Guía definitiva de computación cuántica: conceptos básicos y su impacto futuro

Esta tecnología funciona con cúbits, que permiten procesar datos en superposición y revolucionan el procesamiento informático

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Los cúbits, unidad mínima de
Los cúbits, unidad mínima de información cuántica, permiten procesar datos en superposición y revolucionan el procesamiento informático. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La computación cuántica ha dejado de ser un concepto relegado al futuro para convertirse en el nuevo epicentro de la innovación tecnológica mundial. Empresas como Google, IBM, Microsoft y startups emergentes compiten por dominar un campo que promete revolucionar la forma en la que procesamos información, resolvemos problemas complejos y desarrollamos nuevas aplicaciones científicas, industriales y médicas.

Una tecnología que promete cambiar muchas de las dinámicas actuales en procesamiento, y aunque se vea como un sistema lejano para el usuario común, habrá diferentes maneras en las que se verá impactado. Por eso es importante entender cómo funciona.

Qué es la computación cuántica

La computación cuántica es una disciplina que reúne los avances más punteros de la física, las matemáticas y la ciencia informática. A diferencia de las computadoras clásicas que utilizan bits tradicionales (con valores 0 o 1), los ordenadores cuánticos trabajan con cúbits (o “qubits”), la unidad mínima de información en el mundo cuántico. Los cúbits pueden adoptar ambos valores al mismo tiempo gracias a un fenómeno denominado superposición cuántica.

Esta peculiaridad multiplica radicalmente el abanico de posibilidades informáticas. En el mundo clásico, cada bit solo puede estar activado o apagado, en cambio, cada cúbit puede representar una combinación de ambos estados de forma simultánea.

El entrelazamiento cuántico posibilita la
El entrelazamiento cuántico posibilita la conexión instantánea entre cúbits, ampliando la capacidad de cálculo y procesamiento paralelo. (Europa Press)

Además, otro fenómeno clave es el entrelazamiento cuántico, que permite que el estado de un cúbit quede conectado instantáneamente al de otro, aunque estén separados físicamente. Esto amplía el alcance de los procesamientos paralelos y la cantidad de información manipulable en cada operación.

Cómo funciona una computadora cuántica

Las computadoras cuánticas se valen de cúbits para procesar información mediante puertas y algoritmos cuánticos. En los sistemas tradicionales, las operaciones dependen de la lógica booleana (AND, OR, NOT), en la cuántica, las puertas lógicas incluyen la Hadamard, CNOT, Toffoli y otras, capaces de manipular los estados complejos de los cúbits.

El cúbit puede fabricarse empleando diferentes tecnologías:

  • Circuitos superconductores
  • Átomos o iones individuales controlados por campos electromagnéticos
  • Fotones manipulados ópticamente

Estos cúbits se mantienen a temperaturas extremadamente bajas —cercanas al cero absoluto— para preservar la coherencia de sus estados. Temperaturas así solo se logran con sistemas de refrigeración avanzados, como el helio líquido en instalaciones criogénicas especializadas.

El gran desafío de los ordenadores cuánticos reside en la corrección de errores: los cúbits son sumamente sensibles a cualquier perturbación (ruido, calor, interferencia electromagnética), lo que puede alterar el resultado de los cálculos. Lograr cúbits más estables y algoritmos de corrección eficientes es uno de los principales objetivos actuales.

Las computadoras cuánticas requieren temperaturas
Las computadoras cuánticas requieren temperaturas cercanas al cero absoluto y sistemas de refrigeración avanzados para mantener la coherencia de los cúbits. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Para qué sirve la computación cuántica

El potencial de la computación cuántica reside en su capacidad para realizar cálculos que están fuera del alcance de cualquier supercomputadora clásica.

En teoría, un ordenador cuántico puede resolver problemas específicos, como encontrar patrones en grandes volúmenes de datos, simular con exactitud el comportamiento molecular de materiales o predecir el clima con enorme precisión, mucho más rápido que cualquier tecnología anterior.

Algunas de las áreas clave donde ya se explora su aplicación incluyen:

  • Criptografía: el sistema cuántico podría descifrar las bases matemáticas de la encriptación clásica, por lo que ya se están desarrollando nuevos estándares resistentes a la computación cuántica.
  • Química y nuevos materiales: la simulación precisa de moléculas y reacciones permitirá acelerar el desarrollo de fármacos, fertilizantes o baterías más eficientes.
  • Finanzas: algoritmos cuánticos mejorarán la gestión de riesgos, la detección de fraudes y la optimización de carteras.
  • Logística y movilidad: planificación óptima de rutas, reducción de costos y consumo de energía en transporte a gran escala.

El uso de la computación cuántica no se limita a sustituir los computadores actuales, sino a complementarlos en “chips especializados” que actúan como aceleradores en sistemas híbridos, accesibles mayormente a través de la nube.

La inversión mundial en investigación
La inversión mundial en investigación cuántica supera los 50.000 millones de dólares, con estrategias nacionales en Estados Unidos, China y Europa. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Cuál es el estado actual de los avances cuánticos

En los últimos cinco años, la inversión en investigación y desarrollo cuántico ha experimentado un auge sin precedentes. Fondos estatales y privados superan los 50.000 millones de dólares (más de 46.000 millones de euros) en todo el mundo.

Países como Estados Unidos, China, Alemania, Canadá y Japón han lanzado estrategias nacionales cuánticas. Según la ONU, 2025 será el “Año Internacional de la Ciencia Cuántica”, reconociendo la trascendencia de esta revolución en ciernes.

Existen diversas arquitecturas en disputa:

  • Fotónica: empleada por PsiQuantum y Xanadu, basada en qubits de luz, resistente al ruido ambiental.
  • Superconductores: la apuesta de Google, IBM, Amazon, Rigetti y otros, con velocidad elevada, pero dependientes de refrigeración extrema.
  • Iones atrapados: avanzada por IonQ y Honeywell, precisa pero relativamente lenta.
  • Topológica: investigada por Microsoft, más estable aunque todavía experimental.