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A poco tiempo de empezar la competencia, Valentina Cervantes dio a conocer que Enzo Fernández le dio un amuleto de la suerte para la competencia (Masterchef - Telefe)

Las hornallas de Masterchef Celebrity Argentina (Telefe) volvieron a encenderse y, con ellas, la competencia más esperada de la televisión local trajo su cóctel de tensión, sabores y emociones. Recién iniciado el certamen conducido por Wanda Nara, el clima en el estudio ya se siente cargado: mientras unos participantes eligen abrazar el nerviosismo, otros confían en sus rituales, recuerdos familiares o amuletos muy personales. En ese escenario, quien se robó la atención fue Valentina Cervantes, que encontró en un pequeño objeto el impulso justo y el guiño romántico que necesitaba para cocinar con confianza.

Durante su primera performance en el programa, la modelo apostó por un plato clásico y reconfortante: ñoquis de papa con salsa de queso azul. Eligió la receta por ser una de sus favoritas y se la presentó a los exigentes jurados, Germán Martitegui, Damián Betular y Donato De Santis. Las devoluciones no tardaron en llegar y, para sorpresa y alegría de Valentina, fueron más que positivas: el plato conquistó a los chefs y, tras la degustación, se ganó su lugar en el codiciado balcón, asegurando su continuidad en la competencia.

Con la emoción a flor de piel, Cervantes no tardó en compartir con el público y sus compañeros el secreto tras su seguridad en la cocina. Agradecida por la ayuda de Donato De Santis quien, según contó, le dio “un súper tip” que terminó aportando sabor y textura a la mezcla de sus ñoquis, la modelo decidió abrir su corazón sobre el verdadero amuleto que la acompañó en la jornada y que se vincula directamente con su pareja Enzo Fernández, la estrella del Chelsea y la Selección Argentina. “Que Germán me sonría es un montón. Enzo es muy creyente, me lo inculcó y hoy traje esto, y lo usé mientras estaba cocinando, así que gracias”, reveló.

Valentina sosteniendo el amuleto de
Valentina sosteniendo el amuleto de suerte que le dio su pareja (Captura de Masterchef Celebrity)

Cabe recordar que la preparación de Valentina para el certamen no fue improvisada. Incluso antes de su debut en MasterChef Celebrity, la influencer ya venía afinando sus habilidades en la cocina, especialmente de la mano de su abuela, una figura fundamental tanto en lo personal como en lo gastronómico. A pocas semanas de iniciar las grabaciones, Cervantes sorprendió a sus seguidores mostrando una secuencia de videos en sus redes sociales donde se la veía practicando diversos platos con su abuela como maestra y guía. La complicidad entre ambas se lucía en cada intercambio. Valentina, risueña, saludó a cámara y contó:“Buenas. Vine a la casa de la abuela a practicar un poco. ¿Cómo me ves?”. La respuesta fue directa y positiva: “La veo muy bien, que viene muy bien”.

El entrenamiento culinario fue motivo de orgullo para la joven. “¿Viste? Ya estoy como vos”, proclamó Valentina entre risas y gestos de cariño. La abuela, con la autoridad y ternura propias del vínculo, aportó la última reflexión. “Está aprendiendo, pero un montón. Ahora le estoy enseñando…”, dejando la frase en suspenso mientras el video cortaba justo a tiempo para mantener la intriga y alimentar la expectativa de los seguidores.

Valentina Cervantes practicó sus habilidades en la cocina con su abuela antes de debutar en MasterChef Celebrity (Instagram)

La combinación de tradición familiar y ritual romántico terminó por volcarse en el plato: los ñoquis de Valentina no solo asombraron por su sabor, sino que también se convirtieron en símbolo de pasión, fe y trabajo en equipo. MasterChef, una vez más, demostró que detrás de cada receta y cada instancia de concentración febril, hay historias personales, herencias de familia, gestos de amor y el inefable deseo de sorprender.

Mientras avanza la competencia y las hornallas no dejan de chisporrotear, Valentina Cervantes se posiciona como una de las protagonistas más auténticas de la temporada: con la influencia de su abuela, el amuleto de Enzo y la voluntad de aprender, conquistar y disfrutar, demuestra que cocinar es mucho más que combinar ingredientes: es unir historias y sueños, y apostar siempre a un poco de magia en cada receta.