
JUEVES, 21 de agosto de 2025 (HealthDay News) -- Los cerebros de los recién nacidos tienen un rasgo sorprendente en común con los adultos que han desarrollado la enfermedad de Alzheimer, señala un estudio reciente.
Ambos tienen niveles elevados en sangre de un biomarcador bien conocido para el Alzheimer, una proteína llamada tau fosforilada, informaron los investigadores recientemente en la revista Brain Communications.
Tau se asocia con las placas beta amiloides y los ovillos de tau que acribillan los cerebros de las personas con Alzheimer, anotaron los investigadores.
Pero en los recién nacidos, este aumento de tau parece apoyar el desarrollo saludable del cerebro, ayudando a las neuronas a crecer y formar conexiones con otras neuronas, encontraron los investigadores.
Esto sugiere que los cerebros humanos podrían tener una protección incorporada contra los efectos potencialmente dañinos de tau, por lo que los recién nacidos pueden tolerar e incluso beneficiarse de altos niveles de tau sin desencadenar un daño similar al Alzheimer, dijeron los investigadores.
"Creemos que comprender cómo funciona esta protección natural, y por qué la perdemos a medida que envejecemos, podría ofrecer una hoja de ruta para nuevos tratamientos", dijo en un comunicado de prensa el investigador principal, Fernando González-Ortiz, estudiante de doctorado de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia.
"Si podemos aprender cómo el cerebro del recién nacido mantiene a tau bajo control, algún día podríamos imitar esos procesos para ralentizar o detener el Alzheimer en seco", agregó.
En el nuevo estudio, los investigadores compararon los niveles sanguíneos de un tipo de tau llamado p-tau217 en más de 400 personas, entre ellas recién nacidos, adolescentes, adultos jóvenes, personas mayores y personas con deterioro cognitivo leve o Alzheimer.
Los análisis de sangre para p-tau217 recibieron recientemente la aprobación de la FDA para su uso en el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer, anotaron los investigadores.
Los resultados mostraron que los recién nacidos tenían los niveles más altos de p-tau217, incluso más altos que los encontrados en los pacientes diagnosticados con Alzheimer, dijeron los investigadores.
Los niveles fueron particularmente elevados en bebés prematuros y comenzaron a disminuir durante los primeros meses de vida hasta que se estabilizaron en los niveles que normalmente se encuentran en los adultos jóvenes.
Los investigadores también encontraron que los niveles de p-tau217 estaban estrechamente relacionados con la forma temprana en que nacían los bebés. Cuanto antes nazca, mayores serán los niveles de tau del bebé, lo que sugiere que cumple un papel de apoyo al rápido crecimiento del cerebro en condiciones de desarrollo desafiantes.
Los estudios futuros deberían explorar los mecanismos de protección que protegen los cerebros de los bebés del desarrollo de ovillos de tau que se encuentran en los pacientes de Alzheimer, dijeron los investigadores.
Más información
La Asociación del Alzheimer (Alzheimer's Association) ofrece más información sobre la beta amiloide y la tau.
FUENTE: Universidad de Gotemburgo, comunicado de prensa, 24 de junio de 2025
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