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Campañas de vacunación masiva en
Campañas de vacunación masiva en animales domésticos buscan frenar la transmisión del virus a las personas Foto: Christoph Schmidt/dpa

La rabia actualmente se mantiene como una amenaza para la salud pública mundial y cada año provoca unas 60.000 muertes humanas, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque el desarrollo científico permitió avances notables en prevención, la enfermedad sigue generando preocupación tanto en países donde es endémica como en aquellos que lograron controlarla.

La letalidad de este virus alcanza casi el 99% en personas y animales una vez que aparecen los primeros síntomas, pero su característica más relevante es que resulta totalmente prevenible mediante vacunación.

En la actualidad, la vacunación anual de perros y gatos constituye la principal herramienta para detener la propagación del virus de la rabia. Autoridades sanitarias y organismos internacionales coinciden en que inmunizar a las mascotas no solo protege su bienestar, sino que también las convierte en una barrera para la transmisión a los humanos. El laboratorio de salud animal Biogénesis Bagó subrayó que la inmunización actúa como un escudo para las personas y los animales.

El acceso a vacunas y
El acceso a vacunas y la educación pública son pilares para prevenir brotes en zonas urbanas y rurales

“La vacunación es la herramienta más poderosa que tenemos para combatir la enfermedad. Vacunar a las mascotas no solo las protege, sino que también actúa como un escudo para la salud humana al reducir el riesgo de transmisión del virus”, explicaron.

“La rabia mata y no tiene cura. Una vez que se manifiestan los síntomas, la rabia mata sin piedad ni oportunidad alguna. Se contagia por mordedura de animal rabioso, ya sea perro o gato”, adviertió el profesor Dr. Juan Enrique Romero, médico veterinario y docente universitario, quien fue consultado previamente por Infobae.

Romero agregó que, ante una mordedura, el primer paso debe ser lavar la herida con agua y jabón, seguido del inmediato contacto con profesionales de la salud.

Avances y retos en América Latina y España

En América Latina, la lucha contra la rabia mostró resultados notables en las últimas décadas. De acuerdo con las cifras de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), desde que se lanzó el Programa Regional de Eliminación de la Rabia en 1983, los casos de rabia humana transmitida por perros disminuyeron más del 98%. El descenso es evidente en Argentina, Chile, México y Costa Rica, aunque la observación epidemiológica continua resulta crucial porque la enfermedad persiste en zonas de Bolivia, Haití, Cuba, República Dominicana y Venezuela.

La experiencia en otras regiones muestra escenarios todavía más alentadores, aunque no exentos de retos. En España, la rabia se considera una enfermedad excepcional en humanos y esporádica en animales.

Desde 1978, el país fue declarado libre de rabia, un estatus que, según el Instituto de Salud Carlos III, no ha impedido la aparición de casos importados. Entre 2000 y 2024, solo se detectaron dos casos en humanos provenientes de Marruecos. Las autoridades españolas priorizan la vigilancia y las campañas informativas, sobre todo para viajeros que se dirigen a zonas endémicas.

De acuerdo con la Organización
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el 99% de los contagios de rabia en humanos son causados por la mordedura de un perro infectado. Foto: Pixabay.

Modo de transmisión y manifestaciones clínicas

La transmisión del virus, que pertenece al género Lyssavirus, ocurre fundamentalmente a través de la mordedura de un animal infectado. En Europa, zorros y pequeños carnívoros representan los vectores más frecuentes, mientras que en España y América Latina los murciélagos juegan un papel central.

El ciclo viral se inicia con un periodo de incubación variable — entre dos y tres meses, aunque puede extenderse a un año — y la progresión hacia síntomas neurológicos resulta casi siempre irreversible.

Los primeros síntomas son fiebre, dolor en la zona de la herida y alteración sensorial. Pueden presentarse confusión, agitación, sensibilidad aumentada y, en fases terminales, parálisis.

El objetivo global apunta a
El objetivo global apunta a erradicar las muertes humanas asociadas al virus antes de 2030

Estrategias de prevención y el rol de la vigilancia

La vigilancia epidemiológica y la respuesta rápida continúan siendo esenciales. Ante la sospecha de exposición al virus, los pasos recomendados por expertos y organismos internacionales incluyen: lavar inmediatamente la herida, buscar atención médica, aislar al animal agresor para observación, y cumplir los calendarios de vacunación de perros y gatos desde los tres meses de edad.

En caso de encontrar murciélagos en ciudades, nunca se debe manipular estos animales de forma directa, pues representan un reservorio natural de la enfermedad.

El acceso universal a la vacunación y la cooperación interinstitucional están en el centro de las estrategias globales. Campañas masivas, acuerdos como el firmado por Biogénesis Bagó con el Instituto Tecnológico de Paraná (TECPAR) de Brasil, y la inversión en nuevas tecnologías buscan sostener el abastecimiento de vacuna antirrábica a gran escala. El objetivo declarado por la OMS y la OPS es alcanzar cero muertes humanas por rabia para 2030.

Entre los desafíos inmediatos, persiste la necesidad de mantener campañas activas en regiones donde la rabia aún está presente y fortalecer la vigilancia en las áreas libres de la enfermedad, especialmente ante el riesgo de importación de casos vinculados al turismo internacional. Mantener la conciencia pública, la formación de profesionales y la cooperación científica son factores decisivos para consolidar los logros alcanzados y reducir el impacto global de una de las zoonosis más antiguas y letales documentadas.