
La tarde del jueves, Vilma Huarcaya, comerciante de ropa de 52 años, fue asesinada a balazos dentro de la cevichería Nuevo Amanecer, ubicada frente al terminal pesquero del Callao, durante el estado de emergencia vigente. El ataque perpetrado por dos hombres armados provocó pánico entre vecinos y comerciantes, quienes temen por su integridad ante la ola de violencia en la zona. Según conocidos y colegas, Huarcaya era una persona tranquila y alejada de cualquier conflicto.
La víctima guardaba su mercadería en un pequeño cuarto dentro del restaurante e intercambiaba saludos cordiales con clientes y trabajadores del área. “Siempre fue alegre, dinámica, conversadora con todo el mundo”, recordó una vendedora cercana. El caso ha generado especulaciones sobre si Huarcaya era realmente el blanco del ataque, pues algunos apuntan a que la violencia pudo estar dirigida a la dueña del local.
La conmoción se ha extendido entre los residentes del Callao, quienes exigen a las autoridades reforzar la seguridad, especialmente después de que otro joven fuera asesinado en la misma avenida días antes. Mientras tanto, la familia de la comerciante recibió asistencia inmediata y la zona permanece bajo investigación policial.

Hombres armados irrumpieron en cevichería
El crimen se produjo en horas de la tarde, cuando un hombre ingresó a la cevichería Nuevo Amanecer haciéndose pasar por cliente. El local, ubicado frente al terminal pesquero del Callao, es frecuentado por comerciantes y trabajadores de la zona. Según reportó RPP, tras ingresar y ubicar a la víctima, el atacante extrajo un arma de fuego y disparó directamente contra Vilma Huarcaya, acabando con su vida en el acto.
El ataque fue sorpresivo, generando pánico y gritos entre los presentes. Testigos indicaron que, tras los disparos, el autor huyó velozmente, dejando un ambiente de confusión en la concurrida cevichería.
“Justamente hoy me encontré dos veces con ella, me saludó contenta y me sonrió siempre”, relató una colega visiblemente afectada al medio digital Cable Perú Noticias.

La policía acordonó la cevichería rápidamente y comenzó las indagaciones junto a criminalística y representantes de la fiscalía. El hecho ocurrió a plena luz del día, poco después de que la víctima llegara para guardar su mercadería; esto ha creado temor generalizado entre los comerciantes.
Conocidos la describen a la víctima como alegre y pacífica
Quienes conocían a Vilma Huarcaya coinciden en que mantenía un trato amistoso y nunca protagonizó conflictos en el entorno laboral. “Nunca era conflictiva ella. Era bien amiguela, era con todos”, destacó una de las vendedoras del terminal pesquero. El aprecio de sus colegas queda reflejado en los continuos gestos de solidaridad y las múltiples muestras de dolor tras el crimen.
Sus habituales recorridos entre el terminal y la cevichería mostraban una rutina marcada por la amabilidad. Conversaba y compartía momentos breves y alegres con el resto de comerciantes, hecho por el cual la noticia de su asesinato ha resultado especialmente dolorosa en la comunidad.
Por testimonios recabados en el lugar, no se le atribuían problemas pendientes ni disputas con nadie del entorno. Esta percepción ha aumentado las versiones de que podría tratarse de un caso de identidad equivocada o de un ataque destinado a otra persona dentro del local.
Exigen mayor seguridad tras asesinato en cevichería
Las autoridades continúan las investigaciones para identificar a los responsables e indagar posibles móviles del ataque. El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables brindó apoyo a los familiares de la víctima, mientras la policía busca determinar si la agresión estuvo dirigida realmente a Huarcaya o si existía otro objetivo en la cevichería.

Vecinos y comerciantes de la avenida Néstor Gambeta expresaron su preocupación luego de conocer que, días antes, otro joven fue asesinado a metros del lugar. “Muchísimo miedo, porque el martes que yo no vine, dicen que han baleado a otro joven por acá”, relató una de las vendedoras.
El ambiente permanece tenso en la zona, donde la reciente escalada de violencia ha motivado a los residentes a exigir mayor seguridad y patrullaje policial para evitar nuevos hechos similares. La comunidad espera respuestas rápidas y contundentes de parte de las autoridades.



