Científicos investigan el impacto de los alimentos ultraprocesados en la salud física de adultos mayores

Se trata de una investigación basada en el seguimiento de más de 2000 personas durante una década. Los detalles

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El estudio destaca la importancia
El estudio destaca la importancia de reducir la ingesta de ultraprocesados para mantener la función física en adultos mayores (Imagen ilustrativa Infobae)

La relación entre los alimentos ultraprocesados y la salud física en la vejez ha sido objeto de un estudio científico reciente.

El trabajo, que siguió durante más de una década a 2.547 adultos, postuló que el consumo elevado de estos productos no se asocia directamente con el desarrollo de fragilidad en personas de mediana edad y mayores.

No obstante, los datos revelan que una mayor ingesta de ultraprocesados sí se vincula con descensos leves pero estadísticamente significativos en la función física, como una reducción en la velocidad de la marcha tanto en hombres como en mujeres, y una disminución de la fuerza de agarre al apretar la mano alrededor de un objeto en los hombres. La investigación fue publicada en Nutrients.

Durante el seguimiento, que tuvo una duración promedio de 10,8 años, el 9,2% de los participantes (233 personas) desarrolló fragilidad. El análisis no halló una relación directa entre la cantidad de alimentos ultraprocesados consumidos y la aparición de este síndrome. Sin embargo, cada porción diaria adicional de estos productos se asoció con una disminución significativa en la velocidad de la marcha: –0,001 metros/segundo por año (p = 0,03). En el caso de los hombres, cada porción extra también se relacionó con una reducción anual en la fuerza de prensión de –0,02 kilogramos (p = 0,04).

Shivani Sahni, profesora asociada de medicina en la Facultad de Medicina de Harvard, explicó: “Estos hallazgos sugieren que, si bien el consumo de alimentos ultraprocesados puede no aumentar directamente el riesgo de fragilidad, aún podría contribuir a disminuciones sutiles en la movilidad y la fuerza con el tiempo”.

El seguimiento de más de
El seguimiento de más de diez años resalta el papel de los ultraprocesados en el deterioro físico gradual de la población mayor (Imagen Ilustrativa Infobae)

Por su parte, Elsa M. Konieczynski, autora principal del estudio e investigadora de la Escuela Friedman de Ciencias y Políticas de Nutrición de la Universidad de Tufts, subrayó: “Limitar la ingesta de alimentos ultraprocesados y hacer hincapié en los alimentos integrales y ricos en nutrientes puede ser un paso crucial para preservar la función física y apoyar un envejecimiento saludable”.

El equipo de investigación remarcó la importancia de la alimentación saludable y la necesidad de profundizar en los mecanismos biológicos que explican la relación entre los ultraprocesados y el deterioro funcional. Los resultados se basaron en la llamada Cohorte Descendiente de Framingham.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la alimentación es clave para la salud y el bienestar. Una dieta sana y segura protege frente a la malnutrición en todas sus formas, las enfermedades no transmisibles como la diabetes, las cardíacas, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer, así como contra enfermedades transmitidas por alimentos con riesgos físicos, químicos o biológicos. La evidencia científica relaciona el consumo de alimentos ultraprocesados con un mayor riesgo de desarrollar distintas enfermedades no transmisibles y problemas de salud asociados.

Una dieta basada en productos
Una dieta basada en productos frescos y densos en nutrientes favorece la movilidad durante el envejecimiento (Imagen Ilustrativa Infobae)

Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que los ultraprocesados son formulaciones industriales compuestas principalmente por sustancias extraídas o derivadas de alimentos, junto a aditivos y componentes que aportan color, sabor o textura con el objetivo de imitar los alimentos. Estos productos presentan un perfil nutricional desequilibrado, con altos niveles de azúcares libres, grasas totales, grasas saturadas y sodio, y bajos niveles de proteína, fibra, minerales y vitaminas, en comparación con las opciones sin procesar o mínimamente procesadas.

Desde los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por las siglas en inglés) han divulgado: “La mayoría de los alimentos que comemos están procesados en alguna medida, es decir, han sido modificados con respecto a su estado natural. Trocear, triturar, secar, cocinar y congelar son formas de procesar los alimentos. Algunas formas de procesamiento son buenas para la salud. Por ejemplo, la cocción de la carne y la pasteurización de la leche pueden ayudar a prevenir enfermedades transmitidas por los alimentos. Pero si los alimentos están demasiado procesados, pueden ser perjudiciales para la salud”.