
La mañana del domingo, la Catedral de Lima recibió a visitantes poco habituales: decenas de hinchas del Flamengo, todavía emocionados por el título de la Copa Libertadores 2025, asistieron a la misa del primer domingo de Adviento para agradecer la victoria.
Vestidos con sus camisetas rojinegras, compartieron la celebración litúrgica con fieles peruanos, se dieron la paz y varios recibieron la hostia de manos del propio cardenal de Lima, Carlos Castillo Mattasoglio, en una imagen que rápidamente se volvió viral.
La escena quedó registrada en video por TV Perú, mostrando cómo el fervor futbolero y la fe católica se mezclaron en una ceremonia marcada por aplausos, cánticos discretos y emoción contenida tras la reciente final continental.

Un ritual de fe tras el ansiado tetracampeonato
El agradecimiento no fue casual. El sábado, Flamengo se coronó campeón de la Copa Libertadores al vencer 1-0 a Palmeiras en el Estadio Monumental de Lima. El único tanto lo anotó Danilo de cabeza, en una final reñida, con pocas situaciones de gol y una polémica por una posible expulsión del chileno Erick Pulgar en el primer tiempo.
Con este triunfo, el Fla se convirtió en el primer club brasileño de la historia en alcanzar cuatro Libertadores —1981, 2019, 2022 y 2025— igualando a River Plate y Estudiantes de La Plata, y quedando solo detrás de Independiente, Boca Juniors y Peñarol.
La gesta tiene un detalle adicional: su entrenador, Filipe Luís, ya había levantado la copa como jugador en 2019 y 2022.

Los torcedores ya habían buscado bendiciones antes del partido
Días previos a la final, la capital peruana vivió una verdadera invasión de fanáticos brasileños. Más de 50.000 hinchas de Flamengo y Palmeiras llegaron a Lima, y muchos de ellos acudieron a iglesias para rogar por la victoria.
En Miraflores, simpatizantes rojinegros se arrodillaron en la Iglesia Virgen Milagrosa pidiendo bendiciones para el Mengão. Alexandre, de 45 años, dijo a AFP que vino a pedirle a San Judas Tadeo por un triunfo claro. Edson Benavides, llegado desde Bahía, recordó que también estuvo en la final del 2019 en Lima y confesó su fe absoluta en el equipo.
La devoción previa terminó coincidiendo con la victoria. Y el domingo, los hinchas regresaron a los templos, esta vez para agradecer.

Un encuentro entre peruanos y brasileños en la Catedral de Lima
Durante la misa, los torcedores participaron de todos los ritos: se dieron la paz con fieles peruanos, hicieron fila para la comunión y recibieron la hostia del cardenal. A pesar de vestir sus camisetas rojinegras, mantuvieron el respeto por la ceremonia, aunque el ambiente festivo era evidente.
Los asistentes destacan que el gesto fue un momento de unión y emoción compartida, donde el fútbol —por unos minutos— quedó en segundo plano frente a la fe. La Catedral, normalmente solemne, se llenó de colores brasileños y sonrisas tras una noche histórica para Flamengo.

Un final continental
La final entre Flamengo y Palmeiras se desarrolló bajo un amplio despliegue policial: más de 1.600 agentes resguardaron la ciudad, declarada en estado de emergencia por el aumento de extorsiones y asesinatos vinculados al crimen organizado, señaló AFP. Aunque de todas formas se presentaron robos de pertenencias de los hinchas.
Pese al clima tenso, la fiesta se vivió sin incidentes graves y las imágenes de los hinchas en las iglesias —antes y después del partido— se convirtieron en uno de los símbolos más llamativos de la visita de los brasileños a Lima.



