
A medida que se acercan las celebraciones de fin de año, millones de familias ya empiezan a instalar sus árboles, luces y adornos festivos. Sin embargo, detrás de este ambiente de entusiasmo propio de diciembre, especialistas advierten que también se incrementa un riesgo silencioso que afecta a miles de hogares: el uso de cables, enchufes falsificados y dispositivos eléctricos de baja calidad que pueden desencadenar incendios en cuestión de segundos. Esta situación se agrava en viviendas levantadas progresivamente, donde las instalaciones no fueron diseñadas para soportar cargas adicionales durante largas horas.
La Navidad se convierte así en una temporada en la que los hogares consumen más energía de lo habitual. Extensiones saturadas, luces conectadas toda la noche y materiales eléctricos adquiridos en mercados informales conforman un escenario que preocupa a los expertos. Las cifras respaldan esta alarma: cada año, el número de emergencias atendidas por cortocircuitos aumenta en diciembre, especialmente en zonas urbanas donde la informalidad en la construcción es común y donde los productos eléctricos subestándar tienen mayor presencia.
Un aumento en la demanda eléctrica que multiplica los riesgos

Orlando Ardito, gerente general de la Asociación de Empresas de Productos Eléctricos Internacionales del Perú (EPEI Perú), explicó que cerca del 70% de los productos eléctricos que ingresan al país no cumplen con las normas técnicas nacionales o internacionales, y muchos de ellos son directamente falsificados. Según precisó, un 40% de estos artículos ilegales afecta a marcas de prestigio nacional e internacional, lo que revela un mercado informal consolidado que ha logrado penetrar en distintos niveles de consumo.
A esto se suma otra cifra clave aportada por el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios: el 70% de los incendios registrados tiene origen eléctrico. Para los expertos, la relación entre ambos datos es evidente. “El número de viviendas informales coincide con los incendios por causas eléctricas. Miles de familias viven en hogares que no cumplen con estándares mínimos de seguridad, un peligro que se intensifica en Navidad”, precisó Ardito.
En distritos como San Juan de Lurigancho, Villa El Salvador, Comas y San Martín de Porres, donde gran parte de las viviendas han sido construidas de manera progresiva, la situación es aún más crítica. Muchas familias, ante la necesidad de reducir costos, compran materiales eléctricos en puestos ambulatorios o mercados informales, donde abundan cables elaborados con materiales distintos al cobre, tomacorrientes sin certificación y dispositivos de protección que no cumplen con requisitos mínimos de seguridad.
Ardito detalló que diciembre presenta un incremento de aproximadamente 15% en el consumo de energía, al que se suman adornos y luces conectados durante varias horas. Cuando las instalaciones no están preparadas para soportar esa carga adicional —y peor aún, cuando se utilizan productos falsificados— el riesgo de cortocircuitos, sobrecalentamientos y fallas se multiplica. Estas situaciones pueden derivar en incendios que, en distritos densamente poblados, representan un peligro aún mayor.
Instalaciones informales y productos falsificados: la combinación más peligrosa

Los especialistas coinciden en que el problema no solo radica en los adornos navideños, sino en la infraestructura eléctrica de las viviendas. Muchas casas han sido ampliadas sin asesoría técnica, utilizando cables improvisados o conexiones temporales que luego se convierten en permanentes. Esta práctica, sumada al uso de productos eléctricos ilegales, convierte a las instalaciones domiciliarias en un punto crítico cada diciembre.
En mercados informales, por ejemplo, es común encontrar cables que no contienen cobre, sino aleaciones más económicas que se recalientan fácilmente. También se venden protectores, extensiones y tomacorrientes que carecen de certificaciones y mecanismos de seguridad. Al estar expuestos a largas horas de funcionamiento durante las fiestas, estos dispositivos incrementan el riesgo de incendios domésticos.
El gerente de EPEI Perú recordó que las instalaciones eléctricas deben someterse a una revisión cada cinco años, tal como lo establece el Código Nacional de Electricidad - Utilización, una medida que permite identificar desgastes, conexiones inadecuadas o equipos obsoletos que pueden fallar en cualquier momento.
En vísperas de las celebraciones navideñas, expertos reiteran la importancia de adquirir productos eléctricos certificados, evitar sobrecargas y revisar periódicamente el estado de las instalaciones, especialmente en viviendas que fueron levantadas o ampliadas sin planificación técnica. Esta temporada, recalcan, la seguridad debe estar por encima del ahorro inmediato o de compras improvisadas en mercados informales.


