
El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha desarticulado una red de comedores comunitarios fantasma, clausurando cuarenta espacios inexistentes y detectando el desvío de más de 5.000 raciones diarias, lo que representaba un perjuicio de $20 millones por día. Esta intervención, según datos oficiales del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, se enmarca en la implementación de un nuevo sistema de asistencia alimentaria que elimina intermediarios, exige registro obligatorio por DNI y permite la trazabilidad total de cada ración entregada.
La decisión de cerrar estos comedores, ubicados principalmente en los barrios porteños de Flores, Soldati, Mataderos y Lugano, se tomó tras una serie de inspecciones que revelaron la existencia de direcciones falsas, domicilios donde los vecinos negaban la presencia de comedores y lugares que impedían el acceso a los inspectores.
De acuerdo con la información recabada por el gobierno porteño, la mayoría de estos espacios estaba vinculada a la organización La Dignidad, que forma parte de la Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP). Las actas de auditoría, a las que accedió Infobae, confirmaron que muchos de los sitios clausurados, como “Pekes” (Bonorino 1851), “Los Amigos” (White 21), “Bajo Flores” (Av. Varela) o “La 29”, nunca funcionaron como comedores reales.
Como lo muestran las facturas, los alimentos llegaban a las direcciones brindadas por los movimientos sociales o los referentes comunitarios, pero de allí serían cargados en camionetas y derivados a otros lugares desconocidos. Con la nueva metodología, la “trazabilidad” de la comida está garantizada.
El ministro Mraida infiere que parte de esos alimentos podría ser derivada a la provincia de Buenos Aires, una irregularidad que se sigue profundizando y que podría derivar en una denuncia penal.

El jefe de Gobierno, Jorge Macri, defendió la medida y subrayó el cambio de paradigma en la gestión alimentaria: “Cerramos 40 comedores fantasma. Terminamos con un sistema que durante años les permitió a los gerentes de la pobreza hacer negocios con el hambre de la gente. Hoy eso se terminó”, declaró Macri a Infobae.
El alcalde remarcó que el nuevo modelo, basado en la eliminación de intermediarios, otorga visibilidad total sobre el destino de cada ración y el uso de los fondos públicos: “Sabemos a dónde va cada ración, quién la recibe y cómo se usa cada peso. Ahora cada persona accede con su DNI, sin punteros y sin listas manejadas por nadie. La ayuda llega directo a quien la necesita, en comedores comprometidos con la transparencia. Porque no todos son lo mismo”.

El ministro de Desarrollo Humano y Hábitat, Gabriel Mraida, también defendió la transformación del sistema y enfatizó la necesidad de erradicar la utilización política de la asistencia alimentaria: “Cerramos 40 comedores fantasma que jugaban con la comida de la gente. En la Ciudad, eso se terminó. La comida no es un factor de negociación política”, afirmó Mraida a Infobae.
El funcionario detalló que el nuevo esquema exige que cada beneficiario esté registrado en una aplicación digital, que ya utilizan casi cien comedores: “Es clave para llegar de forma precisa, eficiente y cercana a quienes más lo necesitan. Ningún recurso, ninguna ración y ningún peso del esfuerzo de todos puede terminar en un destinatario que no corresponde. Mucho menos en la política”.

El operativo de control incluyó inspecciones reiteradas, entrevistas con vecinos y seguimiento presencial durante varios días. Los inspectores detectaron comedores declarados que no registraban retiro de viandas en toda la semana y domicilios donde los residentes aseguraban que jamás funcionó un comedor. La suspensión inmediata de las 5.000 raciones no justificadas permitió redirigir esos recursos a los beneficiarios reales.

El nuevo sistema, según el gobierno porteño, se apoya en la trazabilidad completa de cada ración, el registro nominal diario de todos los beneficiarios, la eliminación de la intermediación política, una planificación más precisa de compras y logística, y la fiscalización diaria de comedores y proveedores. Además, los tableros de gestión permiten detectar desvíos en tiempo real. Desde 2026, la utilización de la aplicación de registro será obligatoria para todos los comedores.
Actualmente, el programa alimentario de la Ciudad asiste a 250.000 personas por día: 130.000 acceden a alimentos mediante comedores comunitarios y 100.000 a través del programa Ciudadanía Porteña. Jorge Macri sintetizó el objetivo de las nuevas medidas: “Nadie que lo necesite se va a quedar sin su plato de comida. Ningún movimiento social volverá a usar esa necesidad para hacer negocios. La gran mayoría de los comedores —más de cien— trabaja muy bien y los vamos a seguir apoyando.”
Macri sintetizó de esta manera la situación con la que se encontraron y los cambios adoptados por su administración:
- “Mejoramos el sistema porque nadie que lo necesite se va a quedar sin su plato de comida”.
- “Trabajamos para que nadie viva en la calle y para que todos estén atendidos, acompañamos a cada uno que lo necesite”.
- “Ningún movimiento social volverá a usar esa necesidad para hacer sus negocios”.
- La gran mayoría de los comedores, más de cien, siguen adelante junto a las familias y los apoyamos porque su trabajo es muy valioso".

La respuesta de La Dignidad no se hizo esperar. La organización, junto a UTEP CABA y otras agrupaciones sociales, denunció “hostigamiento” y “persecución política” contra comedores con más de veinte años de trayectoria, así como la falta de diálogo con el gobierno porteño antes de los cierres. El comunicado, respaldado por entidades como Octubres CABA, la Corriente Popular Eva Perón, el Frente Darío Santillán, la CCC, el Frente 22 de Agosto, el Frente Barrial CTA y Mayoría Popular, sostiene que el cierre de los comedores forma parte de una “avanzada política” contra los movimientos sociales y de una “particularización de una demanda nacional”.
La suspensión inmediata de 5.000 raciones no justificadas permitió redireccionar recursos hacia los beneficiarios reales. Según explicaron desde el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, la digitalización del sistema que ya se está implementando genera:
- Trazabilidad completa de cada ración.
- Registro nominal de cada beneficiario.
- Eliminación de la intermediación política.
- Planificación más precisa de compras y distribución.
- Fiscalización diaria tanto de comedores como de proveedores.
De cara a 2026, las autoridades porteñas anticiparon que el sistema será 100% digital, auditable y verificable, con la aplicación como herramienta central: “Cada plato estará auditado, cada beneficiario identificado y cada peso público rastreado.” Para el gobierno de Jorge Macri, el objetivo final es “una política alimentaria justa, directa y seria, que cuide los recursos de todos y acompañe de verdad a cada familia”.
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