviera que hacer un aterrizaje de emergencia.
Se ha preparado en entrenamientos de supervivencia que le capacitan para aterrizar el cualquier lugar si algo sale mal y poder sobrevivir hasta que acuden los equipos de rescate (incluidos ambientes acuáticos o de frío extremo); para intervenir como un bombero de emergencia con seguridad y eficiencia, y está listo para incorporarse a la primera misión de larga duración (seis meses) a la Estación Espacial que se programe a partir de 2027, y que llegará -está convencido- antes de 2030.
Pero Pablo Álvarez insiste una y otra vez en que la de astronauta es una profesión con mucha proyección pública y mediática y en que el entrenamiento debe ser meticuloso para que nada falle, pero sobre todo en proyectar una imagen de humildad, de responsabilidad y de compromiso.
Un compromiso que a su juicio pasa por devolver a la sociedad el enorme esfuerzo e inversión que hace para que tengan la preparación más completa y para que toda la tecnología y la ciencia que ahí se vuelca redunde en beneficio de la humanidad. EFE