Un jubilado de 84 años y nacionalidad española fue engañado por una empleada doméstica, quien lo engañó mediante una llamada extorsiva simulada y le robó 20 mil dólares y 15 mil euros, indicaron fuentes del caso a Infobae.
El episodio ocurrió este miércoles, cerca de las dos de la tarde, en una residencia del barrio Los Sauces de Nordelta, en la zona norte del conurbano bonaerense. Hasta ese lugar, llegaron efectivos del destacamento policial de Villa La Ñata, en Tigre, tras un llamado al 911.
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La víctima del robo explicó a los policías que la mujer, identificada como Ester Raimunda Yugra, de 57 años y nacionalidad paraguaya, rompió con una herramienta la caja fuerte que estaba en su habitación y se llevó el dinero.
Antes de hacerlo, habría simulado una llamada extorsiva simulada en el que le aseguraron al jubilado que sus hijos habían sido secuestrados. De acuerdo a los investigadores, ambos habían salido a almorzar y esta situación fue aprovechada por Yugra para engañar a su padre.
Al darse cuenta del ardid, el dueño de la casa, viudo, se descompuso, detallaron las fuentes.

Fuentes del caso, en el que interviene el fiscal Cosme Iribarren, indicaron a este medio que la presunta ladrona llevó el botín al centro comercial de Nordelta, donde, creen, la esperaban sus cómplices.
En las últimas horas, Yugra fue detenida por agentes de la Policía Bonaerense y será indagada por Iribarren en las próximas horas.
Antecedente
Rosalía Paniagua es la empleada doméstica acusada de participar del crimen del ingeniero Roberto Wolfenson, ocurrido en febrero de 2024 dentro del country La Delfina de Pilar.
El ingeniero electrónico, ya jubilado y experto en baterías de litio, trabajaba como ejecutivo para una importante empresa; había sido visto por última vez con vida el día anterior a que hallaran su cuerpo: cerca de las 14 de ese sábado 22 de febrero.
Wolfenson faltó a su clase de gimnasia de las 19 de ese mismo jueves sin dar aviso. Cuando sus amigos le escribieron al teléfono, los mensajes no llegaban. Tampoco atendió ninguna llamada durante el resto de esa misma jornada. Muchos menos el viernes. Otro dato: cuando el cuerpo fue encontrado, estaba vestido con la ropa que tenía puesta el jueves por la mañana.
Todos estos indicios llevaron a los fiscales German Camafreitas y Alejandro Musso, con la coordinación del fiscal general John Broyad, a creer que el homicidio fue cometido ese 22 de febrero.
Sin embargo, la autopsia reveló que la data de muerte estaba ubicada entre las 13 y las 16 del viernes del hallazgo. Para los investigadores, este dato no es determinante, ya que no siempre es preciso el horario de una muerte.
Al mismo tiempo, los investigadores hallaron una serie de cámaras de seguridad que comprometieron a Paniagua por sus actitudes sospechosas. En una en particular se la observa manipulando el celular de la víctima, a pocos minutos del momento en el que se cree que cometió el asesinato.
En la actualidad, Paniagua cumple prisión preventiva por el crimen.