
Dos militares ascendidos por Nicolás Maduro integran la Sociedad Bolivariana que le dio el Premio Arquitecto de la Paz al mandatario venezolano y causó la inmediata e irrevocable renuncia del historiador Francisco Perdomo Terrero, quien califica que ese premio se le dio a quien ha edificado su poder sobre la “represión, el miedo y la miseria nacional” lo que considera constituye una falsificación del lenguaje y una manipulación de la memoria histórica.
En noviembre de 2023, Nicolás Maduro durante el Acto de Unión Nacional en Defensa de la Guayana Esequiba, celebrado en la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño de Caracas, ascendió al entonces coronel retirado Pompeyo José Torrealba Rivero al grado de General de Brigada, además de entregarle la réplica de la espada de Simón Bolívar.
Torrealba, egresado de la Promoción “José Tadeo Monagas” 1969, tenía 24 años de haber pasado a retiro, cuando Maduro decide otorgarle el sol de general de brigada.

Dos años más tarde, el ahora general Torrealba Rivero, en calidad de presidente de la Sociedad Bolivariana de Caracas, le concedió a su comandante en jefe Nicolás Maduro el polémico Premio Arquitecto de la Paz y lo nombró presidente honorario de la institución.
Cabe destacar que entre los responsables de la entrega del premio figura el militar Jesús Arturo Salvador Inojosa, quien fue ascendido por el régimen venezolano, en julio 2022, a teniente coronel; figuró, entre los últimos lugares, de Nr. 109 de 116 ascendidos, según Resolución 46246.
El premio Arquitecto de la Paz, es la causa por la que el reconocido historiador, Francisco Perdomo Terrero, renunciara inmediatamente y de forma irrevocable a la Sociedad Bolivariana al calificar el galardón a Maduro como “una perversión consciente de la Historia”.

Afrenta a Bolívar
En una misiva pública, Perdomo Terrero explicó que su salida, tras 57 años de pertenencia a la Sociedad, responde a que ese premio entregado a Maduro es un hecho que considera “una afrenta directa al ideario bolivariano, a la verdad histórica y al decoro institucional”.
Fue enfático al manifestar que no puede permanecer, “ni siquiera nominalmente”, en la Sociedad Bolivariana que como organización honra a una persona responsable de más de mil presos políticos, de un número incalculable de víctimas mortales y de la usurpación de la voluntad popular mediante elecciones del 28 de julio 2024.
El historiador sostiene que denominar “arquitecto de la paz” a quien ha edificado su poder sobre la “represión, el miedo y la miseria nacional” constituye una falsificación del lenguaje y una manipulación de la memoria histórica.

Calificó su renuncia de irrevocable y la realizó “con pesar por lo que esta institución fue, pero con absoluta serenidad por lo que no estoy dispuesto a tolerar. La Historia no absuelve a quienes la manipulan, ni el tiempo redime a quienes canjean principios por conveniencia o sumisión”, dijo el historiador venezolano que ha dedicado gran parte de su vida al estudio y la preservación del legado de Simón Bolívar.
Perdomo Terrero recordó que la Sociedad Bolivariana de Caracas, fundada por el general Rafael Urdaneta en 1842, mantuvo durante años, con discreción, pero con firmeza, “una autonomía intelectual que le permitió continuar la publicación de los Escritos del Libertador, preservando un legado que no pertenece a ninguna parcialidad política, sino a la Nación y a la Historia”.
Sin embargo, según su propio testimonio, la llegada de Hugo Chávez al poder marcó el inicio de una serie de cambios que vulneraron esa autonomía. Se le arrebató a la Sociedad la custodia del Archivo del Libertador y se incorporaron personas afines al régimen en la directiva, sustituyendo el rigor académico por la obediencia ideológica.

Descrédito institucional
Ante lo que venía ocurriendo en la Sociedad Bolivariana de Caracas, Perdomo Terrero optó inicialmente por apartarse en silencio, pero la entrega a Nicolás Maduro del “Premio Arquitecto de la Paz” y la estola de Presidente Honorario de la Sociedad Bolivariana de Venezuela es intolerable, por lo que renuncia y lo hace con una comunicación pública.
El historiador lamentó el rumbo actual de la Sociedad, señalando que la directiva encabezada por Pompeyo Torrealba Rivero, junto a la Dra. Mireya Leal Beaujón, el Lcdo. Marcos Fuenmayor y el Tcnel. Jesús Arturo Salvador Hinojosa, ha desacreditado su legado ante la conciencia pública.
“La actual directiva de la Sociedad Bolivariana de Caracas deja muchísimo que desear. Al aceptar y legitimar este acto, no solo deshonra la institución, sino que se desacredita a sí misma ante cualquier conciencia libre y ante el juicio inevitable del tiempo”, dice el historiador Perdomo.
Considera que la entrega del premio a Nicolás Maduro representa una “afrenta directa al ideario” del Libertador Simón Bolívar y que la directiva que lo otorga “cargan con la responsabilidad histórica y moral de haber avalado, por acción u omisión, un acto que degrada a la institución que dicen representar”, aseveró.
La renuncia de Perdomo Terrero es, en definitiva, una declaración de principios y una denuncia pública contra lo que considera una manipulación de la historia y la traición al legado de Simón Bolívar.
La salida del historiador marca un punto de inflexión en la historia reciente de la Sociedad Bolivariana de Caracas, evidenciando el profundo malestar de sectores intelectuales ante la politización de instituciones culturales.
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