
Durante los últimos días de diciembre, mientras las celebraciones por Navidad y Año Nuevo animan las calles, equipos del Ministerio de Salud y municipios distritales ejecutaron una serie de operativos dirigidos a frenar la circulación de bebidas adulteradas. El incremento del consumo en estas fechas impulsa también la presencia de productos peligrosos, lo que motivó intervenciones en distintos puntos de Lima con el fin de reducir riesgos para la población.
Las autoridades intervinieron pequeños comercios y puestos informales donde se ofrecían botellas con contenido irregular. El objetivo fue detectar elementos capaces de producir intoxicaciones severas. En este contexto, las instituciones participantes anunciaron el retiro de más de cien envases con metanol. Funcionarios recordaron que esta sustancia puede desencadenar complicaciones graves y mencionaron que provoca “náuseas, dolor abdominal y mareos”, además de consecuencias mayores como “lesión cerebral, insuficiencia renal e incluso la muerte”.
La presión por atender la cercanía de las fiestas llevó a reforzar controles, pero también a orientar a los ciudadanos. Por ello, equipos técnicos acudieron a mercados y centros de salud con mesas demostrativas que permitieron explicar cómo reconocer una bebida falsa. Voceros indicaron que la intención es ofrecer herramientas claras para evitar incidentes y fortalecer la capacidad de los consumidores frente a productos de origen dudoso.
Operativos en tres distritos de Lima

La Dirección de Redes Integradas de Salud (Diris) Lima Centro informó sobre intervenciones en distintos distritos. En el Cercado de Lima se decomisaron 65 botellas adulteradas. En La Victoria se incautaron 40 unidades y en San Juan de Lurigancho se sumaron 15 envases en condiciones similares. El conteo superó el centenar de productos intervenidos, volumen que confirmó la necesidad de mantener controles durante la temporada festiva.
Personal municipal y sanitario encontró envases sin registro sanitario, con etiquetas alteradas o sellos en mal estado. Cada uno de estos elementos encendió alertas, sobre todo por la frecuencia con la que consumidores adquieren bebidas sin verificar su procedencia. Representantes del sector recordaron que el metanol, presente en varias de las botellas retenidas, es un compuesto industrial incompatible con el consumo humano.
Como parte de la estrategia, la Diris organizó mesas demostrativas en espacios públicos. Técnicos del sector explicaron al público los puntos que diferencian un producto original de uno adulterado. Además, detallaron los efectos nocivos del consumo de estas bebidas e insistieron en la importancia de comprar solo en locales formales. Durante estas sesiones, se reiteraron indicaciones contenidas en el material oficial: “el registro sanitario, lote y fecha de vencimiento” deben aparecer “claros y legibles”. Se recomendó también verificar que “el sello de seguridad” permanezca intacto y que no existan “cuerpos extraños” dentro del envase.
Otro consejo difundido durante estas acciones señaló que los usuarios pueden confirmar la autenticidad del producto revisando en la página de la Dirección General de Salud Ambiental e Inocuidad Alimentaria (Digesa) si el registro correspondiente está activo y coincide con la información de la etiqueta.
Síntomas que requieren atención inmediata

Las instituciones involucradas remarcaron los riesgos asociados al consumo de bebidas adulteradas. Entre los signos señalados figuran “náuseas, vómitos, dolor abdominal, convulsiones y dificultad para respirar”. Frente a cualquiera de estas señales, los equipos recomendaron acudir sin demora al centro de salud más próximo para recibir atención y evitar complicaciones mayores.
La Diris Lima Centro reiteró su compromiso de resguardar la salud pública y convocó a la población a realizar compras responsables, sobre todo en un periodo en el que la demanda de bebidas alcohólicas suele incrementarse.



