Los videojuegos aumentan la inteligencia de los niños, según un estudio

Estas experiencias favorecen habilidades como memoria, flexibilidad cognitiva y autocontrol

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La investigación, liderada por el
La investigación, liderada por el neurocientífico Torkel Klingberg, analizó a más de 9.800 niños durante dos años. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Una vez más queda demostrado el poder de los videojuegos. Un estudio encontró una relación directa entre el aumento de la inteligencia en los niños con su tiempo jugando este tipo de experiencias.

Bajo la dirección del neurocientífico sueco Torkel Klingberg y gracias a una rigurosa metodología, la investigación publicada en Scientific Reports concluyó que los niños que juegan videojuegos a diario presentan un incremento medible en su cociente intelectual (CI).

El hallazgo aporta datos sólidos para revalorizar el papel de los videojuegos en el desarrollo mental durante la niñez, aunque subraya matices y limitaciones que invitan a la prudencia en la interpretación de los resultados.

Qué dice el estudio sobre el aumento de la inteligencia en los niños gracias a los videojuegos

El trabajo se apoya en los datos extraídos del Estudio ABCD, la mayor cohorte longitudinal de desarrollo cerebral infantil en Estados Unidos. El equipo, integrado por científicos de Suecia, Alemania y Países Bajos, analizó los hábitos de consumo de pantallas de 9.855 niños de entre 9 y 10 años, estableciendo un seguimiento durante dos años sobre 5.000 de esos participantes.

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El trabajo destaca que el beneficio cognitivo no depende del tipo de videojuego ni del dispositivo utilizado. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Según se advierte en los registros, los niños invertían aproximadamente 2,5 horas diarias en televisión o videos en línea, 1 hora jugando videojuegos y media hora en redes sociales.

La investigación implementó controles exhaustivos para ajustar diferencias genéticas y socioeconómicas, variables usualmente subestimadas en estudios previos.

Los participantes fueron evaluados periódicamente con pruebas estandarizadas para medir áreas críticas del desarrollo cognitivo, tales como comprensión lectora, memoria, procesamiento visual-espacial, flexibilidad mental y autocontrol.

La conclusión principal fue inequívoca: los niños que superaban la media de una hora diaria de videojuegos experimentaron una mejora de 2,5 puntos en su CI, un resultado estadísticamente relevante luego de dos años de seguimiento. El estudio resalta que estos efectos positivos no dependieron del tipo de videojuego ni del dispositivo empleado, ya fuera móvil o consola.

El aumento promedio del CI
El aumento promedio del CI fue de 2,5 puntos en niños que jugaron videojuegos más de una hora diaria. (Imagen Ilustrativa Infobae)

“Nuestros resultados demuestran que el tiempo que los niños pasan frente a una pantalla no entorpece sus habilidades cognitivas y que jugar a videojuegos puede ayudar a mejorar la inteligencia”, aseguró Klingberg.

Qué explica el beneficio de los videojuegos sobre el CI

La investigación identifica la naturaleza interactiva y multidimensional de los videojuegos como el núcleo de este efecto positivo. Los videojuegos requieren la resolución continua de problemas, la adaptación de estrategias, la toma de decisiones bajo presión y el desarrollo de la constancia para superar retos.

Como consecuencia, estas actividades plantean un entrenamiento sostenido para áreas como la memoria operativa, la flexibilidad cognitiva y el autocontrol.

El estudio destaca que, a diferencia del consumo de televisión o el uso de redes sociales—actividades que no evidenciaron impacto positivo ni negativo sobre la inteligencia—, los videojuegos proponen un ambiente donde las respuestas activas y el involucramiento mental resultan la norma.

Los videojuegos favorecen habilidades como
Los videojuegos favorecen habilidades como memoria, flexibilidad cognitiva y autocontrol, según los resultados. (Imagen Ilustrativa Infobae)

“La inteligencia no es una constante fija al nacer”, aseguraron los investigadores, lo que implica que la estimulación ambiental, a través de experiencias interactivas, puede potenciar parte del desarrollo intelectual.

Además, se señala que las mediciones presentadas se basaron en el desempeño de tareas que evaluaron comprensión lectora, procesamiento visoespacial, memoria, pensamiento flexible y autocontrol.

Cuáles son los matices y limitaciones de este panorama

Pese a la solidez del diseño metodológico y el control de variables externas, el equipo investigador advierte sobre la modestia de los resultados: el aumento en el CI fue de 2,5 puntos en promedio, una diferencia cuantificable pero lejos de ser espectacular.

Los especialistas insisten en que el estudio no establece una relación de causalidad absoluta, pues otras variables no analizadas podrían influir en el proceso.

Los autores advierten que el
Los autores advierten que el estudio no establece causalidad absoluta y tiene limitaciones en su alcance. (Lino Mirgeler/dpa)

Otra limitación importante es el alcance de las conclusiones: solo se estudió a niños estadounidenses y los investigadores aclaran que no se evaluaron efectos sobre el sueño, el rendimiento escolar, la actividad física ni el bienestar general.

“No examinamos los efectos de la pantalla en actividades físicas, sueño o rendimiento escolar, así que no podemos decir nada sobre eso. Ahora estudiaremos los efectos de otros factores del entorno en el desarrollo del cerebro de los niños”, afirmó Klingberg.