Juicio por Maradona: la declaración del psicólogo se postergó por el retraso ante los cambios en el tribunal

El testimonio de Carlos Díaz, el psicólogo imputado por la muerte de Maradona que tenía previsto declarar este jueves en el juicio, fue postergado a último momento a causa de un retraso en la jornada por cambios imprevistos en los roles de los integrantes del tribunal.

La decisión la comunicó su abogado Diego Olmedo, quien pasado el mediodía le informó a todas las partes que su defendido tenía pensado hacer un descargo de aproximadamente tres horas y que, debido a las demoras surgidas al comienzo de la audiencia, no iba a llegar con el tiempo.

Si bien el horario de la audiencia se puede estirar para estos casos, esta jornada es particular porque una de las juezas adelantó que debía retirarse a las 17 horas por un viaje. “Volveré el martes”, le dijo Carlos Díaz a la prensa, mostrándose con ganas de hablar.

El motivo que demoró la jornada de este jueves fue un debate entre los abogados y los fiscales que se desató al principio del día por cambios sorpresivos en el tribunal. La situación, que generó un descontento en la sala, derivó en un pedido de recusación a una jueza, que finalmente fue rechazado.

Todo comenzó cuando los tres jueces que integran el Tribunal Oral N.º 3 de San Isidro ingresaron al salón para dar comienzo a la nueva audiencia. Al hacerlo, los magistrados sorprendieron a los fiscales y letrados sentándose en lugares distintos a los que venían utilizando durante estos dos meses.

Maximiliano Savarino -que durante este tiempo presidió y coordinó el juicio- se ubicó en la silla que venía ocupando la jueza Julieta Makintach en su rol de vocal; mientras que ella lo reemplazó y se sentó en el sillón principal del tribunal. Verónica Di Tomasso, por su parte, siguió en su lugar de siempre.

La situación desconcertó a los presentes y fue rápidamente explicada por Makintach, quien tomó la palabra y dijo que, por común acuerdo, se decidió cambiar los roles del jurado: desde ahora ella sería la encargada de dirigir el juicio, mientras que la jueza Di Tomasso pasaría a ser la presidenta oficial y el juez Savarino ocuparía el rol de vocal.

Estos cambios sin previo aviso ocasionaron cuestionamientos de parte tanto de los fiscales, como de los abogados querellantes y defensores, quienes manifestaron no estar de acuerdo con la rotación y consideraron que “el debate tiene que finalizar como empezó”.

Ante el revuelo, la jueza Di Tomasso explicó que el TOC Nº3 de San Isidro desde hace cinco años “padece la desintegración porque uno de sus miembros se acogió al beneficio jubilatorio y desde entonces la presidencia va rotando con los miembros del tribunal”. “Todos los 14 de mayo cambia”, aclaró.

Sin embargo, las explicaciones no fueron suficientes para las partes. A su turno, todos los abogados e incluso los fiscales dijeron que nunca habían visto una situación similar en ningún juicio y solicitaron que el juez Savarino vuelva a coordinar el juicio como hasta ahora.

Fabián Améndola, del equipo de Fernando Burlando, alegó que el cambio “pone en riesgo la validez de este debate”. “No es una situación meramente administrativa, sino de estricta legalidad que no he visto que haya pasado nunca”, señaló.

En la misma línea se expresó el fiscal Patricio Ferrari y el resto de los abogados, a excepción de unos pocos que prefirieron no opinar al respecto.

A este pedido, se le sumó uno efectuado por el abogado Rivas, defensor del neurocirujano Luque, quien también solicitó la recusación de la jueza Makintach tras considerar que en las últimas audiencias hizo preguntas inquisitorias que dejaron entrever que tenía un veredicto decidido.

“Esta defensa lo notó durante la declaración de Cosachov. Es un hecho grave que afecta la independencia y la imparcialidad de Makintach. Yo veo que por el modo, los gestos y los contenidos de esa pregunta está adelantando un veredicto”, alertó.

Tras un largo cuarto intermedio, los tres jueces deliberaron y resolvieron los dos pedidos realizados durante la mañana. En este sentido, rechazaron el pedido de recusación de Makintach, pero dieron marcha atrás y aceptaron la solicitud de las partes de que cada uno de los magistrados vuelva a ocupar su rol original.

Savarino, entonces, volvió a coordinar el debate oral y la jueza que lo había reemplazado regresó a su banca.

Makintach, no obstante, respondió a los agravios sobre ella y señaló: "Personalmente me sentí agraviada por las apreciaciones que se hicieron sobre mí. Me caracteriza la vehemencia de 27 años en tribunales. Todas las preguntas que he realizado fueron independientemente de la persona que tenía en frente. Tengo la necesidad de que un testigo me diga la verdad, entonces de ese modo actúe cuando vi que un testigo me faltaba a la verdad".

Y agregó sobre la rotación: “No veo en qué momento alguien pudo haber dudado de mi imparcialidad e independencia. La rotación de la presidencia no debió a otra razón que esta, de aliviar al presidente y dar un poco de libertad. No iba a modificar en nada. Me parece un disparate, pero si ustedes lo sienten así y les da paz ,voy a bregar por la paz y calma de todos ustedes”.