
El hígado es el órgano interno más grande y esencial para la vida humana. Su deterioro suele pasar desapercibido hasta etapas avanzadas. Especialistas de Mayo Clinic alertan que la desinformación y los mitos alrededor de este órgano vital favorecen prácticas perjudiciales y dificultan la prevención, lo que incrementa el riesgo de enfermedad hepática.
El metabolismo del hígado y riesgos asociados
La Dra. Alina M. Allen, experta en hepatología de Mayo Clinic, explicó que el hígado procesa todo lo que el organismo ingiere —alimentos, medicamentos y alcohol— y convierte estas sustancias en compuestos útiles o los almacena para necesidades futuras. Esta función metabólica lo sitúa como órgano central para el equilibrio interno, pero también lo expone a numerosos factores de riesgo.

Entre los mitos comunes, los especialistas advierten que no solo descompone alcohol, sino que interviene en el procesamiento de todos los nutrientes y sustancias que ingresan al cuerpo. La Dra. Allen recalcó que una alimentación basada en alimentos ultraprocesados, caracterizados por largas listas de ingredientes y bajo contenido de fibra, facilita la acumulación de grasa hepática.
Esta condición, conocida como enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica (EMA), afecta a uno de cada tres adultos y puede evolucionar hacia inflamación, cicatrización y cirrosis. El daño crónico, además, incrementa el riesgo de cáncer de hígado.
La hepatitis suele vincularse únicamente a infecciones virales, aunque puede tener diversas causas. Los especialistas de Mayo Clinic aclaran que, además de los virus (A, B, C, D y E), la inflamación hepática puede surgir por consumo excesivo de alcohol, acumulación de grasa ligada al sobrepeso u obesidad, ciertos medicamentos o suplementos, y también por respuestas autoinmunes en las que el sistema inmunológico reacciona contra el hígado.

Sobre suplementos y remedios alternativos, la Dra. Allen señaló que no existen pruebas confiables de que estos productos beneficien el hígado. Algunos medicamentos homeopáticos y suplementos no aprobados pueden provocar lesiones hepáticas. La recomendación de Mayo Clinic es mantener una alimentación equilibrada y actividad física regular para el buen funcionamiento hepático, sin recurrir a productos alternativos salvo bajo indicación médica.
Detección, mitos y consecuencias del daño hepático
Otro mito frecuente relaciona la cirrosis exclusivamente con el consumo excesivo de alcohol. Muchos se sorprenden al recibir este diagnóstico sin beber. La EMA, antes llamada hígado graso no alcohólico, puede avanzar hasta la cirrosis, especialmente en personas con sobrepeso o diabetes. Incluso el consumo moderado de alcohol puede agravar el daño si existen factores de riesgo metabólico, por lo que se aconseja limitar la ingesta en estos casos.
En cuanto a la detección, los especialistas insisten en la importancia de realizar pruebas de función hepática en personas con sobrepeso, diabetes, hipertensión o colesterol alto, así como en quienes consumen alcohol.

Las enzimas hepáticas no siempre se incluyen en análisis de rutina; por eso, si existen factores de riesgo, es recomendable solicitar un perfil hepático. Si se detecta daño en el hígado, pueden solicitarse estudios de imagen como la elastografía, que mide la elasticidad y el contenido graso hepático.
Un aspecto preocupante es que la enfermedad hepática evoluciona de forma silenciosa, sin síntomas en fases tempranas. Solo en etapas graves aparecen complicaciones como ictericia, hinchazón abdominal o confusión mental. La Dra. Allen resaltó que muchas personas no presentan dolor ni molestias, aunque ya exista acumulación de grasa o tejido cicatricial. Por esta razón, la detección precoz cobra importancia para evitar consecuencias irreversibles.
Recuperación, límites y hábitos saludables
A pesar de los riesgos, los especialistas de Mayo Clinic ofrecen un mensaje positivo: el hígado posee una gran capacidad de regeneración. Si el daño se detecta a tiempo y se modifican factores como el exceso de peso —en la EMA— o el consumo de alcohol, el órgano puede recuperarse e incluso revertir la cicatrización. Algunos tratamientos médicos aceleran la mejoría, sobre todo en casos de hepatitis virales.

No obstante, la Dra. Allen advirtió que existe un punto en el que el daño se vuelve irreversible. Con síntomas avanzados como ictericia o acumulación de líquido abdominal, el trasplante hepático puede ser la única opción.
Por ello, los especialistas insisten en la trascendencia de la prevención, la detección temprana y la adopción de hábitos saludables para proteger la salud hepática antes de alcanzar ese límite crítico.
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