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En los últimos años, las compañías han refinado los sistemas de IA integrados en sus novedosos dispositivos. (Meta)

La inteligencia artificial está a punto de dejar de ser una tecnología lejana, alojada en gigantescos centros de datos, para integrarse en los objetos que acompañan a las personas en su día a día. Gafas, anillos, relojes, auriculares, coches y teléfonos móviles se preparan para incorporar IA capaz de procesar información directamente en el propio dispositivo, sin depender de la nube. Esta transformación promete una vida cotidiana más sencilla y productiva, con la inteligencia artificial como aliada invisible en cada gesto y decisión.

Hasta ahora, la mayoría de las aplicaciones de IA funcionaban gracias a la potencia de cálculo de grandes servidores remotos. Plataformas populares como ChatGPT procesan las consultas de los usuarios en infraestructuras gestionadas por empresas como OpenAI o Microsoft.

Sin embargo, la industria tecnológica ha comenzado a apostar por el procesamiento en el borde: la capacidad de que los dispositivos personales realicen tareas inteligentes de forma autónoma, utilizando los datos generados por el propio usuario y adaptándose a su contexto inmediato. Esta evolución abre la puerta a una experiencia mucho más personalizada y eficiente, en la que la IA responde en tiempo real y de manera local.

Anillo inteligente. (RingConn)
Anillo inteligente. (RingConn)

Por ejemplo, unas gafas inteligentes podrán recordar el nombre y cargo de un colega de otro departamento al cruzarse con él, e incluso advertir sobre una reunión próxima. Estos mismos dispositivos podrán informar si la cita para comer con amigos ya está reservada y sugerir alternativas. En el coche, la IA podrá identificar restaurantes recomendados en conversaciones pasadas y avisar al conductor cuando pase cerca de uno de ellos.

Los teléfonos móviles, por su parte, podrán programar automáticamente el pago de facturas en la fecha de vencimiento, utilizando la cuenta habitual del usuario, sin intervención manual. Todas estas funciones se ejecutarán en el propio dispositivo, lo que elimina la necesidad de enviar datos a la nube y permite respuestas más rápidas y adaptadas a cada situación.

Empresas tecnológicas y el nuevo ecosistema de dispositivos conectados

El desarrollo de este nuevo paradigma tecnológico cuenta con el impulso de empresas líderes como Google, Samsung y Qualcomm. Durante un evento anual de presentación de productos, Cristiano Amon, presidente de Qualcomm, destacó que “la IA en el borde será inmediata, permitiendo el contexto y un uso totalmente personal. De ahí provienen los datos”, según informa CNN.

Los celulares son los primeros
Los celulares son los primeros dispositivos de uso general donde ha sido integrada la IA. (Imagen Ilustrativa Imagen)

Amon subrayó que esta inteligencia artificial “comprenderá tus intenciones, anticipará tus necesidades y te ofrecerá opciones”, lo que representa un cambio fundamental en la relación entre las personas y la tecnología. Según el directivo, la llegada de los dispositivos wearables con IA permitirá realizar tareas cotidianas de forma más rápida y casi automática, integrando la tecnología de manera orgánica en la vida diaria.

En este nuevo ecosistema, el usuario se convierte en el centro de un entorno conectado. Amon explicó que la industria está “cambiando el entorno que antes se centraba en los teléfonos móviles. El centro de este entorno será el usuario. Se creará un ecosistema a su alrededor, y todos los dispositivos funcionarán en conjunto”. Así, la interacción entre diferentes accesorios y dispositivos personales permitirá una experiencia fluida, en la que la información y las funciones inteligentes se distribuyen y coordinan en tiempo real.

Perspectivas de futuro y retos pendientes

La expansión de la IA en dispositivos personales estará estrechamente vinculada al desarrollo de la tecnología 6G. Según las previsiones presentadas, los primeros equipos con capacidades 6G entrarán en fase precomercial en 2028, lo que marcará el inicio de una nueva etapa en la conectividad y el procesamiento inteligente en el borde.

Aunque la presentación de esta nueva frontera tecnológica generó entusiasmo por las posibilidades de la inteligencia artificial integrada en la vida cotidiana, quedaron sin respuesta cuestiones clave sobre la protección de los datos y la privacidad de los usuarios, aspectos que siguen pendientes de abordar en el debate público.