Siete errores que pueden arruinar una entrevista virtual: no los cometas si quieres conseguir empleo

Al otro lado de la pantalla, el entrevistador hace una pausa mientras observa al candidato conectarse con cinco minutos de retraso. La cámara está mal enfocada, el fondo es desordenado y la conexión parece inestable. Apenas comienza la conversación, surgen dudas en las respuestas y frases mal construidas que generan una impresión difícil de revertir.

La escena, aunque común en tiempos de procesos de selección remotos, resume algunos de los errores más perjudiciales que pueden arruinar una oportunidad laboral antes de que el candidato haya terminado de presentarse.

1 Llegar tarde:

Entre los errores más frecuentes y determinantes está llegar tarde. La puntualidad es, desde el primer minuto, un indicador de compromiso y respeto por el tiempo ajeno. Retrasarse, aun por razones técnicas, da una imagen de desorganización que puede ser difícil de justificar.

Preparar con antelación la plataforma, verificar la conexión y ensayar el ingreso al enlace compartido son pasos clave para evitar ese tropiezo inicial.

2 Falta de seguridad:

Otro aspecto que genera una impresión negativa es dudar al responder. Cuando las respuestas se construyen con inseguridad o falta de claridad, el entrevistador percibe una carencia de dominio sobre la trayectoria profesional, los intereses o incluso las expectativas del propio candidato.

Preparar posibles preguntas, pensar en ejemplos concretos y practicar las respuestas puede marcar la diferencia.

3 No estar preparado:

La falta de preparación también se refleja cuando no se conoce lo suficiente sobre la empresa o el cargo ofrecido. Un candidato que no investigó previamente la cultura organizacional, los proyectos recientes o la estructura del equipo demuestra desinterés o superficialidad.

En una entrevista virtual, donde el vínculo humano es más limitado, ese tipo de fallas pesa con más fuerza.

4 Hablar mal de antiguas experiencias laborales:

Hablar mal de un jefe anterior o criticar una empresa donde se trabajó previamente es otra actitud que los reclutadores observan con lupa. Más allá del contenido de la queja, el tono y la elección del momento para hacerla comunican mucho sobre la madurez y la profesionalidad del candidato.

Una entrevista no es el espacio para ajustar cuentas ni ventilar conflictos pasados. La neutralidad y la objetividad son preferibles.

5 Errores ortográficos:

En cuanto a la documentación previa, errores gramaticales en la carta de presentación pueden anular cualquier posibilidad de pasar a la etapa siguiente.

Ese texto es, en muchos casos, la primera impresión que se tiene de una persona. Una redacción descuidada habla de falta de atención, poca seriedad o incluso desinterés.

6 Hablar mal:

Lo mismo aplica a la manera de expresarse durante la entrevista. Frases mal formuladas, muletillas excesivas o vocabulario limitado generan una barrera entre el entrevistado y quien lo evalúa.

7 Aspiraciones salariales poco realistas:

Las expectativas salariales desproporcionadas también figuran entre las causas más comunes de descarte. Cuando un candidato plantea exigencias económicas fuera del rango habitual del puesto, sin argumentos sólidos, el mensaje que transmite es que no comprendió el mercado ni el valor real de sus competencias. Tener referencias claras del sector y saber justificar una expectativa es indispensable.

Repetir errores por falta de preparación puede tener un efecto acumulativo. Cada actitud descuidada se suma a la anterior y debilita la percepción del perfil general. Contestar de manera incorrecta a preguntas básicas, como funciones anteriores o razones de salida de un empleo, solo acentúa esa debilidad.

A menudo, los detalles que parecen menores son los que definen el resultado de una entrevista virtual. Lo que puede parecer una distracción sin importancia puede ser interpretado como un síntoma de descuido, falta de profesionalismo o desinterés. Y en un proceso donde hay decenas de candidatos con perfiles similares, ese tipo de señales suele inclinar la balanza.

Prepararse a conciencia, revisar cada elemento de la comunicación y evitar actitudes perjudiciales no garantiza conseguir el puesto, pero sí evita ser descartado prematuramente. En un entorno competitivo, mostrar claridad, respeto y profesionalismo desde la primera conexión puede ser lo que abra una puerta que de otro modo habría permanecido cerrada.