Copenhague, 9 dic (EFE).- Un tribunal de apelación de Oslo abrió este lunes un nuevo proceso del ultraderechista Anders Behring Breivik, autor de la masacre de Utøya en 2011, contra el Estado noruego por el régimen penitenciario al que está sometido.
La Justicia noruega había desechado en febrero pasado la demanda de Breivik, que asegura que el aislamiento viola las convenciones de derechos humanos, que ha sufrido graves lesiones de castigo, se ha vuelto dependiente de los antidepresivos y ha mostrado tendencias suicidas.
"Él cree que no se han introducido suficientes medidas compensatorias, que el Estado no ha cumplido con su deber de ofrecer medidas de rehabilitación y que las condiciones empeoran aún más por el estricto control de su correspondencia", dijo hoy su abogado, Øystein Storrvik.
Storrvik denunció que Breivik vive "en un mundo cerrado" y que lo mantienen medicado con pastillas para que no se deprima.
La Fiscalía en cambio sostiene que el ultra noruego aún es muy peligroso y que miente sobre su estado mental.
Es la segunda vez que Breivik denuncia al Estado por su régimen penitenciario en el último lustro.
El fallo inicial admitió entonces violaciones de los derechos humanos, pero fue revocado luego por una corte de apelación y, en última instancia, por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Breivik también ha perdido dos casos en los últimos dos años en los que pedía la libertad provisional -la última vez, la semana pasada, aunque la sentencia está recurrida-, que puede solicitar de forma periódica al cumplirse diez años de su condena.
El ultraderechista fue sentenciado en 2012 a 21 años de prisión, castigo máximo fijado entonces por las leyes noruegas y figura que puede equivaler a una cadena perpetua, ya que se puede prorrogar de forma ilimitada.
Breivik colocó una furgoneta-bomba en el complejo gubernamental de Oslo el 22 de julio de 2011, que mató a ocho personas.
A continuación se desplazó a la isla de Utøya, escenario del campamento anual de las Juventudes Laboristas, donde ejecutó durante algo más de una hora a decenas de personas que consideraba defensores del multiculturalismo y una amenaza para Noruega.
En sus últimas comparecencias ante los tribunales ha pedido perdón por los atentados y asegurado que ya no es violento, aunque defiende aún las misma ideas. EFE