Marilú Arirama Manihuari, de 49 años, sobrevivió milagrosamente tras quedar atrapada bajo los escombros del derrumbe de una pared recién edificada en su vivienda, en el asentamiento humano Simón Bolívar de Iquitos, región Loreto. El accidente ocurrió la noche del sábado veintinueve de noviembre, cuando una estructura cedió de forma inesperada en el distrito de Punchana, justo antes de las 19:00.
El estruendo provocó pánico en los alrededores y movilizó a los vecinos, quienes acudieron al instante. Las imágenes captadas por testigos expusieron la tensión vivida durante más de treinta minutos, mientras los habitantes intentaban remover los escombros que aprisionaban a Marilú. Entre gritos de auxilio, la comunidad se unió para liberar a la mujer, haciendo evidente la desesperación y el temor a un desenlace fatal.
La noticia de este accidente generó preocupación entre los residentes del distrito, quienes destacaron la importancia de su rápida intervención. El incidente se difundió rápidamente en medios locales como Buenos Días Perú de Panamericana Televisión, resaltando el nivel de solidaridad mostrado por los pobladores del asentamiento humano Simón Bolívar.

Un electrodoméstico impidió consecuencias fatales
Según testigos citados por Buenos Días Perú de Panamericana Televisión, la supervivencia de Marilú fue atribuida a un hecho extraordinario. “Ha sido un milagro de Dios que siga viva. Todos pensamos que había muerto, pero gracias a Dios está viva”, explicó una de las personas que participó en el rescate.
Lo que evitó una tragedia mayor fue la presencia de una lavadora situada junto al muro que colapsó. Este electrodoméstico funcionó como escudo y absorbió parte del impacto, impidiendo que el peso de la pared cayera completamente sobre la víctima. La estructura metálica y robusta de la lavadora redujo la fuerza del golpe directo, lo que resultó decisivo para que Marilú pudiera resistir hasta ser rescatada.
Los vecinos, al percatarse de este detalle, redoblaron esfuerzos para retirar los ladrillos acumulados encima del electrodoméstico, entendiendo que cada segundo era vital para su supervivencia. La confusión dio paso a la esperanza cuando confirmaron que Marilú aún respondía a los llamados y expresaba signos de vida bajo los escombros.

La combinación de la reacción comunitaria y el accidente fortuito de la lavadora fue determinante para evitar una tragedia irreparable. Sin radares, ni comunicación por radio, fue la coordinación espontánea de los vecinos la que posibilitó el rescate final.
Mujer fue trasladada al hospital
Luego de ser liberada de los escombros, Marilú Arirama Manihuari fue trasladada de inmediato al Hospital Regional de Loreto para recibir atención médica y descartar posibles lesiones internas. Según la familia, la rápida intervención de los vecinos evitó complicaciones mayores y permitió el auxilio a tiempo.
En el hospital, Marilú permanece bajo observación médica mientras se evalúan los daños físicos ocasionados por el colapso. Los especialistas revisan su estado en busca de fracturas y lesiones ocultas, dada la dimensión y el peso de la estructura caída. El temor ahora se centra en las posibles secuelas y en los limitados recursos de la familia para sobrellevar los costos del tratamiento.
La familia Arirama Manihuari expresó su preocupación por los gastos derivados de la atención y manifestó que carecen de los fondos necesarios para cubrir exámenes, medicamentos y tratamientos especializados.

La escena de solidaridad entre vecinos, sumada al apoyo emocional brindado, ha sido fundamental para la familia en estos momentos de incertidumbre. La historia de Marilú ha generado un llamado a la reflexión sobre la seguridad en las obras de construcción y la importancia de fortalecer las redes comunitarias de apoyo ante emergencias.
Esta experiencia se transformó en un símbolo de esperanza y unión para los habitantes del asentamiento humano Simón Bolívar, recordando el valor de la reacción inmediata y la fuerza de la solidaridad ante situaciones límite.



