Cochito López: “Hoy parás en el supermercado y cualquiera te habla de Fórmula 1”

En Random, el ciclo de entrevistas de Infobae, el expiloto y actual comentarista analizó el crecimiento del automovilismo en el país a partir del impacto de Franco Colapinto y cómo ese fenómeno potenció la visibilidad de las transmisiones. También repasó su propio camino en Europa, explicó por qué llegar a la máxima categoría es un privilegio reservado para pocos y habló de la pasión heredada

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Cochito Lopez - Random

Juan Manuel “Cochito” López es un expiloto argentino de automovilismo, reconocido por su participación tanto en categorías nacionales como en competencias internacionales durante su juventud. Hijo del histórico Osvaldo “Cocho” López, heredó el apodo y la pasión por las pistas.

A lo largo de su carrera, se destacó en la Fórmula 3, donde logró un triunfo en su debut. Además, participó en TC2000 y Top Race V6, y compitió en certámenes de Gran Turismo en Europa. Su desempeño, en determinadas etapas, lo acercó a estructuras europeas que podrían haber representado un salto importante. Pero la crisis económica de principios de los años 2000 limitó parte de esas oportunidades internacionales.

Después de retirarse como piloto profesional, López se consolidó como comentarista y analista de automovilismo. Su voz es habitual en transmisiones de Fórmula 1 y en coberturas vinculadas a pilotos argentinos, donde ofrece la perspectiva de quien vivió la competencia desde adentro. En esta entrevista, contó su experiencia en Europa, reflexionó sobre la historia del automovilismo argentino y destacó figuras actuales como Franco Colapinto.

La combinación de legado familiar, experiencia internacional y visión periodística ubica a “Cochito” López entre las voces más autorizadas para interpretar el automovilismo argentino contemporáneo, aportando una mirada única sobre las trayectorias de los pilotos y el desarrollo de la disciplina en el país.

Cochito López destaca el crecimiento
Cochito López destaca el crecimiento del interés por la Fórmula 1 y la dificultad de llegar a la máxima categoría del automovilismo. (Crédito: Maximiliano Luna)

—¿Cómo andás?

—La verdad que bien. Contento. Un año con mucho trabajo. La Fórmula 1 en estos últimos años creo que creció mucho y sobre todo en Argentina, con todo el tema de Franco (Colapinto), mucho más. Así que hay más movida y bienvenida sea.

—¿Vos notaste el impulso por Colapinto en relación al equipo de ESPN transmitiendo las carreras?

—Sí, claramente. El nivel de exposición con lo de Franco en los últimos dos años creció muchísimo. Yo creo que se veía mucho la Fórmula 1. En los últimos cinco o seis años hubo un crecimiento a nivel internacional importante, pero en Argentina con lo de Franco explotó aún más. Lo veía todo el mundo. Yo la verdad que no tenía ese nivel de exposición, mismo siendo piloto tampoco. Me pasó de parar en el supermercado o en la estación de servicio cualquier día y que me pregunten de Fórmula 1, me hablen de eso. La verdad que se notó muchísimo en el último tiempo.

—¿Vos no llegaste a Fórmula 1?

—No, no llegué a Fórmula 1. Hice un poco el paso previo, lo que hizo Franco hasta llegar a la Fórmula 1, digamos. Me fui muy joven, muy chiquito a Europa. En el año 97 fue el primer año que me fui allá. Cuando tenía 17, estaba en el colegio todavía, en quinto año. En ese momento iba, me quedaba por ahí tres meses y volvía. Terminé el colegio, medio libre, faltando bastante. Y después ya cuando terminé me instalé allá. Primero estuve en Inglaterra y después me fui a Italia. Ahí estuve bastante. Y después volví a Inglaterra.

—¿Cuán difícil es llegar a la Fórmula 1?

—Es muy difícil. Pensá que son solo 20 pilotos en todo el mundo y hay una cantidad enorme de chicos que están de todo el mundo queriendo correr. Ya es difícil ir a Europa a correr... Y para correr en Fórmula 1 tenés que correr en Europa.

—En cualquier otra categoría.

—Sí. Para llegar a la Fórmula 1 tenés que estar en la antesala, que también son pocos lugares y que principalmente los equipos están en Europa. Para llegar ahí tenés que estar primero en la Fórmula 3 y desués en la Fórmula 2. Después hay otras categorías a nivel profesional muy importantes, en las cuales yo pude después, de grande, desarrollarme como piloto a nivel profesional en Europa porque estuve muchos años allá. De hecho mi carrera la hice casi toda en Europa y no en Argentina. Pero son categorías por ahí de Endurance o de autos de Turismo o de GT, Fórmula E. Otras categorías importantes o te vas a Estados Unidos a hacer IndyCar. Son categorías que se puede uno desarrollar como profesional muy bien, pero no es la Fórmula 1. Yo por ejemplo, pude hacer para Ferrari en Europa. Fui piloto Ferrari en estas categorías de GT y estaba muy bueno, duró un tiempo y después me fui para otro proyecto. Pero son distintas alternativas. O sea, no es la Fórmula 1, que son solo 20 y la verdad que es muy difícil. Porque se tienen que alinear todos los planetas. Todos queremos llegar a la Fórmula 1. Pero tenés que estar en el momento justo, en el lugar indicado, porque por ahí tenés todo eso y no hay un recambio. Si pasa el tiempo y no hay un recambio, pasó tu tiempo y atrás viene otro y no llegás.

—¿Sos fan de algún piloto?

—Fui fan de Ayrton Senna. Después de ahí, nunca más. Era el distinto de ese momento, una época donde la Fórmula 1 era mucho más peligrosa, donde había algo más que la técnica y la conducción., también había algo de valentía y de capacidad. Eran autos difíciles de manejar, que no tenían tanta ayuda electrónica como hoy. Una época de Fórmula 1 difícil. Obviamente, estaba en el mejor equipo y ganaba con un auto muy bueno. Pero yo siempre digo es difícil comparar pilotos de distintas épocas porque las épocas son diferentes y el automovilismo cambió tanto que son como deportes distintos para Fangio y para Hamilton. Nada que ver una cosa con la otra. Lo que hacía uno con el otro. Entonces, comparás lo que hizo cada uno en su época. Cuando comparás a Ayrton, lo que hizo en su época con sus rivales, a lo que por ahí hace hoy Verstappen, en su época con sus rivales y lo que hizo Fangio en su época con esos rivales, y es distinto. Cambió el medio donde corrían, los auto, todo...

—Supongo que, a nivel familiar, por la carrera de tu padre, el gran Cocho López, no sufriste esa idea de: “Mi hijo va a ser piloto, ¡qué miedo!”.

—No. Yo de chico, cuando corría mi viejo, no entendía mucho, no tenía noción del peligro ni nada. No me daba cuenta de lo que hacía mi viejo, que era mucho más peligroso de lo que por ahí hice yo, porque cada década o cada año fue mejorando la seguridad. Pero la mía también fue bastante peligrosa a comparación de hoy. Pero no sé si tomé mucha noción. No sé si los que corren por ahí toman mucha conciencia del riesgo o del peligro. Hoy hay bastante menos de lo que era antes, pero sigue habiendo riesgos. Es un deporte de riesgo. A los pilotos no sé si llamarlo locura, pero como practicás este deporte de muy chico, no te da miedo. Mi hijo tiene 9 años y corre hace cuatro en karting. Arrancan de tan chicos que, por lo general, desarrollan una habilidad que llega un momento donde son corredores y tienen mucho control de lo que están haciendo. Vos como corredor sentís una seguridad de que no estás regalado al azar ahí arriba del auto. Sentís que controlás lo que está pasando y que, si bien muchas veces pasan cosas, depende un poco de vos. Vos tomás el riesgo o no y sabés lo que hiciste mal, lo que hiciste bien, te equivocaste o no te equivocaste. Puede haber fatalidades, puede haber cosas que no dependen de vos, pero muchas de las cosas sentís que las controlás.

"A mí me gusta estar
"A mí me gusta estar enamorado", admitió Cochito en diálogo con Leo Montero. (Crédito: Maximiliano Luna)

—El piloto de autos —TC, Turismo Carretera, Fórmula—, ¿es como un rockstar? ¿Hay un halo de “todas gustan de mí”?

—No sé. Creo que el deporte en general, el deportista, por ahí, no solamente por hacer deporte, sino porque también, por lo general, físicamente está mejor que una persona que no hace deportes. Tiene por ahí más éxito, hay un poco de fama en los deportes. Pero no sé si especialmente el automovilista y el corredor de autos. Yo creo que el deportista en general, que atrae por ahí más que uno que trabaja en una oficina. En la Fórmula 1, son estrellas también, son 20 tipos que son estrellas de rock. Llevado a otro nivel, un poco más abajo, en otros campeonatos o otras categorías, llevado a Argentina, si querés, son estrellas en lo suyo, frente a su público. Tienen su público, su fama y sus seguidores. Obviamente eso suma para tener éxito también con alguna mujer, no sé...

—Y en el amor, ¿sos más fácil que en la pista? ¿Sos romántico?

A mí me gusta estar enamorado. La realidad es que no soy una persona que me guste estar ahí dando vueltas, tipo mujeriego. Hoy estoy solo por las cosas de la vida que me llevaron a estar solo, pero no por una elección propia, encima.

—¿Vos preferís estar enamorado, en pareja?

Yo prefiero estar en pareja. Yo soy muy familiero. La realidad es que estuve muchos años casado, viviendo con mis hijos y me hubiera gustado seguir casado y con mis hijos. La realidad es que me gusta mucho la familia, me gusta la vida familiar mucho más que la joda, si querés llamarlo de alguna manera. No soy una persona de salir o que me guste la fiesta, el boliche, la noche. La realidad es que no, me gusta más estar tranquilo con mi familia en mi casa y compartir tiempo con mi familia, con mis hijos y mi mujer, en tal caso. Eso se dio muchísimo tiempo en realidad, porque estuve en pareja 17 o 18 años. Mi hijo más grande tiene 9, estuve hasta que tuvo 6 viviendo todo esto de la familia, que me encanta y que si tengo que volver a elegir, elegiría eso antes que nada.

—¿Sufriste mucho la separación?

—Sí, totalmente. Puedo estar solo. De hecho, estuve solo mucho tiempo. Me crié medio solo desde muy chiquito. Estuve en Europa más solo que nadie. Más solo que ahí no podés estar en ningún lado. Me acostumbré y lo manejo bien eso, pero sí por ahí el tema este... Yo no me crié en una familia muy unida, de comer todas las noches juntos. Era una familia bastante disfuncional, donde cada uno hacía la suya, cada uno partió para sus lados de muy chicos. Mis viejos se separaron también cuando yo era muy chico y la realidad que nunca tuve esto de la comida familiar, de compartir... De hecho, tampoco viví de que me acompañe mucho la familia cuando yo corría. Lo mío fue bastante solitario y en algún punto siempre quise tener eso, por lo menos, desde mi propia familia, lo que no pude tener desde hijo, formé mi propia familia como padre. Esto de tener mi mujer, mis hijos y poder compartir ese tiempo que por ahí no tuve con mis papás de chico, pude tenerlo como padre. En pareja, enamorado con una una familia es donde mejor me siento. Por ahí hay como un déficit de cariño (risas) que, teniendo mi propia familia, me siento mejor, más contenido, en mi mejor estado. Solo podés estar con todas las mujeres que quieras, pero me gusta más la pareja.

—¿Te costó comentar Fórmula 1 en televisión habiendo sido vos piloto o te fue más fácil? Porque es difícil aunar el conocimiento con la didáctica televisiva.

—Me fue más fácil. Yo no estudié periodismo, no sé si era tan bueno y no sé si soy tan bueno ahora tampoco. Pero era mucho peor claramente hablando antes, no solamente en un medio sino hablando en general, era mucho peor que lo que soy hoy porque pude aprender y desarrollarme en la televisión. Creo que eso tiene mucho que ver con que hablo de algo que entiendo. Si vos me ponés a hablar de política, no me voy a desenvolver igual porque no tengo conocimiento para poder hablar de eso de la misma manera. Si bien no estudié periodismo, nací un poco la televisión porque mi viejo fue famoso desde que yo nací. Y desde los 6 años siempre estaba en la revista o en la televisión con mi viejo. Después empecé a correr de muy chico y también. Era “el hijo del corredor” y siempre tenía como más exposición.

—Tu viejo tuvo un momento de mucha popularidad también.

—Yo en esa época tenía 10 años y desde chiquito te acostumbrás. Yo lo veo con mi hijo. Te acostumbrás a las cámaras. Tenés menos timidez porque desde muy chico lo ves como algo muy natural. Y te hacen notas. Por ahí de chico aparecía en lo de Susana Giménez con mi viejo. O me llevaban de Carlitos Balá… Encima me llevaban a todos los programas que había, como yo hoy hago con mis hijos ¿no? Eso hace que tengas menos timidez y te ayuda. Después de muchos años de profesional corriendo, también tenés mucha exposición en cuanto a hablar en la televisión pero del otro lado. Pero bueno, no deja de ser exposición y eso ayuda a desenvolverte mejor. No es lo mismo que venir de nada.

El vínculo de Cochito con
El vínculo de Cochito con figuras como su padre, Fernando Tornello y Juan Fossaroli marcó su carrera y experiencias personales

Quién y por qué

Leo desafió a Cochito López a participar de un juego en el que debió elegir, frente a distintos escenarios hipotéticos, cuál de estas tres figuras —su padre, el histórico Cocho López, Fernando Tornello o Juan Fossaroli— encajaba mejor en cada situación, explicando en cada caso los motivos de su elección.

—Primera situación: ¿quién y por qué te haría zafar de una multa de tránsito? Mejor, más rápido, más elegante.

—Mi papá. Me hizo zafar muchas veces (risas). No te puedo contar, pero de chico en la época esta que mi papá era bastante conocido. Yo de chico hacía algunas cosas que no estaban bien, como manejar sin registro. Ya corría, pero no tenía registro. Y por ahí me llevaba el auto y no hacía ninguna locura, pero más de una vez me han parado y no tenía registro. Yo llamaba por teléfono a mi papá y le pasaba para que hable con el policía. Mi viejo chamuyaba bien y te hacía zafar (risas).

—Segunda situación: ¿quién y por qué te dio el mejor consejo profesional?

—Mi viejo claramente me dio un montón, pero más como piloto. Fernando me da consejos, tiene mucha experiencia. Trabajamos juntos en la cabina y yo le pregunto mucho y me da consejos, me da tranquilidad también. Me dice: “Bueno, esto quedate tranquilo que es así” o “vos dejame esto que yo te doy el pie acá y hacemos esto”. La verdad que me ordena mucho, aprendo mucho de él y eso ayuda a que me pueda desenvolver mejor porque tengo una persona con mucha experiencia al lado. Aparte Fernando tiene cero egoísmo. Es un crack, tiene toda la trayectoria y siempre va a hacerte quedar bien, preguntarte algo para que te puedas explayar en algo que sabés, darte el pie y si ve que estás un poquito largo, hasta te ayuda para que redondees. Es un fenómeno. Aparte, tengo una relación con él que es medio como mi papá también. Me conoce desde que tengo 5 años, es muy amigo de mi viejo, es como un tío.

—¿Quién y por qué te hizo pasar una vergüenza épica en algún lugar?

—Seguro Fossaroli (risas). Todo lo que sea fiesta y vergüenza con alguna cosa, claramente no es ni mi viejo ni Fernando (risas). Lo que pasa es que hemos compartimos muchas cosas con Juan. Somos amigos. Salimos juntos, hemos ido a fiestas, de vacaciones, tengo una relación de amigo y alguna que otra vez alguna vergüenza... Pero son cosas que no se pueden contar (risas).