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Juliana eligió un vestido negro
Juliana eligió un vestido negro con transparencias que se llevó todos los halagos en las redes (Foto: Instagram)

Juliana Awada, esposa de Mauricio Macri, y su hija, Valentina Barbier, fruto de su relación con el conde Bruno Laurent Barbier, protagonizaron una travesía por la alta moda y el lifestyle de élite en una nueva edición del Paris Fashion Week, con el desfile de Dior como cita central de su agenda. Allí, la ex primera dama, referente de la moda en el país, supo captar y compartir la atmósfera vibrante del evento parisino a través de un carrete rico en detalles, elegancia y experiencias, donde madre e hija consolidaron su vínculo en escenarios de ensueño.

Desde la llegada al desfile, ambas marcaron presencia con looks cuidadosamente seleccionados. Juliana se decantó por una combinación de saco blanco, blusa de encaje transparente y jeans rectos, realzada por gafas oscuras y peinado suelto sofisticado. Valentina, por su parte, eligió un vestido largo de gasa marfil bajo un tapado beige, botas marrones, cinturón de cuero oscuro y bolso camel, fusionando sutileza y tendencia. Las dos —tomadas de la mano, ante la multitud y las letras “Dior” dominando el encuadre— resumieron en una imagen la esencia y el glamour de la Semana de la Moda.

Lejos del bullicio callejero, otro capítulo de la experiencia se escribió puertas adentro, con el ingreso a una de las galas privadas donde la estética y el refinamiento alcanzan su máximo esplendor. La mesa de celebración, larga y perfectamente dispuesta, desbordaba vajilla de porcelana, cubiertos dorados, copas de cristal y servilletas personalizadas en burdeos, realzadas con arreglos florales de primavera y decenas de velas encendidas, generando una atmósfera de lujo y calidez difícil de igualar. En una postal significativa, la invitación—grabada con el logo Dior y dedicada a “Madame Juliana Awada”—reafirmó la exclusividad y el reconocimiento internacional de la invitada.

Juliana y su hija Valentina
Juliana y su hija Valentina en el desfile de Dior
La invitación que le enviaron
La invitación que le enviaron desde la casa de ropa francesa

La noche continuó con imágenes que capturaron el espíritu elegante y relajado de Juliana, captada en diferentes espacios emblemáticos vistiendo blusa negra de transparencias, falda de tul voluminosa, y luciendo peinado simple con rostro sereno. La autenticidad y la sofisticación características de la ex primera dama se fusionaron con la energía juvenil y cosmopolita de Valentina, quien también supo disfrutar de la tradición parisina en una comida en restaurante clásico. Sentada bajo luces cálidas, copa de vino tinto en mano, chaqueta de cuero y cabello recogido, Valentina mostró un costado más relajado y moderno de la experiencia.

El itinerario en la capital francesa incluyó, además, momentos sociales emblemáticos. En una de las postales grupales más evocadoras, Valentina ocupa el centro de un grupo de seis personas, luciendo superposiciones de colores tierras y beige, rodeada por amigos estilizados y personalidades de la moda y la sociedad internacional, todos posando ante una imponente puerta azul y dorada que refuerza el aire señorial y la composición artística de la imagen.

Detrás de cada foto se lee la planificación, el disfrute de los detalles y la capacidad de participar activamente en el pulso de la moda mundial. Juliana y Valentina no solo asistieron a los shows y celebraciones, sino que lograron plasmar el espíritu mismo de la Semana de la Moda: la conexión entre generaciones, el valor de la tradición y la proyección internacional del buen gusto argentino.

Valentina disfrutó de una copa
Valentina disfrutó de una copa de vino tino (Foto: Instagram)

Para ambas, la escapada a París devino en un álbum de recuerdos únicos, un puente entre la moda global, el amor materno-filial y la vivencia cotidiana del lujo y la cultura. Con cada outfit, cada mesa y cada saludo registrado, Awada y Valentina volvieron a poner el estilo argentino en lo más alto, paseando su elegancia por el epicentro del diseño mundial y dejando en claro que la sofisticación y el carisma pueden transmitirse y disfrutarse en familia, con París como escenografía irrepetible.