
La situación de decenas de migrantes varados en la línea de la Concordia, en la frontera entre Perú y Chile, ha vuelto a encender las alarmas sobre la gestión humanitaria y logística en la zona limítrofe. Según explicó el diputado chileno Vlado Mirosevic en entrevista con RPP, entre 40 y 50 personas —incluidos niños y adultos mayores— permanecen atrapadas entre ambos complejos fronterizos sin haber podido salir formalmente del país sureño ni ingresar al territorio peruano. Todos ellos se encuentran indocumentados y sin pasaporte, lo que dificulta cualquier trámite migratorio o de repatriación.
El legislador, representante de la región de Arica y Parinacota y recientemente electo senador, advirtió que estas personas quedaron literalmente “en el limbo”, en plena carretera fronteriza y expuestas a las condiciones extremas del desierto. Aunque el complejo fronterizo chileno de Chacayuta les brinda acceso a servicios básicos como baños, su situación continúa siendo altamente vulnerable debido a la falta de techo, alimentación y opciones de desplazamiento.
Mirosevic recordó que este escenario surge en medio de los anuncios en Chile sobre eventuales expulsiones de migrantes irregulares, lo que habría motivado a varios de ellos a intentar salir del país. La mayoría son venezolanos que buscan regresar a su país o continuar hacia Colombia; también hay un grupo menor de haitianos que pretende llegar a Estados Unidos, aunque actualmente ese desplazamiento solo es posible por vía aérea.

Comité binacional: soluciones urgentes
Ante esta coyuntura, los gobiernos de Perú y Chile anunciaron la creación de un Comité Binacional de Cooperación Migratoria para enfrentar de manera coordinada situaciones como la actual y evitar que se repitan crisis como la ocurrida en 2023. Según detalló el diputado chileno en RPP, este mecanismo deberá priorizar soluciones humanitarias inmediatas, pues se prevé que, con la llegada del verano, los flujos migratorios aumenten.
El congresista planteó que una posible salida sería otorgar salvoconductos de tránsito a los migrantes que no desean permanecer en Perú, sino desplazarse hacia Ecuador y continuar su ruta hacia Colombia y Venezuela. Sin embargo, autoridades peruanas han advertido que el principal obstáculo es garantizar que quienes ingresen al país con este permiso efectivamente culminen el recorrido sin quedarse en el territorio, algo difícil de fiscalizar a lo largo de más de 3.000 kilómetros de costa.
Además, Mirosevic subrayó que se trata de un problema compartido, recordando que muchos de los migrantes que hoy intentan salir de Chile ingresaron previamente desde Perú por pasos no habilitados. Según dijo, culparse mutuamente no resolverá un fenómeno que afecta a varios países de la región.

Corredor aéreo imposible
Durante la entrevista, el diputado recordó que en 2023 se logró una repatriación aérea desde Arica hacia Caracas con coordinación diplomática. Sin embargo, esa alternativa es hoy imposible debido a que el régimen venezolano mantiene cerrado su espacio aéreo a vuelos humanitarios o de repatriación provenientes de otros países. “No solo de Chile; tampoco reciben vuelos desde Perú ni desde ningún otro país”, precisó para el citado medio.
Ante el bloqueo aéreo, la única alternativa viable sería implementar un corredor terrestre que movilice a los migrantes desde el extremo sur del Perú hasta la frontera con Ecuador, para luego continuar hacia Colombia y finalmente Venezuela. Esta opción tendría que ser coordinada no solo entre Perú y Chile, sino también con Ecuador, Colombia y el propio gobierno venezolano, algo que hoy luce complejo.
Mirosevic señaló que organismos internacionales como la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) podrían financiar y organizar un traslado seguro mediante buses, considerando que el número actual de personas varadas es reducido. No obstante, insistió en que cualquier solución debe ser inmediata para evitar que la situación humanitaria empeore.

Riesgo humanitario y desafíos
Las condiciones en la línea fronteriza continúan siendo críticas. Los migrantes permanecen expuestos al sol y al viento del desierto, sin acceso estable a alimentos y con presencia de niños que requieren atención especial. El diputado advirtió que, si no se actúa rápidamente, la situación podría agravarse en los próximos días.
Además, la falta de relaciones diplomáticas operativas entre Chile y Venezuela —luego de que el régimen de Nicolás Maduro expulsara al cuerpo diplomático chileno— dificulta aún más cualquier trámite de retorno o coordinación.



