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La CNEA desmintió la rotura
La CNEA desmintió la rotura reciente de los diques y aseguró que no hay riesgo de contaminación ambiental

Entre 1982 y 1989 una empresa minera extrajo uranio de una cadena montañosa de la provincia de Córdoba, llamada Los Gigantes. Esa actividad, a su vez, produjo cuatro millones de toneladas de residuos, sólidos y líquidos, que permanecen hasta el día de hoy en cinco diques construidos al pie de una montaña.

36 años después, los vecinos de la zona siguen expresando periódicamente su preocupación y cada tanto algún comentario despierta temor por la posibilidad de que ese material radiactivo se escape y alcance al arroyo más cercano, que se encuentra a sólo 300 metros de los diques.

El último llamado de atención se produjo esta semana. Una publicación del portal No a la Mina afirmó que el temor crónico se había concretado: según su crónica, “la geomembrana que garantizaba la impermeabilización del Dique 3 de la mina de uranio”, se había roto.

La versión obligó a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) a emitir un comunicado para desmentir la fractura del dique, que rápidamente se había expandido como noticia en distintos portales y redes sociales. “No se ha registrado ninguna rotura reciente en los diques del ex Complejo Minero Fabril Los Gigantes, en Córdoba, y no existe ningún riesgo de contaminación ambiental ni en los cursos de agua”, enfatizó el organismo.

No obstante, el texto informó un antecedente: “El último episodio de este tipo ocurrió en septiembre de 2021, cuando vientos extraordinarios de más de 100 km/h dañaron la membrana del dique auxiliar, una estructura preventiva construida en 2003”. Luego aclaró: “ese hecho no produjo ningún impacto ambiental y fue completamente reparado en 2023, con una nueva impermeabilización y refuerzos geotextiles. Actualmente, el dique se encuentra íntegro y vacío”.

La versión inicial acerca de la fractura de uno de los diques se conoció en medios de la provincia de Chubut, donde actualmente tiene lugar un debate acerca de la posible llegada de inversiones mineras para la extracción de uranio.

Las cuencas hídricas cercanas abastecen
Las cuencas hídricas cercanas abastecen de agua potable a Villa Carlos Paz, Tanti y Córdoba Capital.

El episodio, no obstante, terminó exponiendo el pasivo ambiental que dejó la actividad hace casi cuatro décadas. Según datos históricos expuestos por el sitio mencionado, la extracción de uranio estuvo a cargo de la empresa Minera Sánchez Granel Ingeniería S.A. Durante los 8 años que duró su actividad, se produjeron 206 toneladas de uranio, y eso devino en cuatro millones de residuos, hoy custodiados por los diques en la inmensidad del macizo de Los Gigantes.

Un informe de Telefé, emitido en 2008, mostró el testimonio de vecinos de la zona. Esencialmente, la gente advirtió que cualquier catástrofe natural, como un terremoto, o una lluvia torrencial, podría provocar el derrame de los residuos. El recuerdo de la tragedia de Mina Gerais, en Brasil, sobrevuela.

Las cuencas hídricas que rodean al macizo de Los Gigantes son el motivo principal de preocupación, ya que abastecen de agua potable a las ciudades más cercanas. Villa Carlos Paz y Tanti se encuentran a sólo 30 kilómetros, en tanto que Córdoba Capital está a 90 kilómetros. Así lo manifestaron distintos integrantes de la Asociación de Amigos del Río San Antonio (ADARSA).

De acuerdo a un informe publicado por La Voz, en 2008 el Banco Mundial aprobó un crédito de 30 millones de dólares para la remediación del pasivo ambiental en el complejo minero Los Gigantes. Sin embargo, ese proyecto quedó inconcluso.

El macizo Los Gigantes es, en paralelo, un sitio de gran atractivo turístico. Según la agencia de Turismo de Córdoba, las paredes de roca son habitualmente transitadas por quienes practican trekking, y cuenta con 400 rutas equipadas para la escalada deportiva.

El uranio es un elemento químico radiactivo de número atómico 92 y símbolo U, presente en la naturaleza y destacado por ser la principal fuente de combustible en los reactores nucleares. En la corteza terrestre, es uno de los elementos más abundantes y se encuentra en rocas, suelo, agua e incluso en el cuerpo humano.