La primera pareja de marplatenses con síndrome de Down que selló su amor en el altar: “La voy a cuidar hasta el fin del mundo”

Después de más de tres décadas juntos, Rita Huergo y Martín Ramos cumplieron un sueño: casarse por civil y por iglesia. La historia de un vínculo profundo que venció prejuicios y barreras legales

Guardar
El “Sí, quiero” de Rita Huergo y Martín Ramos (Video/Canal 10 de Mar del Plata)

“Sí, acepto y la llevo al fin del mundo”. Con esa promesa y la palma de la mano sobre el corazón, Martín Ramos (41) selló su compromiso con Rita Huergo (41) en el Registro Civil de avenida Independencia y Castelli en Mar del Plata. Fue el 6 de junio a las 12. Ese día, la ciudad vivió por primera vez un matrimonio entre dos adultos con síndrome de Down. Al día siguiente, la pareja formalizó su unión en la Iglesia Santa Rita, después de años de espera.

A casi dos meses de dar el “Sí, quiero”, Martín y Rita conversaron con Infobae por videollamada. Él —que trabaja en la Defensoría de Incapaces del Poder Judicial— estaba de receso por la Feria; ella, en cambio, acababa de regresar de su trabajo como auxiliar en la Escuela Municipal Nº 6.

Su historia de amor comenzó en 1992, cuando se conocieron en la escuela especial “El Portal del Sol”. Para Martín fue un flechazo: “Cuando la vi entrar por la puerta, me enamoré”, describe sobre aquella primera imagen de Rita cuando apenas tenían 8 años. Ella lo mira y se ríe. “Él usaba un corte taza”, cuenta.

“Sí, acepto y la llevo
“Sí, acepto y la llevo al fin de mundo”, dijo Martín, emocionado, el día que se casaron por civil

Aunque viven juntos desde hace casi una década, la propuesta formal de matrimonio llegó recién hace dos años, por iniciativa de Martín. Se la hizo el 10 de agosto de 2023, el día en que celebró su cumpleaños número 40. Para Rita fue un sueño cumplido: “Siempre había querido casarme”, asegura.

Desde entonces, empezaron a ahorrar para poder costear la boda y la fiesta. La luna de miel —una semana en Miramar— fue un regalo, igual que el vestido de novia. Pero no fue cualquier vestido: “Me lo regaló Roberto Piazza”, dice Rita. Rafael Huergo —su hermano, que trabaja como chofer— hizo de intermediario con el diseñador. “Lo conocí en 2018, cuando llevé a un modisto que trabajaba con él. Le conté que ella quería casarse y que le gustaban mucho sus diseños. Cuando Roberto se enteró, me llamó y me dijo: ‘Le voy a regalar un vestido de colección a tu hermana’. Y así fue”, relata.

Rita junto a su hermano
Rita junto a su hermano Rafael el día del casamiento. El vestido que usó para la boda fue un regalo del diseñador Roberto Piazza

Algunas trabas

El casamiento, con misa incluida, llegó después de varias idas y vueltas. Según cuenta Rafael, su hermana y su cuñado habían intentado casarse en 2017. Aunque no hubo negativas explícitas, sí se enfrentaron a exigencias que no suelen aplicarse a parejas sin discapacidad.

“Querían evaluar su convivencia, tanto en el plano sentimental como sexual. La jueza que me atendió en ese momento incluso me preguntó si yo creía que era conveniente que se casaran, porque era una responsabilidad muy grande y podían separarse al poco tiempo”, resume. Decidieron esperar. “En enero de este año volvimos a intentarlo y esta vez fue distinto. El trato fue otro y se evaluó la situación con otra mirada”, agrega Rafael.

Según María Esther Abraham, presidenta de la Asociación de Síndrome de Down de Mar del Plata (ASDEMAR), la principal traba histórica estuvo en el antiguo sistema legal, que imponía la figura de “curatela”, por la cual las decisiones clave tenían que ser tomadas por representantes y no por la propia persona con discapacidad. Esta figura fue reemplazada en 2015 por el régimen de “Salvaguarda de apoyo”, que pone el foco en la autonomía y el acompañamiento, pero sin limitar los derechos civiles.

“Por tener síndrome de Down enfrentaron muchas dificultades para casarse. Si bien hoy el tema tiene mayor visibilidad, este caso sigue siendo inédito en la ciudad: no hay antecedentes de una pareja con síndrome de Down que se haya casado tanto por civil como por iglesia. Para lograrlo, se necesitó casi un cónclave entre distintas instituciones. Después de un par de años, finalmente obtuvieron la autorización judicial para contraer matrimonio. Fue un proceso largo. Espero que, a partir de ahora, las cosas empiecen a resolverse de otro modo”, sostuvo Abraham.

Este dato fue luego confirmado por el Municipio de General Pueyrredón: se trata del primer matrimonio registrado entre dos personas con síndrome de Down en “La Feliz”.

Martín y Rita se conocieron
Martín y Rita se conocieron en 1992, en la escuela especial “El Portal del Sol”. Para Martín fue un flechazo: “Cuando la vi entrar por la puerta, me enamoré”, describe

Según la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA), no existen estadísticas oficiales sobre parejas con síndrome de Down que estén casadas. “Es muy difícil hablar de cifras porque no hay datos disponibles. Somos los olvidados”, explicó a este medio Liliana Núñez, referente de la entidad y madre de un joven con síndrome de Down.

La falta de datos oficiales tiene un impacto directo: sin estadísticas, el Estado tampoco cuenta con herramientas para tomar decisiones o implementar políticas públicas que garanticen sus derechos, como lo exige la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Frente a ese panorama, en 2021 impulsaron la campaña “Síndrome de Números”, con el objetivo de visibilizar el acceso a derechos básicos y la falta de información pública.

Un año después, solicitaron que el Censo 2022 incluyera una pregunta específica sobre síndrome de Down, pero no tuvieron éxito: el formulario del INDEC omitió por completo la palabra “discapacidad” y se limitó a usar los términos “limitación” y “dificultad”.

“Se estima que en la Argentina viven entre 30.000 y 40.000 personas con síndrome de Down. Pero es solo una especulación, porque no hay datos que lo confirmen. Tampoco sabemos cuántas parejas se han casado. Para nosotros, los primeros fueron Santiago y Lucrecia, que pasaron por el Registro Civil en la ciudad de Buenos Aires en 2020. Rita y Martín serán los primeros en Mar del Plata y estamos felices por ellos. Cuando nos enteramos de la noticia, lo celebramos como si fueran nuestros propios hijos”, dice.

“¿Cómo es la vida de
“¿Cómo es la vida de casados? ¡Genial!”, le cuenta a Infobae Rita y Martín

Juntos a la par

Antes de ingresar al Municipio, Rita trabajó en un local de comidas rápidas, hizo teatro, natación, pádel y folclore. Pero su gran pasión siempre fue el patinaje artístico, disciplina en la que se consagró medallista de oro, representando a Mar del Plata y a la Argentina en distintas competencias. Martín, por su parte, practicó hockey, taekwondo y patín. También es DJ y un gran amante de la música.

Actualmente, viven en un departamento dentro del mismo terreno que la madre de Rita. Según cuentan, se levantan todos los días a las seis de la mañana, aunque ambos empiezan a trabajar a las ocho. “¿Cómo es la vida de casados? ¡Genial!”, le cuentan a Infobae.

“Son una pareja hermosa —dice el hermano de Rita—. El amor que sienten es puro. Estoy muy orgulloso de mi hermana y de mis padres. Rita tuvo muchas dificultades al comienzo: no podía caminar, la operaron del corazón a los cinco años, pero salió adelante con esfuerzo, apoyo y amor. Y ahora vive este momento increíble, junto a un compañero que la ama de verdad”.

Eliana González, profesora de Educación Especial que conoce Martín y a Rita desde hace décadas, lo resume con claridad: “Este matrimonio, como cualquier otra actividad que realicen las personas con discapacidad, no debería ser una excepción, sino parte de la norma. Ellos accedieron a sus trabajos gracias a políticas públicas que garantizaron sus derechos y su inclusión como seres humanos. Todos deberíamos tenerlo en cuenta. Por eso, hoy más que nunca, es fundamental la presencia del Estado. El Estado no puede abandonarlos”.

“Son una pareja hermosa —dice
“Son una pareja hermosa —dice el hermano de Rita—. El amor que sienten es puro”

*Más información de ASDRA en www.asdra.org.ar o llamando al +54 9 11 2156-0402 de lunes a viernes de 10 a 17