La relación entre Graciela Alfano y Susana Giménez volvió a ser polémica tras una nueva serie de declaraciones que reavivó el enfrentamiento personal que ambas protagonizaron durante décadas. La tensión, que parecía haberse estabilizado, resurgió tras la reciente reacción de la conductora ante las declaraciones de la exmodelo sobre su pasado familiar.
La disputa se reactivó hace pocas horas, cuando a la salida de un evento, Susana fue abordada por el cronista Santiago Riva Roy de LAM (América TV). Consultada por la posibilidad de iniciar acciones legales contra Alfano, la diva alzó la voz para responder: “Pero, ¡termínenla! No la voy a nombrar nunca más mientras viva”.
La reacción de Susana no fue solo respuesta a un momento aislado. Días antes, Graciela había hecho pública una delicada acusación sobre un episodio privado en la vida de la presentadora, en referencia a la muerte y el paso por el Hospital Borda de su hermano Jorge. Alfano sostuvo que el hermano de la conductora estuvo internado en ese centro psiquiátrico “por las condiciones de abandono” en las que se encontraba, y que Susana, teniendo recursos económicos, no habría intervenido para ayudarlo.

“Y si vos me preguntás si Susana es una persona capaz de ser solidaria, yo hago la comparación con una persona que no fue capaz de sacar a su hermano de ese lugar, teniendo tanto dinero”, afirmó Alfano en el programa de Carlos Monti, Mediodía Bien Arriba (TV Pública). Esta postura desató el malestar de la conductora, que decidió cortar tajantemente cualquier vínculo y diálogo sobre su histórica rivalidad.
Mientras el escándalo seguía ocupando espacios en televisión y redes sociales, la expareja de Matías Alé profundizó su posición durante una nota en el programa de streaming Ya Fue Todo, que estaba siendo emitido en vivo cuando la vieron en la calle. Ante la pregunta del cronista sobre la reciente frase de Giménez, la exvedette respondió con un tono firme y, por momentos, irónico: “Le agradecería profundamente que no me nombre”.
Luego, añadió, al dirigirse a la prensa: “La última vez que me nombró. ¿Vos te enteraste lo que dijo? Entonces, ¿para qué quiero que me nombre?”. La exmodelo insistió en que la decisión de la presentadora le resultaba favorable: “Gracias que no me nombre más, gracias al cielo. Gracias dios mío, se me hizo”, afirmó con cierto nivel de ironía, recogiendo la reacción de alivio con que recibía el corte definitivo de la conductora.

En cuanto a las eventuales acciones judiciales, Alfano desestimó cualquier posibilidad de demanda en su contra: “¿Por qué habría de hacerlo? ¿No pasaron esos hechos? ¿Eso no pasó, lo que yo dije? ¿El hermano no estuvo internado en el Borda? Un hospital psiquiátrico en el que fue cerrado por el abandono en el que se encontraba esa gente”, indicó, en una defensa directa de sus afirmaciones previas.
La exposición mediática del conflicto también reavivó recuerdos de peleas anteriores, como la discusión por el tapado de piel que ambas protagonizaron en los años noventa, una controversia que volvió con la recreación en la serie “Menem”. La disputa por la prenda en cuestión había sido, hasta ahora, uno de los episodios más recordados del enfrentamiento, pero su repercusión quedó opacada por el impacto de la reciente referencia familiar.
Esto no fue todo. Alfano, hace varias semanas, también se expresó en el programa radial Sin Corbata (Splendid AM 990), donde apuntó directamente contra la diva por los dichos que la vinculan con prácticas de brujería y por las descalificaciones hacia su persona.
Graciela, por su parte, lo desestimó de plano: “Es incoherente. Se relaciona con algo que se dijo cuando yo estaba en el Bailando, pero se comentaba en chiste, que traía una ristra de ajo… Era algo cómico. Yo lo dejaba pasar porque era una estupidez. Que te digan que hacés magia negra, una macumba. Yo respeto absolutamente todos los credos y creencias, pero esto se dice para lastimar”.