Elon Musk propone usar robots humanoides para acabar con los robos y otros delitos

El fundador de Tesla planteó que su robot Optimus podría actuar como supervisor individual para personas sentenciadas, reemplazando la reclusión tradicional

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Elon Musk propone acabar con
Elon Musk propone acabar con los robos usando su robot Optimus. (YouTube Joe Rogan Experience)

Elon Musk volvió a generar debate al plantear un sistema alternativo al modelo penitenciario tradicional basado en el uso de robots vigilantes. Durante una reunión con accionistas de Tesla, el empresario aseguró que su robot humanoide Optimus podría convertirse en un “supervisor personal” para personas que han cometido delitos.

De esta manera, el empresario busca reemplazar la reclusión física por un seguimiento continuo asistido por inteligencia artificial. La propuesta, aún sin detalles técnicos, económicos o legales, abrió una nueva discusión sobre el uso de la robótica en tareas de control social.

Musk explicó que cada persona sentenciada podría recibir un Optimus asignado, encargado de monitorear sus movimientos y evitar que participe en nuevas actividades delictivas. Según él, este acompañamiento constante representaría una alternativa más “humana” que el encarcelamiento, además de un sistema potencialmente más seguro gracias a los avances en automatización e IA.

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En lugar de mandar a un ladrón a la prisión, Elon Musk propone que sean vigilados por un Optimus. REUTERS/Brendan McDermid

La iniciativa fue presentada de manera general durante el encuentro con inversores y no incluyó especificaciones sobre funcionamiento, operatividad o marco regulatorio. Musk tampoco detalló cómo se definirían los protocolos de actuación del robot, cuál sería el grado de libertad del individuo vigilado ni qué tipo de información recopilaría la máquina durante el seguimiento diario.

Asimismo, no se explicó cómo se garantizaría la privacidad, quién administraría la infraestructura tecnológica o qué entidad asumiría los costos de fabricación, supervisión y mantenimiento. El uso de robots como agentes de control plantea múltiples desafíos legales.

En primer lugar, no está claro si un robot podría actuar como autoridad en contextos de supervisión judicial o qué mecanismo se aplicaría para determinar responsabilidades ante posibles errores. Las dudas también alcanzan a la fiabilidad del hardware y del software de los Optimus, considerando que cualquier fallo podría derivar en situaciones de riesgo. Además, no se han mencionado evaluaciones sobre cómo afectaría este sistema a la reinserción social o a los procesos de rehabilitación tradicionales.

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Elon Musk se ha caracterizado por sus polémicas soluciones sociales. REUTERS/Daniel Cole

A pesar de la falta de definiciones, la propuesta se suma a otras ideas recientes de Musk que han involucrado inteligencia artificial y robótica en soluciones para problemas sociales. En semanas anteriores, el empresario ya había generado controversia al plantear mecanismos tecnológicos para abordar la pobreza, lo que provocó críticas por parte de especialistas y usuarios en redes sociales.

Su visión, centrada en la automatización y la sustitución de sistemas convencionales, continúa alimentando discusiones sobre la ética y los límites de la tecnología en ámbitos sensibles.

El robot Optimus, presentado públicamente por Tesla como un asistente humanoide orientado a tareas físicas, aún se encuentra en fase de desarrollo. La compañía ha mostrado avances en movilidad, manipulación de objetos y coordinación, pero no ha revelado funciones específicas relacionadas con la vigilancia o el monitoreo de personas. La ausencia de estas capacidades confirmadas aumenta las incertidumbres sobre la viabilidad de la propuesta.

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El robot Optimus aún se encuentra en fase de desarrollo, aunque ya hay varios prototipos. (Tesla)

Expertos en tecnología y políticas públicas señalan que cualquier intento de implementar robots en contextos judiciales requeriría marcos legales estrictos y estudios de impacto social. Subrayan que introducir máquinas en roles de supervisión podría modificar profundamente la relación entre el Estado, la tecnología y los derechos individuales.

Por ahora, la iniciativa de Musk no ha sido presentada como proyecto formal ni cuenta con respaldo institucional. Sin embargo, su difusión ha reavivado el debate sobre cómo los líderes tecnológicos imaginan el futuro de sectores tan sensibles como el penal y cuál debería ser el límite entre innovación y responsabilidad social.

Con el avance acelerado de la inteligencia artificial, las propuestas que combinan automatización y control seguirán en el centro de la conversación pública, especialmente cuando provienen de figuras con la influencia del CEO de Tesla.