
La selección peruana femenina ya tiene todo listo para afrontar la Copa América de Vóley 2025, pero lo hará con ausencias que no han pasado desapercibidas. Varias jugadoras que integraron la preselección quedaron al margen de la lista definitiva para el torneo continental. Algunas salieron por decisión técnica, mientras que en otros casos entraron en juego factores más complejos que motivan su ausencia.
A comienzos de junio, Antonio Rizola convocó a 20 jugadoras para sumarse a las ocho que ya venían entrenando en la Videna, incluso antes de que concluyera la Liga Peruana. Con el pasar de los días, los trabajos se intensificaron bajo su mando, pero desde los primeros pasos del proceso hubo bajas importantes. Y es que no todas respondieron al llamado del técnico brasileño.
Tal fue el caso de María Paula Rodríguez, Lucía Magallanes y Lesly Johansson, quienes por distintos motivos personales decidieron no sumarse a la convocatoria nacional, marcando así las primeras ausencias del equipo en el camino hacia la Copa América 2025. Sin embargo, ellas no serían las únicas en quedar fuera del certamen continental.
De las 28 jugadoras que reunió en la preselcción, Antonio Rizola tuvo que recortar la lista a solo 14 nombres para afrontar el torneo entre el 2 y el 6 de julio en Brasil. La elección no fue sencilla: varias figuras reconocidas quedaron fuera de la nómina definitiva. No obstante, detrás de esas ausencias hay una estrategia clara. El técnico brasileño apostó por una línea de trabajo específica que explica muchas de las decisiones tomadas en esta etapa.

Ausencias por lesión
Uno de los factores que ha condicionado la lista final de convocadas es el desgaste físico con el que varias jugadoras llegaron a la Videna. Tras una intensa temporada en la Liga Peruana, muchas de las seleccionadas contaron con muy poco tiempo de descanso antes de integrarse a los entrenamientos, lo que generó sobrecargas y afectó su preparación. Algunas no lograron estar al 100% físicamente, y eso influyó en las decisiones del comando técnico.
Entre las ausencias más notorias figura la de Mirian Patiño, quien quedó descartada debido a una lesión que le impedirá participar en la Copa América. También Karla Ortiz, referente del equipo nacional, presenta molestias físicas, aunque en su caso se trata de un tema más leve. Si bien ninguna será parte del certamen en Brasil, se espera que ambas estén recuperadas y disponibles para la Copa Panamericana, programada para agosto.
El caso más complicado es el de Ysabella Sánchez, quien tiene un tumor benigno en la pierna izquierda. Esto le impide ser parte del equipo patrio y entrenar con sus compañeras. Cabe mencionar que, en medio de las bajas, se fueron sumando a la convocatoria otras jugadoras como Coraima Gómez, que finalmente fue seleccionada para disputar la Copa América.

Parte de una estrategia de Rizola
Otras ausencias notables en la selección peruana de vóley, como la de Esmeralda Sánchez —figura de Alianza Lima—, así como María José Rojas y Maricarmen Guerrero, responden a una decisión técnica tomada por el entrenador Antonio Rizola. En entrevista con RPP, el estratega brasileño explicó que su intención para esta temporada es trabajar con dos grupos distintos: uno para disputar la Copa América y otro para la Copa Panamericana.
Según detalló, la idea es ampliar el universo de atletas convocables a la selección nacional, evaluando rendimientos en contextos distintos. “Hicimos una preselección con 28 nombres. De ellas, 14 van para la Copa América. Para la Copa Panamericana probablemente se quedarían entre 7 y 9, y se incorporarían otras jugadoras para dar más oportunidades y también a experimentadas que están lesionadas en este momento sin condiciones de jugar”, precisó Rizola.

De esta manera, las jugadoras que no fueron llamadas para el torneo en Brasil podrían integrarse a la siguiente convocatoria, fortaleciendo un grupo que el comando técnico definirá con base en el desempeño colectivo e individual.



