La relación de Nito Artaza y Cecilia Milone comenzó en el año 1999, con idas y vueltas que los llevaron a casarse en 2017, luego de 25 años de relación terminaron en medio de un escándalo que hasta el día de hoy suma capítulos. En un audio que pasaron en Mediodía bien arriba (TV Pública), el programa conducido por Carlos Monti, la cantante se expresó con enojo acerca de su relación con el actor.

“Yo estoy mal de la garganta, pero por hablar no me voy a morir, será por hablar, pero hasta cansarme no va a ser, con semejante voz que Dios me dio. Yo tengo que cortar esto porque de verdad es agotador, es agotador, toda la vida conteste, toda una vida manipulándome y jugando con mi historia, cuando no es así”, es la escucha decir en el audio, con la voz elevada casi en un grito.

Y siguió: “Me han tratado como si yo fuera una mediática, me han irrespetado (sic). Soy una artista con formación, nunca me ponen a la altura de una artista con formación, me tratan como si yo fuera una botinera, hasta acá llegamos, hasta acá llegamos”. Lejos de dar el tema por terminado, agregó: “Soy un alma sensible, una persona estudiosa, una persona trabajadora, soy una persona honrada. No tienen un carpetazo para hacerme, más que mi alma, más que meterse con mi amor. No tienen carpetazo“.

Días atrás, la actriz de Drácula, el musical, tuvo un día de furia ante la prensa a la salida de Viudas e hijas en el Multitabarís. Por caso, el pasado miércoles, la artista apareció entre sus colegas, bajo la sombra de un tema que no la abandona desde hace meses. Los micrófonos se estiraron hacia su rostro, tal vez buscando una revelación, tal vez esperando una disculpa, pero ella detiene todo de golpe.

“¿Estás enamorada?“, llegó a escucharse de parte de un notero, antes de la sentencia de la artista: “No, estoy retirada. Estoy retirada de los medios”, lanzó con voz firme. No hay espacio para matices. Después, con un tono definitivo, agregó: “No es no, en todo. No quiero hacer un móvil”.

Mientras las cámaras seguían girando, María Fernanda Callejón—quien la reemplazó en la obra—caminó hacia ella y la envolvió en un abrazo. Ahora señalada como su ‘nueva amiga’, parece convertirse en un improvisado refugio contra el asedio mediático. En un gesto que muchos interpretaron como de protección, Callejón la acompañó para buscar un poco de calma.

A raíz de esto, hizo un descargo en sus redes sociales, dejando en claro que el silencio ya no es una opción para ella. La salida del teatro marcó el inicio de una secuencia tumultuosa.“Ayer viví una situación de acoso, de abuso emocional, porque no es no. No es no siempre, en cualquier aspecto, no solo en el físico. El alma también merece un respeto”, expresó Milone en un video publicado poco después, escoltada por Nicolás Nanni, escenógrafo y vestuarista, confidente y testigo clave de una noche incómoda. Las cámaras y los micrófonos, al acecho, los cometieron testigos de una coreografía forzada que ninguno eligió bailar. “Estábamos yendo a la función de prensa deViuda e Hijas. Nico estaba trabajando conmigo en un espectáculo. Salíamos de un ensayo, llegamos medio corriendo, pero llegamos. Y al salir, de verdad, fue impresionante”, relató. Su voz osciló entre la bronca y el cansancio.“¿Cuánto habrá durado esto? ¿Unos quince minutos? Y eran, no sé, siete, ocho hombres con cámaras”, precisó.

Mientras Nanni le aconsejaba irse, Milone eligió lo contrario. “Decidí esperar a que se fueran ellos, a ver si me respetaban, porque no es no”, sostuvo. Cada intento de zafar se estrelló contra la insistencia, la suya y la ajena. La artista buscó todos los registros posibles: sonrió, abrazó, intentó bromear, hasta improvisó “un sobreagudo para descontracturar”. Pero la incomodidad nunca la abandonó: “Siento palpitaciones, siento miedo, siento tristeza, quiero llorar, pienso si lloro, para peor, trato de ser simpática y no me sale, me angustio, me desespero”.