
A partir de los 40 años, la estabilidad física adquiere un papel decisivo en la prevención de lesiones y el mantenimiento de la independencia en la vida diaria. Según expertos consultados por Men’s Fitness, la pérdida progresiva de masa muscular y la ralentización de los reflejos convierten el entrenamiento de estabilidad en una herramienta esencial para quienes desean mantenerse activos y seguros tanto en el gimnasio como fuera de él.
Frente a este desafío, especialistas en fitness han identificado una serie de ejercicios para mayores de 40 que ayudan a fortalecer el cuerpo y reducir el riesgo de accidentes, ofreciendo una guía práctica para quienes buscan preservar su bienestar a largo plazo.
La importancia de la estabilidad después de los 40 años radica en los cambios fisiológicos que experimenta el cuerpo con el paso del tiempo. De acuerdo con Men’s Fitness, a partir de los 30 años se pierde entre un 3% y un 8% de masa muscular por década, lo que afecta directamente la fuerza y la capacidad de reacción ante situaciones imprevistas.
Liz Hilliard, entrenadora personal certificada en Pilates y autora, subraya que “mantener e incluso aumentar la masa muscular junto con la fuerza del core es clave para prevenir lesiones y mantener un estilo de vida saludable a medida que envejecemos”. Esta perspectiva resalta la necesidad de incorporar ejercicios específicos que refuercen tanto la musculatura como el equilibrio, elementos fundamentales para la autonomía física en la madurez.

El deterioro de la estabilidad no solo compromete la movilidad, sino que también incrementa la probabilidad de sufrir lesiones en el gimnasio. RJ Williams, doctor en fisioterapia y director de operaciones clínicas en FYZICAL, advierte en declaraciones recogidas por Men’s Fitness que “sin una buena estabilidad, comenzamos a compensar con señales visuales u otras estrategias, lo que incrementa el riesgo de caídas, una de las principales causas de lesiones en adultos mayores”.
Entre los problemas más frecuentes, se encuentran los esguinces, las lesiones articulares y las caídas, que suelen originarse por la incapacidad del cuerpo para responder con rapidez ante tropiezos o superficies irregulares. Williams añade que estas lesiones no siempre aparecen de forma repentina, sino que pueden desarrollarse gradualmente debido a una inestabilidad sutil que pasa desapercibida durante años.
Ejercicios de estabilidad recomendados para mayores de 40 años
Para contrarrestar estos riesgos, Men’s Fitness ha recopilado, con el respaldo de expertos, una lista de 7 ejercicios de estabilidad especialmente recomendados para personas mayores de 40 años. Cada uno de estos movimientos está diseñado para fortalecer áreas clave del cuerpo y mejorar la coordinación, el equilibrio y la fuerza funcional.

1. Peso muerto rumano (RDL) a una pierna
El primero de estos ejercicios es el peso muerto rumano a una pierna (Single-Leg RDL), que según Williams, “es una de las mejores formas de entrenar la estabilidad de la cadera, la fuerza de los glúteos y el equilibrio al mismo tiempo”.
Para realizarlo, se parte de pie, con los pies juntos y una mancuerna en cada mano. El peso se traslada a una pierna, se flexiona ligeramente la rodilla y se inclina el torso hacia adelante mientras la pierna contraria se extiende hacia atrás. Se mantiene el equilibrio y se regresa a la posición inicial antes de alternar de lado.
2. Plancha lateral con alcance
El segundo movimiento es la plancha lateral con alcance (Side Plank With Reach), que trabaja los oblicuos y los estabilizadores laterales. La ejecución consiste en recostarse de lado, apoyar el codo bajo el hombro y elevar las caderas formando una línea recta. El brazo superior se extiende hacia el techo y luego se pasa por debajo del torso, rotando ligeramente el cuerpo antes de volver a la posición inicial y repetir del otro lado.

Williams destaca que este ejercicio “hace que el core resista la rotación, algo fundamental para movimientos cotidianos como cargar objetos pesados”.
3. Press Pallof
El tercer ejercicio es el Press Pallof, que utiliza una banda de resistencia anclada a la altura del pecho. De pie, con los pies separados al ancho de los hombros, se sostiene la banda con ambas manos y se aleja del punto de anclaje para generar tensión.

El objetivo es extender los brazos al frente y resistir el movimiento de la banda, fortaleciendo así la estabilidad del core. Williams señala que “la meta aquí no es mover el peso, sino resistir el movimiento, una habilidad que se traslada a actividades diarias como levantar a un niño o girar con carga sin dañar la espalda”.
4. Bird Dog con ritmo o carga
El cuarto movimiento recomendado es el Bird Dog con ritmo o carga, conocido por su uso en rehabilitación pero que, al ejecutarse lentamente o con resistencia ligera, representa un verdadero reto de estabilidad.
Se inicia en posición de cuadrupedia, con manos bajo los hombros y rodillas bajo las caderas. Se extiende el brazo izquierdo hacia adelante y la pierna derecha hacia atrás, manteniendo el core activo y las caderas niveladas, para luego regresar a la posición inicial y alternar. Este ejercicio mejora la coordinación cruzada y refuerza la postura, especialmente útil para quienes pasan mucho tiempo sentados.
5. Plancha
Hilliard recomienda mantener la posición de plancha alta, con los brazos extendidos y las manos bajo los hombros, formando una línea recta desde la cabeza hasta los pies.

Se sugiere sostener la postura durante 30 segundos, aumentando progresivamente hasta 60 segundos o más. Este ejercicio fortalece el core y estabiliza la columna, lo que contribuye a reducir el riesgo de lesiones lumbares.
6. Sentadilla en la pared
El sexto ejercicio es la sentadilla en la pared (wall sit), que aunque parece sencillo, exige un esfuerzo considerable de la parte inferior del cuerpo. Se realiza apoyando la espalda contra una pared, deslizando el cuerpo hacia abajo hasta que las caderas, rodillas y tobillos formen un ángulo de 90 grados.
Los abdominales se mantienen activos y la espalda pegada a la pared, mientras los pies presionan el suelo.

Se recomienda mantener la posición entre 10 y 30 segundos, y para aumentar la dificultad, se pueden elevar los brazos o alternar el levantamiento de las rodillas.
7. Zancada
Por último, la zancada (lunge) completa la serie de ejercicios sugeridos. Hilliard explica que este movimiento “fortalece las piernas y mejora notablemente la estabilidad”.

Se ejecuta de pie, dando un paso amplio hacia adelante y flexionando ambas rodillas para descender en una zancada. El impulso se realiza a través del talón delantero para regresar a la posición inicial, alternando las piernas en cada repetición. Para incrementar la intensidad, se pueden elevar los brazos o sostener mancuernas.
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