Javier Pupi Zanetti es un exfutbolista argentino conocido por su excepcional carrera como lateral centrocampista y por su longevidad profesional. Se ganó el apodo en Argentina y pasó la mayor parte de su carrera en el Inter de Milán, club con el que debutó en 1995 y donde se consolidó como una de las grandes figuras del equipo durante casi dos décadas.
Como jugador acumuló centenares de partidos y múltiples títulos: ganó la Serie A, la Copa UEFA/Europa League, la Copa Italia y, sobre todo, fue parte del plantel que logró el histórico triplete: liga, copa y Champions League de 2009–10. Además integró la selección argentina en varias Copas América y Mundiales. Su trayectoria se distingue por la constancia, la versatilidad táctica y el liderazgo dentro y fuera del campo.
Tras su retiro, Zanetti continuó vinculado al fútbol y a la gestión deportiva. Actualmente, es vicepresidente del Inter y también focaliza gran parte de su actividad en labores sociales a través de la Fundación Pupi, que él y su esposa fundaron para asistir a niños y familias en situación de vulnerabilidad. Su figura combina el legado deportivo con el fuerte compromiso con la comunidad.

Leo: — Te agarro en tu tiempo en Argentina. A tus 51 años…
Pupi: — Casi 52.
Leo: — ¿Cómo es tu nivel de felicidad en la vida del 1 al 10?
Pupi: — 10. Por todo lo que me está pasando, lo que disfruto el día a día, por la familia que formé, porque disfruto mucho de ellos. Ver crecer a mis hijos, cada uno en lo que sueña, la verdad que para mí es algo único. Es lo que uno después de que es padre anhela. Ahora la felicidad pasa por lo que le pasa a tus hijos. Más allá del matrimonio con Paula y de la familia que hemos construido, pero creo que hoy todo pasa ellos tres.
Leo: — ¿Qué edades tienen?
Pupi: — 20 Sol, 17 acaba de cumplir Nachito y 13, Tomi. Nos divertimos porque cada uno tiene sus cosas.
Leo: — El Pupi como jugador profesional fue súper responsable, ¿el pupi papá tiene similitudes con ese deportista de élite?
Pupi: —Sí, muchas. Trato de transmitir siempre lo que fue mi carrera y sobre todo por cómo crecí y la educación que me dieron mis viejos. Te puedo decir que un tema es la puntualidad. Es uno de los temas de conflicto sobre todo con mi mujer, porque yo soy muy puntual y ella es retardataria, pero bueno, es así… Y el más chiquito, que es el que también juega al fútbol, creo que va por ese camino. Sol, la más grande, está en el medio. Y Nachi, el del medio, está ahí (risas). Pero también es muy meticuloso con sus cosas, tiene sus tiempos…
Leo: — Como padre tenés que educar y a su vez no presionar para que elijan sus gustos, ¿cómo te llevas con eso?
Pupi: — Que cada uno siga sus sueños y no meterle esa presión de que sí o sí tienen que llegar a hacer esto o lo otro. Cada uno elegirá en su vida lo que lo hace más feliz y ahí estaremos nosotros para acompañarlos. Tratamos de estar pendientes y sobre todo presentes en cada una de sus actividades.
Leo: — ¿Actualmente viven en Milán?
Pupi: — Nosotros vivimos en Como, que es una particularidad. Vivimos en el lago de Como, desde que yo llegué a Italia y nos enamoramos de ese lugar. Es mucho más tranquilo, porque es un pueblito. Pero es espectacular. Por mi trabajo tengo que ir seguido a Milán, pero la verdad que no me pesa.
Leo: — ¿A cuánto estás del club?
Pupi: — Del centro deportivo estoy a 20 minutos. También, en su momento, cuando era jugador elegí vivir en Como porque estaba más cerca del lugar de entrenamiento.
Leo: — Ahora que sos vicepresidente...
Pupi: — Ahora tengo que ir al centro deportivo o a la sede, que la sede sí está en el centro de Milán, pero ningún problema.
Leo: — ¿Viven más tranquilos en Como?
Pupi: — Sí, mucho más tranquilos. Está todo ahí cerca. Es un lugar, para mí, espectacular de donde lo mires porque no es solo el lago, es el pueblito, el centro, el Duomo, la gente... Algo que siempre me llama la atención son hombres de 60 o 70 años, en traje, yendo en bicicleta (risas). Uno dice: “¿En traje?”
Leo: — Claro. Es algo que parece una antigüedad.
Pupi: — Pero bueno, ese es el comasco… La verdad que para vivir es un lugar hermoso.
Leo: — Tuviste casi 20 años de profesional en el mismo club. Empezaste en Remedios de Escalada, después fuiste a Banfield y terminaste en el Inter. Hablando de elecciones, ¿alguna vez hubo duda de quedarte en el Inter?
Pupi: — Duda de parte mía, no. Sí tuve posibilidades de ir al Real Madrid, al Manchester, al Barcelona, pero creo que acá entra en juego también mucho Pau, que cuando se presentaron esas ocasiones, uno pone en la balanza no solo la parte económica sino la parte de cómo está uno, cómo se siente en el lugar en el que está.
Leo: — La calidad de vida de la familia, de los hijos…
Pupi: — Claro. La verdad que para mí el Inter es familia porque es lo primero que yo sentí cuando llegué, que era muy joven, un desconocido. Y es lo primero que busca siendo extranjero, que te abran las puertas, que te abracen. Y yo sentí todo eso del Inter. Y cuando me llegan estas oportunidades, era un momento que el Inter no ganaba mucho a nivel títulos. Pero yo decía no. Yo me quiero quedar porque quiero dejar mi huella acá. Y la verdad que después con el tiempo me di cuenta que esa fue una decisión acertada.
Leo: — Pero había dudas porque era el Real Madrid…
Pupi: — Eran clubes importantes. Pero por suerte la balanza se volcó a quedarnos y después la carrera que uno hizo.
Leo: — Hablando de tu mujer. Hay una frase que dijo una vez: “Pupi siempre tuvo el mismo jopo. Nunca se hizo nada en el pelo” (risas). ¿Esto es verdad?
Pupi: — Es verdad. Yo creo que nací así. Cuando salí de la panza de mi mamá nací así (risas). Una sola vez, por un día, me hice un peinado todo punk para arriba. Me puse un montón de gel. Me quedó mucho más parado como el pájaro loco porque había hecho una promesa a los chicos del canal de AFA. Que si Argentina salía campeón…
Leo: — ¡Ah! Ahora hace poco.
Pupi: — Hace poco me habían hecho una nota en Qatar y me dicen: “Bueno Pupi, acá en este programa, hay que hacer una promesa. ¿Qué haría si Argentina sale campeón del mundo?” Tenía que ser algo inusual y como todos me conocen con el mismo peinado, dije: “Me voy a cambiar el peinado”. Y por 24 horas me cambié el peinado. Cumplí.
Leo: — ¿Hay foto de esto en las redes?
Pupi: —Sí, sí. (risas). Después volví al original. Soy bastante clásico. Yo la verdad que soy muy simple en mi vida en general. En todo, en los colores, en cómo me visto...
Leo: — Uniendo todo esto con la fama, la gloria, las redes sociales, el dinero que ganan los jugadores hoy, el parque automotor de llegada al entrenamiento... ¿Hay un consejo para los más jóvenes de lo que viviste y lo que es la vida hoy con respecto a todo eso?
Pupi: — Un consejo siempre hay, porque uno trata de transmitir lo que vivió durante su carrera, cómo la sintió y cómo la llevó durante tanto tiempo a un elite, que lo más difícil es tener continuidad. Soy consciente que las generaciones cambiaron. Como bien decís vos, se manejan otra suma de dinero, ves autos inimaginables. No es que cuando jugábamos nosotros los autos eran siempre autos de marca, pero ahora creo que va mucho más allá. Y el consejo siempre está de cómo uno creció, cómo vivió su carrera y tratar de hacerles entender a esta generación, primero, que sin sacrificio no se llega a ningún lado. Porque yo creo que es una generación que quiere todo en el inmediato, todo rápido. Y nada es fácil. Nadie te regala nada. Y hay que tratar de, sobre todo, hacer pasar ese mensaje.
Leo: — Porque cuando los pibes que llegan a esa instancia también vienen de lugares por ahí muy escasos y se pueden confundir...
Pupi: — Sí. Se pueden confundir sobre todo si sos joven, si estás solo y no tenés una familia que te sostenga, si no tenés amigos que te aconsejen para bien... Pero yo pienso que hoy por hoy a estos muchachos les llega mucha más información. Tienen muchas más herramientas, están mucho más preparados de cuando jugábamos nosotros. Y por ahí lo que vos decís pasa, pero menos. Siempre hay casos que por ahí lo primero que hace es comprarse un auto de lujo. “Me compro este auto, sigue el departamento después”, dicen. Pero es muy difícil porque ahora hay mucha más información y muchas más herramientas.
Leo: — Tienen equipo de prensa, manager, asesores, inversiones...
Pupi: — Hoy cada uno tiene una persona para marketing, una para la publicidad, una para la comunicación y otra persona para las inversiones, ¿viste? Hoy por ahí un jugador de fútbol, estamos hablando del elite, tiene todo un grupo de trabajo atrás que lo lleva y que lo aconseja.
Cortitas y al pie
Leo: — ¿El mejor con el que jugaste?
Pupi: — Tuve la suerte de jugar con muchos grandes jugadores. Te puedo decir el fenómeno Ronaldo, con Leo en la Selección y otro por el que tengo una debilidad que es Roby Baggio. Para mí es un jugador italiano groso y sobre todo por la relación que tenemos con Roby, que va más allá del fútbol. Roby es un tipo muy simple, ama Argentina, ama profundamente nuestro país y eso nos unió mucho.
Leo: — ¿Cuál fue el mejor técnico que tuviste?
Pupi: — Te puedo decir dos: Bielsa y Mourinho. Totalmente diferentes, pero los dos grandes líderes. Son de los que enseñan con el ejemplo. Son los más sabios. Por eso están en el elite del fútbol mundial.
Leo: — Vuelvo al tema personal. Te pregunté como padre, pero me intriga cómo sos como esposo, ¿hay un Pupi romántico?
Pupi: — Muy romántico. Ella jugaba al básquet en Talleres. Yo jugaba al fútbol. Terminaba mi entrenamiento y la iba a ver entrenar, la seguía a los partidos. Y ahí es como que empezó el amor. Nosotros cumplimos meses todos los 23. Así que ese día siempre un ramo de flores para ella. Pau creo que se empezó a dar cuenta que era romántico cuando recién empezábamos a salir y le colgué un pasacalle. No sé si le daba vergüenza, pero me dijo: “¡¿Cómo vas a hacer eso?!” Imaginate un pasacalle en Escalada, en aquella época, instalándolo a altas horas de la noche para que nadie nos vea y que, al día siguiente, cuando ella iba a la secundaria, lo vea. Pero me fue para atrás porque no le gustó...
Leo: — Pero, ¿qué decía?
Pupi: — Feliz cumpleaños, te amo. Pero bueno. No le gustó (risas). Con un amigo ese mismo día lo descolgamos (risas). Pero me sirvió para darme cuenta por dónde iba el romanticismo.

Quién y por qué
Leo invitó a Pupi Zanetti a enfrentar tres situaciones de la vida cotidiana y decidir qué compañeros de la Selección elegiría para cada escenario hipotético.
Leo: — Primera situación. Hay que organizar juntada de grupo: asado, una cena en Argentina entre amigos. ¿Quién sería el que pone una mala excusa para no ir?
Pupi: — El Bati.
Leo: — ¡El Batigol! ¿Por qué?
Pupi: — Y porque le cuesta salir de reconquista. Una excusa va a encontrar siempre para...
Leo: — Y ¿ustedes se enojan con él o ya...?
Pupi: — No, a Bati lo conocemos. Bati es crack. Cada uno sabe cómo es la personalidad, así que... Lo lindo de esto es que nos respetamos cada uno por como es.
Leo: — Y si aparece cada tanto, ¿sorprende?
Pupi: — Sorpresa y media (risas).
Leo: — ¿Quién de todos ellos te daría el mejor consejo sentimental? Quién sería el mejor consejero de la Selección por su sensibilidad?
Pupi: — Cuchu Cambiasso. Es un gran amigo. Me conoce mucho. Está muy cerca de la pareja, así que conoce. Él sabría. Es muy inteligente, Cuchu. Yo lo escucharía. Es muy amigo y conoce mucho mi relación, también.
Leo: — Último escenario. Se juntan a jugar un fulbito. ¿Quién sigue siendo el más calentón de todos? Si pierde 1 a 0, si pierde sobre la hora, si no le dan un faul...
Pupi: —El más calentón...
Leo: — Que le importa el picado, que ya deja de ser amistoso, ¿viste?
Pupi: — Nelson Vivas (risas).
Leo: — ¡Nelson Vivas! Con las camisa, así... (gesticula como abriendo la camisa)
Pupi: — Nelson es una persona de gran personalidad. Fue uno de esos compañeros que vos decís: “Este está presente siempre”. Pase lo que pase, Nelson está firme. Pero se le pasa rápido.