Matías Bari, CEO de Satoshi Tango, en La Escalada: “Fundar la empresa fue una apuesta absoluta: era el éxito o el abismo”

De descubrir el mundo Bitcoin viendo un documental en Indonesia a crear una de las primeras plataformas cripto del país: la historia del ingeniero que apostó todo a una empresa casi inexistente en Argentina

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El CEO de Satoshi Tango repasó su recorrido personal y los inicios de la compañía, y contó qué significa levantar una fintech en un mercado sin referentes

“Soy el CEO y cofundador de Satoshi Tango, una compañía de compra y venta de criptomonedas. En realidad, hoy es una fintech que busca ofrecer una gama de productos y servicios del universo de las finanzas y la tecnología”, se presenta Bari antes de sumergirse en el vértigo y las convicciones del universo cripto.

Desde sus primeras aproximaciones, motivadas por un documental durante un viaje por Indonesia, hasta los desafíos empresariales, Matías Bari recuerda el salto al vacío que implicó apostar por Satoshi Tango: “Fundar la empresa, por el tipo de industria que en su momento era casi inexistente, fue una apuesta absoluta. Sí, fue un momento precipicio absoluto. Era el éxito total o el abismo”.

"Era el éxito total o
"Era el éxito total o el abismo" (Fotos: Adrián Escandar)

El primer contacto con Bitcoin: un viaje que lo cambió todo

La fascinación de Bari por el mundo cripto comenzó en 2013, durante un viaje a Indonesia con su entonces novia, ahora esposa. Allí vio un documental que hacía hincapié en Bitcoin. La explicación técnica detrás de esa moneda digital fue reveladora: una tecnología que permitía transferir valor de persona a persona sin intermediarios, algo que hasta entonces no existía.

“Cuando escuché cómo funcionaba Bitcoin, me voló la cabeza. Era una invención disruptiva, un libro contable digital que registraba todas las transacciones y permitía mover valor globalmente sin depender de bancos ni instituciones. Fue un antes y un después”, recuerda.

Del escepticismo familiar al salto al vacío

En Argentina, en 2013, nadie compraba ni vendía Bitcoin de manera masiva. No existían plataformas locales, y el concepto era desconocido, incluso para quienes empezaban a interesarse en tecnología. Bari y sus socios decidieron lanzarse de todos modos. “Fue saltar al vacío. Había que estar muy pendiente porque era una industria muy incipiente, que iba a estar todo el tiempo modificándose, y nosotros teníamos que estar muy atentos porque básicamente no había referencia. Eso puede ser muy bueno porque, como nos pasó a nosotros, tuvimos mucho éxito por ser pioneros. Pero también podés quedarte en el camino por no saber a quién inspirarte".

Sin embargo, el despegue no fue inmediato, y los familiares miraban con recelo aquel “negocio de la moneda virtual”. “Siempre cuento la historia de que muchos años después mi padre y mi hermano confesaron que en una cena familiar en la que yo les conté de la moneda virtual y de Bitcoin… mi papá miró a mi hermano y le dijo ‘tu hermano se volvió loco. ¿Qué vamos a hacer?’”, recuerda con humor. Aun así, el apoyo y la confianza prevalecieron: “En ese momento me apoyaron. Me lo confesó muchos años después, cuando ya la empresa funcionaba”.

"Mi papá le dijo a
"Mi papá le dijo a mi hermano ‘tu hermano se volvió loco. ¿Qué vamos a hacer?’" (Fotos: Adrián Escandar)

Los primeros años: aprendizaje, comunidad y pivotes

El lanzamiento de Satoshi Tango en mayo de 2014 no fue inmediato ni sencillo. Durante los primeros años, la empresa generaba ingresos modestos, suficientes solo para sostener a los tres fundadores. Pero la interacción constante con la comunidad de bitcoiners les permitió conocer de primera mano las necesidades del mercado y ajustar la plataforma.

“Éramos parte del ecosistema. Esto nos permitió recibir feedback directo, entender cómo usar la tecnología y mejorar la experiencia de los usuarios. Era un aprendizaje constante”, comenta Bari.

Además, debieron tomar decisiones estratégicas cruciales, como modificar la forma en que ofrecían los servicios, incorporar nuevos productos y hasta cambiar la presentación del nombre de la empresa. Antes “Satoshi Tango” se escribía todo junto. Ante esto, el CEO explica que “Satoshi hace referencia al creador de Bitcoin, Nakamoto, y Tango a Argentina. Fue un acierto, y a la gente le gustó”, explica.

2017: el inicio del éxito

El CEO de Satoshi Tango se sincera sobre uno de los grandes dilemas de emprender: “Muchas veces el emprendimiento fracasa y es muy difícil reconocer: ‘Bueno, es hasta acá, tengo que dejarlo’, porque el camino del éxito y el fracaso es muy parecido. Vos estás haciendo algo, por ahí tenés un poco de movimiento... entonces depende de tu convicción: ¿te creés que ese movimiento es algo positivo para seguir o te falta convicción? ¿Creés que la falta de ventas grandes confirma tu sesgo de que esto no funcionó...? Es muy difícil tomar la decisión de ‘sigo o abandono’, todo el tiempo te estás preguntando ¿qué hago?, ¿sigo o dejo? ¿Funcionó o fracasé?

El verdadero punto de inflexión llegó con el ciclo alcista de 2017. El precio de Bitcoin pasó de aproximadamente USD 1.200 a USD 20.000. Satoshi Tango, con solo cinco empleados, debió enfrentar un volumen histórico de operaciones, trabajando hasta 18 horas diarias. “Ese fue el momento en que comprobamos que esto podía funcionar. Si bien los picos no duran para siempre, la empresa había creado un colchón económico y la certeza de que nuestro modelo era viable”, recuerda Bari.

Sobre el objetivo central de Satoshi Tango, Bari es claro: “Obviamente, en términos de negocios, queríamos tener una plataforma en Argentina y ser la mayor empresa de compra y venta de cripto en Argentina. Pero por otro lado, realmente queríamos hacer una plataforma para que la gente pudiera comprar Bitcoin”.

En esa combinación entre convicción y negocio, Satoshi Tango fue consolidando no solo una propuesta de valor, sino también una posición ética frente al fenómeno cripto: “Logramos unir una pasión y un negocio. Y por suerte tuvimos el éxito que esperábamos porque ya hace casi 12 años que hacemos esto”.

Bari no duda en afirmar que, más allá de resultados económicos e hitos, su historia se mide en convicción y comunidad: “Si me hubieras dicho todo lo que me pasó, me lo hubieras dicho el día que fundamos la empresa, no lo hubiera creído... hoy creo que esta entrevista es un poco prueba de eso. Pero sin dudas que sí, somos exitosos”.

"Queríamos ser la mayor empresa
"Queríamos ser la mayor empresa de compra y venta de cripto en Argentina" (Fotos: Adrián Escandar)

El lado humano de las inversiones

Bari tiene una mirada clara sobre la psicología del mercado. “La gente responde a la emoción, no a la razón. Por eso surge el FOMO: Fear of Missing Out, miedo a quedarse afuera. Esto genera burbujas, pero no significa que Bitcoin sea una burbuja en sí. La tecnología es disruptiva y tiene características únicas que la hacen valiosa”.

El empresario enfatiza la importancia de la educación y la cautela al invertir: “No pongas dinero que no estés dispuesto a perder. Pero, al mismo tiempo, todos deberían tener Bitcoin. Es la mejor forma de dinero que hemos inventado como especie: descentralizado, seguro, resistente a manipulaciones”.

La masificación del acceso a Bitcoin y otras criptomonedas también expone a miles de nuevos usuarios a ciertos riesgos, pero Bari evita el tono alarmista. “Es tan riesgoso como los otros mundos. Hay un montón de billeteras virtuales en las que a la gente le roban el dinero. El mundo digital se volvió el lugar donde los delincuentes van a robar. Entonces hay que estar tan atento como uno hace 40 años estaba en la calle”, compara. Desde la visión de Satoshi Tango, la prioridad es informar y brindar autonomía: “Siempre le decimos a la gente que se lleven sus criptomonedas, que no me las dejen a mí, que no las dejen en la plataforma”.

Bari resalta la importancia del cuidado: “Si no tomaste las medidas de seguridad adecuadas, como el backup... y perdiste el celular, perdiste el dinero de igual manera que si perdés tu billetera con 50.000 dólares adentro, los perdiste. Pero bueno, tiene ese delicado equilibrio, el famoso trade off: ¿querés ser el dueño de tu propio dinero y que sea inembargable? Tenés que saber cómo custodiarlo, cómo cuidarlo”.

A lo largo de los años, Bari ha aprendido que la educación y la responsabilidad individual son pilares para la adopción masiva: “Lo que les digo es: sepan los riesgos que asumen al invertir en Bitcoin, pero yo creo que sin dudas es un camino que la humanidad no va a desandar, no hay vuelta atrás”.