
La promesa de dormir en apenas dos minutos logró captar la atención de miles de personas en redes sociales, impulsada por la popularidad del llamado "método del sueño militar“.
Presentado como una rutina rápida y eficiente para quienes luchan contra el insomnio, esta técnica asegura resultados inmediatos a través de técnicas simples de relajación, respiración y visualización. Un análisis reciente de The Conversation advierte que, si bien la técnica tiene fundamentos similares a los recomendados por la ciencia, sus promesas no se verifican en la mayoría de la población.
Qué es el método del sueño militar
El método del sueño militar se describe como una rutina de tres pasos que busca facilitar el sueño en condiciones adversas, supuestamente desarrollada para soldados. El proceso comienza por relajar en secuencia los músculos del rostro, hombros, brazos, pecho y piernas. Continúa con una respiración controlada, enfocada en exhalaciones largas y pausadas, y culmina con visualizaciones calmantes, como imaginar que se flota en aguas tranquilas o en un entorno silencioso. Aunque puede haber ligeras variaciones en su instrucción, estos tres elementos —relajación muscular, respiración y visualización— son el eje central de la técnica.
Contrario a la creencia popular, este método no proviene de manuales de entrenamiento militar, sino que apareció por primera vez en el libro de deportes Relax and Win de Bud Winter. Desde su publicación, la técnica se ha difundido en diversas versiones, principalmente a través de plataformas digitales, donde se ha presentado como una solución exprés para el insomnio. The Conversation destaca que, pese a su nombre, no existen referencias científicas en contextos militares, sino que su raíz está más ligada al ámbito del rendimiento deportivo y la autoayuda.

Comparación con estrategias científicas para dormir
La técnica presenta varias coincidencias con terapias avaladas por la evidencia, en particular con la terapia cognitivo-conductual para el insomnio (CBT-I), considerada el tratamiento más efectivo para quienes sufren dificultades para dormir.
Según Dean J. Miller, investigador de CQUniversity Australia, el método militar integra prácticas que la ciencia ha validado: relajación muscular, respiración controlada y visualización. El enfoque científico, sin embargo, es mucho más amplio, incluyendo componentes como la restricción de tiempo en cama, el control de estímulos y la mejora de los hábitos de sueño.
Miller afirma: “El método del sueño militar es una forma atractiva de presentar técnicas saludables para dormir. En la práctica, es una combinación de herramientas ya fundamentadas en la ciencia del sueño, como la relajación, la respiración y la visualización”.
Límites y diferencias: expectativas vs realidad
A pesar de sus virtudes, existen diferencias notables entre la terapia cognitivo-conductual y el método militar. Mientras la primera promueve un abordaje integral, incluyendo la modificación de creencias y rutinas, el método militar se limita a lo que puede controlarse en escenarios impredecibles, como los que viven los soldados. Además, quienes sirven en entornos militares suelen recibir entrenamiento específico para gestionar la fisiología bajo presión, algo muy diferente a la experiencia civil.

Un punto fundamental es la viabilidad de alcanzar el sueño en solo dos minutos. Según el análisis de The Conversation, en la mayoría de las personas fuera del entorno militar, conseguir dormir en ese tiempo simplemente no es realista. Habitualmente, se considera normal tardar entre 10 y 20 minutos en quedarse dormido. Además, lograrlo en menos de cinco minutos de forma habitual puede ser indicio de somnolencia excesiva durante el día.
La importancia de no obsesionarse con el tiempo
Tanto expertos como especialistas citados por The Conversation recomiendan prudencia ante las promesas del método. No existen estudios científicos específicos que demuestren que la población general pueda dormirse tan rápido empleando esta técnica. Adoptar prácticas de relajación, respiración y visualización puede ser útil para quienes buscan mejorar su descanso, pero es fundamental mantener expectativas realistas y no descuidar aspectos esenciales de la higiene del sueño.
De hecho, buscar de manera ansiosa dormirse en dos minutos puede ser contraproducente. La preocupación excesiva por el tiempo que se tarda en conciliar el sueño suele dificultar aún más el descanso, advierten los especialistas entrevistados por The Conversation. Ajustar expectativas y priorizar hábitos saludables continúa siendo el mejor consejo para combatir el insomnio.
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